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La impronta montañesa junto al Lácar

Una ciudad andina de estética impecable, San Martín de los Andes, a pasos de un pueblo privilegiado para la pesca de diversas especies de truchas, Junín




SAN MARTIN DE LOS ANDES. Neuquén.- Junín de los Andes ha sabido cultivar el bajo perfil: ha crecido al amparo de vecinos más célebres y se ha concentrado en la pesca, deporte de espíritus apocados.
Todos los años, entre noviembre y abril, llegan pescadores de todos los lugares y esperan la llegada de truchas y salmones en ríos y lagos varios. La trucha marrón, la trucha arco iris y fontinalis, y el salmón encerrado figuran entre las presas posibles.
Otros llegan a pescar en el río Chimehuin en mayo, cuando Junín es el único punto del Corredor de los Lagos que puede extender su temporada. Allí se encuentran pescadores de mosca y hacen sus rondas en la boca del río, un lugar que figura entre los privilegiados del mundo.
La caza mayor y la menor, el montañismo y el trekking no están demasiado lejos; aunque en verdad, dicen los pescadores, a ellos les interesa sólo una cosa.

Un principio sanmartiniano

Cuenta una mujer que inició su viaje por el corredor de los Lagos en San Martín de los Andes que iba en el avión, aburrida, y que entonces abrió un folleto de colores patrios que flotaba entre los asientos. Allí leyó que el aviador Carlos Campos, que dio su nombre al aeropuerto de Chapelco, era un hombre de arrojo que en 1953 se trasladó con su familia a San Martín de los Andes, que años después se perfeccionó en Estados Unidos, en Alaska, en Suiza y hasta en Africa, pero los pasajeros de ese vuelo no llegaron nunca a conocer el aeropuerto de Chapelco porque las condiciones climáticas lo impidieron.
Los inconvenientes en el tránsito dan lugar, como es costumbre, a la camaradería entre pasajeros.
"De un día para el otro cambié mi vida ciudadana por una cabaña perdida en medio del Parque Nacional Lanín. No hay nada más recomendable para el stress que enamorarse de un guardaparques", dice Mariana, que vive en San Martín de los Andes desde hace más de quince años. Viene de pasar un mes en la gran ciudad y no ve la hora de volver. Se entiende. Desde la perspectiva terrestre que finalmente ha adquirido el viaje que supo ser aéreo -el avión aterrizó en una ciudad cercana-, San Martín se ve nítida junto al lago Lácar, las casas de madera y las retamas furiosas que enmarcan el camino de llegada.
Kilómetros antes, como antesala del idilio, aparecen unas casas de madera con humo en la chimenea y ovejas rodeadas por cercos de madera, como esos dibujos que los chicos solían hacer en las escuela primaria y que los de estas generación seguramente ya no hacen más.
Como ciudad, San Martín de los Andes ha logrado una clara identidad estética, algo que no suele abundar en el interior de la Argentina. No da esa impresión de traslado que dan otros lugares, esas esquinas que después de mirarlas horas podrían estar en San Luis o en Santa Cruz.
Aquí se mantiene una regularidad del trazado, una atención al detalle, la preponderancia de las piedras y maderas autóctonas en las construcciones, una pulcritud que casi la hace ciudad extranjera. Muchas de las personas que circulan por la ciudad van vestidos con una clara impronta montañesa, llama la atención esa costumbre de dejarse llevar por el paisaje. Los sombreros son de fieltro, de pelo de nutria o de conejo.
Y se usan también de noche. Es un día de semana y el bar Tío Paco no lo demuestra; todas las mesas están ocupadas. Según Miguel, que espera en la barra a que algo ocurra, es fácil diferenciar a los locales de los foráneos porque los últimos son los únicos que toman alcohol. Aunque la distinción pueda parecer difícil de sostener no deja de ser buen motivo para mirar con descaro.

Semblanzas naturales

Pero justamente, como suele suceder en estas latitudes, el mayor de los encantos no está en la vida ciudadana. San Martín de los Andes es sede de la intendencia del Parque Nacional Lanín y en ese perímetro de casi cuatrocientas mil hectáreas ya hay mucho para ver.
El Volcán Lanín, por ejemplo, con su ladera cubierta por glaciares; y el lago Huechulafquen en su base: una dupla para el andinismo y la pesca. Otro lago óptimo para la pesca es el Lolog, donde los expertos practican trolling y los novatos spinning. Y el Lácar, que no por próximo pierde interés; el único de los lagos del parque que desemboca en el Pacífico.
En las márgenes del lago está Quila Quina, una villa donde están asentados algunos miembros de la comunidad mapuche de los Curruhuinca. Muchos de los que viajan con curiosidad antropológica hacen un camino sinuoso para llegar hasta allí.
María Cristoff

Playas lacustres que se recuestan al pie de imponentes volcanes

Imperdibles: viajes en telecabinas por el Chapelco, visitas a comunidades mapuches y caminatas por un bosque de araucaria, algunas de las alternativas sureñas.
  • Cómo llegar
Desde Buenos Aires hay vuelos regulares al aeropuerto de Chapelco, que está a 18 kilómetros de la ciudad. Se puede volar por Austral, que tiene servicio cuatro días a la semana: martes, jueves, sábados y domingos. La tarifa de los vuelos de ida, sin impuestos, varía entre 159 y 260 pesos.
Si se desea ir por tierra, lo más recomendable es tomar la ruta 5 y llegar hasta Neuquén, desde donde se llega a San Martín vía Junín. Una segunda opción es la ruta 3, aunque hay tramos que no están en buenas condiciones y desde Buenos Aires tiene una salida con un intenso tránsito de camiones hacia el Sur.
  • Qué hacer
San Martín de los Andes presenta una amplia variedad de programas para realizar. A continuación adelantamos sólo algunos de los más interesantes:
  • Excursiones al cerro Chapelco: un lugar más conocido por sus deportes de invierno, aunque muy atractivo en los meses de verano. Se puede hacer un trayecto de cinco minutos en telecabina y desde la altura tener una vista del lago Lácar y del volcán Lanín; una excelente idea es hacer trekking para bajar.
  • Paseos lacustres: se parte desde el embarcadero de la ciudad de San Martín y se puede navegar por el lago Lácar y el Nonthué, su continuación. Todo el trayecto es un espectacular despliegue de vegetación y de playas e islotes.
  • Villa Quila-Quina: un camino angosto y de pendiente acentuada atraviesa un bosque de robles y llega hasta esta villa poblada por residencias veraniegas y por innumerables viviendas que pertenecen a miembros de la comunidad mapuche de los curruhuincas. Hay un muelle con embarcaciones y una de las playas más agradables de la región, a orillas del lago Lácar, desde la cual se puede practicar actividades náuticas.
  • Volcán Lanín: un recorrido de 190 kilómetros hacia el Norte que permite internarse en bosques de araucarias propios de esa zona, y conocer el paso Tromen y el lago de idéntico nombre, apto para la pesca deportiva.
  • Dónde hospedarse
  • Hostería La Cheminée: un lugar sumamente acogedor, con dieciocho habitaciones y suites. Está abierta todo el año y ofrece servicio de sauna, sala de relax, biblioteca, piscina e hidromasajes. Cuenta con un salón donde se puede tomar un trago y disfrutar de una picada con productos de la zona: ciervo, jabalí, trucha ahumada. Además, se exponen obras de artistas locales.
Tarifas de la habitación doble: 130 pesos con desayuno continental incluido. El teléfono es (0972) 27617/27717/28087. Fax (0972) 27762.
  • Hotel Caupolicán: un hotel ubicado en pleno centro con la ciudad, con un generoso desayuno. El valor de la habitación doble durante el verano es de 100 pesos. El teléfono es el (0972) 27658/27900; fax (0972) 27090.
  • Hotel Sol de los Andes: 32 habitaciones y piscina, sauna con gimnasio, videoteca y boutique; room service las 24 horas. Las tarifas de una habitación doble es de 130 pesos y asciende hasta 270 si se trata de la suite presidencial.
Teléfono (0972) 28294; fax (0972) 28296.
  • Más información
Para obtener cualquier otro tipo de información es posible contactarse con la Secretaría Municipal de Turismo. situada en Juan M. de Rosas 790 (8370) San Martín de los Andes. Neuquén o por el teléfono (0972) 27347.

Refugios para pescadores

  • Ubicación y hospedaje
Junín está a 43 kilómetros de San Martín de los Andes y a sólo 19 del Aeropuerto de Chapelco. Entre las opciones de hospedaje para una estada en la zona figuran tres hospedajes que se destacan del resto:
  • Hostería Quillahue: ubicada dentro de la ciudad, a orillas del río Chimehuin, famoso por sus posibilidades de pesca. El lugar cuenta con once habitaciones calefaccionadas y baño privado, bar, restaurante con comidas regionales. Se ofrece servicio de guía de pesca. Tarifas aproximadas de una habitación en base doble: $ 100 con desayuno incluido. Telefax (0972) 91199.
  • Hostería Paimún: sobre el lago Paimún, en la unión con el lago Huechulafquen, 17 habitaciones calefaccionadas con servicio de mucama, bar, restaurante y sala de estar. Cuenta con un muelle embarcadero y bajada de lanchas, sobre la orilla de la Angostura entre los lagos Huechulafquen y Paimún. Tarifa habitación doble: $ 90 por persona con pensión completa. Teléfono para reservas (0972) 91201/91211.
  • Hostería San Huberto: ocho habitaciones en una exclusiva hostería a orillas del río Malleo, a unos 40 kilómetros de Junín. Trabajan casi exclusivamente con pescadores y organizan excursiones de pesca, aunque está abierta a todo tipo de público. Trabaja con el régimen de pensión completa, con exquisitos platos regionales. Tarifa: habitación doble $ 110 por persona más iva. Reservas (0972)91238.
  • Más datos
Para obtener mayor información acerca de Junín de los Andes, sus programas y servicios, comunicarse con la Secretaría de Turismo Municipal, ubicada en la intersección de Padre Milanesio y Coronel Suárez. Telefax (0972) 91160.

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