Los chicos ya están con su mamá. Quedamos solos.
Anoche, una despedida con enormes hamburguesas llenas de papas fritas y ketchup chorreando. ¿Hace cuánto no me daba una panzada de chatarra? ¡Ah, qué cosa tan maravillosa, no nos engañemos! Hoy vuelvo a las verduritas, los jugos exprimidos y los duraznos uruguayos que son la cosa que más me gusta de acá. Eso y el yogur de frutilla Conaprole.
El Chico salió a correr temprano y yo reviso mails desde un comedor con vista al mar y mando algunas cosas a la agencia. Me parece que no es posible desconectarse en tan pocos días. Yo creo que es en la semana 2 que llegás a la desconexión total, ergo, no me desconectaré totalmente en esta mini escapada. Gran Jefe manda mails con asuntos "Sólo si tenés tiempo" que es lo mismo que decirme "!Urgente!".
Ahí está El Chico. Lo veo saludarme desde la subidita del jardín y me hace señas de que se va a bañar y baja para ir a la playa. Le sonrío y le hago con los dedos un gesto que claramente explica que "contesto mails y voy, bancáme". Nos entendemos por señas a través del vidrio. Me encanta lo simple que es todo.
Mis preocupaciones del día consisten en cosas como:
* ¿Protección 30 en el cuerpo y 60 en el "bigote" para prevenir manchas?
* Verificar de qué lugar pega el viento para la colocación estratégica de la sombrilla.
* ¿Havainas doradas de tira finita o las blancas?
* Marcar bien la página del libro para no perderme.
* Que no se me escapen las lolas en la barrenada.
* Planear salida romántica para esta noche.
En eso estoy, salida romántica para la noche. O quedarnos adentro. Quién dice…