Historia de una ciudad
El Freedom Trail, una delgada línea roja por calles y veredas, conduce al pasado de Estados Unidos y al vibrante presente de la capital de Massachusetts
7 de septiembre de 2014
BOSTON.– Una línea colorada pintada en la calle es la mejor compañera para salir de paseo por la capital de Massachusetts, 350 km al norte de Nueva York. Con ella al lado (o abajo) no hay que pararse para mirar el mapa en cada esquina ni preocuparse si se sigue en la dirección correcta o no. Sólo dejarse llevar para caminar a lo largo de cuatro kilómetros (un buen ejercicio, por cierto) por los mejores sitios, muchos históricos, de esta ciudad universitaria a orillas del río Charles, famosa por ser sede de Harvard, el MIT y otras casas de altos estudios.
Boston es seguramente una de las ciudades más patrióticas de Estados Unidos y el Freedom Trail (Sendero de la Libertad), como se llama este circuito que revive la época de la revolución, es uno de los principales atractivos, una buena manera de conocer lo mejor. La línea no es nueva, se pintó por primera vez en 1958 y de hecho, en varios tramos está un poco despintada, a pesar que cada año la repasan, pero sigue siendo la caminata que todo aquel que esté de visita por aquí no debería perderse. Por la raya roja se descubre la historia de la ciudad en la época revolucionaria, el Tea Party, las torres del centro, ese estilo tan europeo en las construcciones que la asemejan mucho más a Londres que a otros sitios norteamericanos, y sobre todo se confirma que Boston es la ciudad más caminable del país.
Y aunque no nos interese la historia norteamericana ni un poquito es un paseo que vale la pena hacer para recorrer lo más tradicional de esta tranquila ciudad de Nueva Inglaterra de una manera original.
Kilómetro cero
El sendero rojo comienza en Boston Common, un gran parque que está en el centro, y hace escala en 16 sitios históricos, incluyendo algunos museos a los que se puede entrar durante la marcha.
El Boston Common es el parque público más antiguo del país, existe incluso antes de la declaración de la independencia. En 1634, un grupo de puritanos de la zona hizo una colecta y le compró las tierras a un ministro anglicano. En Boston, los sitios no son los más nuevos ni más altos del país, pero sí se escuchará varias veces de lugares más antiguos, como restaurantes, comercios y hasta la Biblioteca Pública, la más antigua de Estados Unidos que se puede visitar frente a la plaza Copley.
El Freedom Trail parte exactamente a pasos de la oficina de información turística del parque, donde se puede obtener un mapa del circuito con los sitios históricos para ver. Allí, además, comienza un sendero por la herencia negra (Black Heritage Trail) por la zona de Beacon Hill. También ofrecen tours con guías disfrazados que cuentan sobre la historia en un recorrido mucho más corto. Busco la línea roja, que por tramos está pintada y por tramos son cerámicas rojas, siempre por las veredas, y empiezo a caminar bajo un sol de verano que no agobia. La línea lleva hacia el norte de la ciudad. Cuando el parque queda atrás se ve la Massachusetts State House, una construcción de 1798 que se destaca por una gran cúpula dorada.
Continúa por la puerta de las iglesias antiguas Park Street y King’s Chapel, y los cementerios próximos a los templos. Después se verá la que fue la Boston Latin School, fundada en 1635, la escuela pública más antigua de América y una estatua de Benjamin Franklin, estudiante de la escuela, aunque no se graduó.
Este tramo corresponde a la parte céntrica de Boston: se camina entre avenidas, autos y mucho movimiento de gente.
El Mótín del Té
Más adelante se verá el Old Corner Bookstore, construido en 1718 y que fue la librería más antigua del país, centro de la industria editorial durante el siglo XVIII. Ahora es un restaurante de la cadena Chipotle Mexican Grill, que vende tacos y burritos.
La Old South Meeting House, otro de los hitos del Freedom Trail, construida en 1729, era la casa más grande en la Boston colonial y fue el lugar donde se ideó el Boston Tea Party (Motín del Té), en diciembre de 1773, en el que se lanzó al mar un cargamento de té que debía pagar impuestos para entrar en América. Fue un acto de protesta de los colonos americanos contra Inglaterra, un precedente de la guerra de la independencia de los Estados Unidos.
En el puerto de Griffin, la noche del 16 de diciembre, después de una reunión en Old South Meeting House, 30 toneladas de té fueron arrojadas al agua. La casa actualmente es un museo.
Otro de los museos del circuito es The Old State House, donde invitan a los visitantes a sumarse a la revolución por la libertad con propuestas interactivas. Desde el balcón del segundo piso, adornado con banderas, se realizó la primera lectura pública de la declaración de independencia el 18 de julio de 1776.
Aunque todavía no se haya caminado ni la mitad del recorrido, la zona del histórico Faneuil Hall y el Quincy Market, cerca del puerto, obliga a hacer una parada larga y olvidarse por un rato de las lecciones de historia. Incluso dejar la línea roja y recorrer esta zona comercial, con suvenires y grandes marcas, donde siempre hay artistas callejeros, gente sentada en los bancos y ambiente festivo.
El Quincy Market es como un gran patio de comidas, con sabores de diferentes lugares del mundo y precios accesibles: sushi, langosta, pizza, fideos, que cuestan entre 10 y 15 dólares. Un buen lugar para probar la famosa clam chowder, una sopa espesa y blanca a basa de almejas, típica de Boston.
Con la panza llena, todavía queda mucho por recorrer del Freedom Trail. Cuando queda atrás esta zona comercial se entra en el North End, el barrio donde los italianos dejaron sus raíces.
Entre las calles angostas y los restaurantes italianos se destaca la casa de Paul Revere, construida en 1680, la estructura más antigua del centro de Boston, con mobiliario de la época del siglo XVIII. Paul Revere, patriota norteamericano, realizó una recordada cabalgada desde Boston hasta Concord, en la medianoche del 18 de abril de 1775, para avisar de la llegada de tropas británicas.
Frente a la casa, la Old North Church es la iglesia más antigua de la ciudad desde donde se hicieron señales de luz para avisarle a los patriotas sobre el avance británico, y a pocos pasos hay otro cementerio.
Después la línea roja lleva hasta el puente Charlestown para cruzar el río Charles, con buenas vistas panorámicas. Queda menos: aquí la línea se bifurca, para un lado el obelisco y el museo, que recuerda la batalla de Bunker Hill, una de las más importantes en la guerra revolucionaria, y para el otro la visita al USS Constitution. Con ganas de caminar se puede ir a uno primero y al otro después. Elijo el USS Constitution, una antigua fragata de guerra con más de 200 años, que tuvo una activa participación en la guerra de la independencia. Se pueden visitar sus cubiertas de madera, que lucen impecables.
Recargo energías y vuelvo pasos atrás hacia Union Oyster House, el restaurante más antiguo del país en continuo funcionamiento desde 1826. Está en una esquina de Union Street a una cuadra del Quincy Market, para continuar viajando al pasado. Es como una taberna con techos bajos, poca luz, mucha gente y el recuerdo de JFK, asiduo visitante.
En una gran pecera veo langostas, una de las tradiciones de Boston, que las cocinan al gusto del comensal. Pero prefiero las ostras, frescas y sabrosas, que abren en la barra, el mejor regalo para terminar la tarde.
Vista 360°
Para las mejores panorámicas de la ciudad, el Prudential Tower, una gran torre en la zona de Copley, ofrece una visión de 360° desde el piso 51, de la ciudad, el río y hasta las islas del Atlántico. Aunque no es la torre más alta es la única a la que se puede acceder tan alto. Desde 230 metros, en el Skywalk Observatory, un audioguía (también disponible en español) explica qué se ve desde arriba barrio por barrio. Cuenta detalles de la historia y los lugares para visitar. También hay un restaurante Top of the Hub en el piso 52, para comer con la ciudad a los pies. Conviene reservar.
Red Sox
En Boston la pregunta habitual no es ¿de qué cuadro sos?, sino ¿qué deporte te gusta? Se da por entendido que todos son fans de alguno de los equipos de esta ciudad muy deportiva. Básquet, béisbol, fútbol americano y hockey sobre hielo son los deportes que más se practican y se siguen, con actuaciones destacadas de los equipos locales.
Los favoritos parecen ser los Red Sox, el equipo de béisbol: las camisetas y los gorros se venden por todos lados. Una de las joyas de la ciudad es el Fenway, llamado el Diamante Verde, el estadio de los Red Sox, el más antiguo del país. En básquet se destacan los Boston Celtics; en hockey sobre hielo, los Boston Bruins, y en fútbol americano, New England Patriots.
Pato al agua
Los Duck Tours ofrecen un original city tour por la ciudad. A bordo de unos colectivos anfibios y muy coloridos, un chofer-guía que relata lo que se ve con mucho humor y que se presenta como capitán lleva de paseo por tierra y por agua. Primero se realiza el recorrido terrestre por el centro de la ciudad hasta Cambridge, hasta que el pato entra al agua, se apagan los motores y el anfibio navega por el río Charles. Los servicios, cada media hora, salen frente al Prudential Shopps. Duran alrededor de una hora y media y cuestan US$ 35 por persona. www.bostonducktours.com
Datos útiles
Cómo llegar
American Airlines vuela a Boston vía Miami o Nueva York. El pasaje de ida y vuelta cuesta US$ 1200.
El servicio de Super Shuttle desde el aeropuerto hasta el hotel, una especie de taxi compartido, cuesta US$ 19 por persona.
Alojamiento
Los hoteles de dos estrellas cuestan desde 100 dólares para dos personas. Cuatro estrellas, US$ 200.
Traslados
Boston cuenta con cinco líneas de subtes, que se distinguen por colores. El pasaje individual cuesta US$ 2,65. Se puede sacar un pase diario por US$ 12 o 19 dólares para una semana para viajes en subte, colectivo y ferry. Menores de 11 años, gratis.
Paseos
Freedom Trail. El circuito es gratuito, pero los museos e iglesias cobran entre 5 y 10 dólares la entrada.
El Skywalk Observatory en Prudential Tower (800 Boylston St.). Entrada US$ 16. Abre entre las 10 y las 22.
Boston Public Library. Está frente a la plaza Copley. La entrada es libre, se pueden visitar las salas de lectura, exposiciones y descansar en el gran patio central.
Wrentham Village Premium Outlets. Abre todos los días, de 10 a 21. Domingo, de 10 a 18. Se pueden bajar cupones de descuentos en www.premiumoutlets.com. La empresa Boston Common Coach ofrece servicios de traslados diarios al centro comercial desde los hoteles. Tarifa: US$ 45 por persona, de ida y vuelta.
Gastronomía
Los platos típicos de Boston vienen del mar, como la famosa clam chowder (sopa crema de almejas), langosta y ostras.
Quincy Market (patio de comidas), menús desde US$ 8.
Union Oyster House, el restaurante más antiguo de Estados Unidos. Entrada de ostras, US$ 25; platos, desde US$ 30.
De Newbury a los Premium Outlets, compras sin impuestos
Después de que las páginas de la historia y el arte se desplomaron en la cabeza de los visitantes se puede hacer un tiempo para las compras, como es usual en los viajes a Estados Unidos. Claro está que Boston no es la típica ciudad shoppinera, como Orlando, Miami o Nueva York, pero tiene lo suyo.
Lo primero para destacar (y aprovechar) es que no cobran las famosas tax para las compras de ropa y calzado. El impuesto oscila entre el 4 y 8% y varía según cada estado. Si se está de viaje por la región y se piensa dedicar un día para compras salvajes conviene elegir Boston y ahorrarse los impuestos. Wrentham Village Premium Outlets, el gran centro con tiendas de grandes marcas como Banana Republic, Ann Taylor, Tommy Hilfiger y Adidas, por nombrar sólo algunas de las 170 de esta pequeña villa de comercios, con descuentos que pueden llegar al 65 por ciento, es la mejor alternativa. Para visitar los Premium Outlets hay que dedicarle todo el día. Conviene llegar a las 10, cuando abren, que suele haber menos gente. Los hoteles ofrecen servicios de traslados.
En el centro de Boston, la calle más comercial y también la más encantadora es Newbury Street, en el Back Bay, un barrio donde dominan las casas de tres plantas con frentes decorados con ladrillos a la vista antiguos muy bien conservados.
Esta zona, una justa combinación entre chic y bohemia, se usaba como desecho de residuos hasta mediados del siglo XIX, cuando fueron ganadas las tierras al agua. Ahora Newbury es la calle de las galerías de arte, los restaurantes y las grandes marcas junto con tiendas vintage. Entre los Public Gardens y la avenida Massachusetts son ocho cuadras que conservan el mismo estilo en las construcciones. También hay muchos comercios, en pequeños locales a los que se accede bajando unos pocos escalones y con vidrieras pequeñas. Dato curioso: se destacan los spa de manos para uñas perfectas.
Los que quieran más marcas internacionales, para comprar o simplemente para mirar deben desviarse apenas unas cuadras hasta Copley Place, un centro comercial con tiendas de primer nivel conectado con dos hoteles. Se podrá recorrer entre percheros y vidrieras un gran Neiman Marcus de tres plantas y tiendas como Ralph Lauren, Tiffany & Co, Hugo Boss, Salvatore Ferragamo, entre muchas otras.ß