Juegos de seducción
Para ellas, el Slip Open dirigido a elegir al Dios del Mar; para ellos, el scouting organizado por Axe y la revista Playboy y la elección de la Cola Reef; este año, las formas esculturales y la osadía inundan las pasarelas de los paradores
25 de enero de 2008
MAR DEL PLATA.- La fama está a un paso. No mucho más. Ahí arriba, en la tarima donde se acaban las inhibiciones y cotizan en alza las formas y, por qué no, la osadía.
Si no, cómo llamar al desenfreno de esa rubia con vocación de conejita que avanza a paso firme por la pasarela, repartiendo besos, guiños y seducción, frente a miles de hombres que aplauden, ovacionan y, por sobre todo, siempre piden más.
Y vienen más, pero no siempre son señoritas. Porque este año, cuando los vientos de metrosexualidad soplan cada vez con más fuerza, los muchachos también le hacen frente al desafío abierto en las pasarelas y buscan hacer rendir en trascendencia pública esas horas de gimnasio, spa y bronceado artificial que le dedican a su imagen durante todo el año.
La platea femenina, por supuesto, agradecida. "Era hora que se acordaran de nosotras", gritaba Noelia, que seguía sacando fotos a cada uno de los doce participantes del Slip Open, una competencia que se realizó en Playa Grande. Y Ezequiel Rauda, de 22 años y oriundo de Lanús, se llevó un título inédito: el de Dios del Mar.
A pesar de una brisa intensa y fresca que soplaba desde el mar, ellas se instalaron temprano frente al escenario montado en la rotonda del Golf Club Mar del Plata.
Aplaudieron cuando los muchachos hicieron la primera pasada con ropa de calle. Luego ovacionaron cuando más músculos quedaron a la vista en el desfile con short y musculosa. Y aullaron, por momentos con una estridencia casi ensordecedora, cuando en el momento del cierre del show los competidores se pasearon vestidos apenas con un ajustadísimo boxer y algún collar. Nada más.
"No sólo disfruto y grito al que me gusta: me estoy cobrando las que pasé cuando él vio en la playa el bikini open", dice Maia, de Capital Federal, que estira las manos como si quisiera tocar a los modelos que van y vienen por la pasarela. Y desentendida de Gastón, su novio, que espera en última fila y con cara de pocos amigos. "Esto no existe", asegura el muchacho.
Es posible que parte de razón tenga. Porque el Slip Open quedó chico en concurrencia al lado del concurso organizado por Reef para elegir la mejor cola. Y más aún del scouting que Axe y la revista Playboy armaron en Arenabeach.
Esa tarde sí que, si hubo viento, no se notó. Fue puro calor. Con plateas de torsos desnudos y brazos en alto para apuntar bien las cámaras fotográficas y teléfonos celulares. En esas memorias se llevaron los recuerdos digitales de esas siete mujeres imponentes.
Entre esas muchachas de curvas casi perfectas, Pamela Sosa y Jana Grinfeld se llevaron tantos aplausos que quedaron cerca de su sueño: ser la chica de tapa de la próxima edición local de Playboy . Y ahora están a un paso de la fama. No mucho más.
De nuestro corresponsal