La experiencia de dormir en casas particulares no tiene comparación, sobre todo en Cuba, donde la vida es diferente a la de otros países. Compartir la preparación de un congrí con pollo y frijoles colorados, escuchar las conversaciones siempre a los gritos y entre risas y ver cómo se relacionan los vecinos es sólo parte de un extraordinario acceso a una Habana más auténtica.
Hay casas habilitadas para alojar a los viajeros, mientras otras lo hacen sin permiso, para sortear los impuestos. Las primeras son fáciles de ubicar por Internet y suelen ofrecer una estada confortable, con agua caliente y buena comida. En la mayoría de los casos se contratan con media pensión y el precio ronda los 30 dólares por persona (en casas no habilitadas, la mitad).
Hay que tener en cuenta el barrio donde se ubican. La Habana Vieja tiene la ventaja de ser el centro turístico por excelencia, pero no es tal vez el mejor barrio para estar muchos días, ya que uno se siente visitante en todo momento.
En Centro Habana, barrio contiguo e igualmente viejo, pasa algo similar, aunque hay menos atractivos. Llegando a El Vedado la situación cambia. Justamente, en el límite de estos dos barrios, cerca de la calle 23, conocida como Rampa, hay muchos hoteles (entre ellos El Nacional) y al mismo tiempo sitios muy locales como la Universidad y la heladería Copellia.
El Vedado es uno de los mejores barrios para hospedarse, por su belleza y ubicación. Con casas señoriales y mucho verde, está a unos 30 minutos a pie de La Habana Vieja, en un trayecto para nada cansador, ya que se camina por famoso Malecón, junto al mar.
Hacia el otro lado, pasando el túnel de la 5ta. Avenida, dos barrios bonitos son Playa y Miramar, con casas mayormente en mejores condiciones edilicias.
Cuestión de peso
Cuando los cubanos conversan entre sí, un peso es un CUP, o sea, un peso de moneda local. En cambio, cuando hablan con un turista se trata siempre de un peso convertible (CUC), moneda que uno maneja durante la mayor parte del viaje y consigue en el aeropuerto, los bancos y las casas de cambio (llamadas Cadeca). La recomendación es llegar con euros, porque al dólar le cobran un impuesto. Para orientarse, con un euro se obtiene 1,23 CUC, y por un dólar, 0,92.
A su vez, cada CUC vale 24 pesos cubanos. A diferencia de lo que pasaba años atrás, tanto extranjeros como cubanos pueden consumir con ambas monedas de curso legal. De manera que uno puede obtener moneda local en algunas casas de cambio para consumos específicos. Por ejemplo, si uno quiere comer una pizza en puestos callejeros -casas particulares con ventana a la vereda-, la puede comprar entre 5 y 10 pesos cubanos.
Hay consumos que sólo se realizan en CUC. Por ejemplo, el de una lata de cerveza, que suele costar 1,20 en cualquier lado. Incluso en los paladares (restaurantes sencillos, a veces dentro de casas) que cobran en moneda local, la bebida alcohólica se paga en CUC.
También hay cigarrillos, como los Criollos (negros sin filtro), en moneda local, pero un litro de gaseosa o Havana Club sólo se obtiene en pesos convertibles (a 1,80 y 5, respectivamente). Entre lo más caro está el acceso a Internet, que se realiza en hoteles por 6 CUC la hora.
Los precios para turistas son en general muy accesibles para los europeos y norteamericanos, pero no tanto para los argentinos. Por eso es importante saber que algunas tarifas se conversan , entre ellas las de los taxis. Por casi cualquier viaje dentro de barrios céntricos, los taxistas piden 5 CUC, cuando debería costar la mitad, al menos en los autos sin aire acondicionado. Lo ideal es viajar con el reloj del taxi encendido, porque es casi siempre más barato.
Hay también taxis extraoficiales y compartidos, llamados almendrones . Son autos antiguos y de gran tamaño que circulan por las avenidas, que no suelen levantar turistas, pero en algunos casos lo hacen; cobran 10 pesos cubanos. Cualquier extranjero sí puede subirse a un ómnibus (guagua) por 20 centavos de CUP; ya no va tan lleno como años anteriores. Incluso si uno quiere ir a la Fortaleza de La Cabaña, puede tomar un ferry frente a la Iglesia Ortodoxa Rusa de La Habana Vieja. También cuesta centavos y es un buen paseo.
Y la mejor compra en pesos cubanos: los libros, tanto nuevos como usados.