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La trastienda de Armani





Mañana, tarde o noche de desfile = a largo día de backstage. Todo lo que pasa detrás de la pasarela es tan intenso, detallista y, hasta a veces, estresante que el tras bambalinas pide post y aprovecho para contarles más detalles de esta semana de alta moda en París.
El lunes arranqué temprano rumbo al desfile de Armani Privé. Antes de que el chofer me dejara en la puerta del Grand Palais, donde fue el show, miré por la ventanilla y vi una gran cantidad de fotógrafos y periodistas que pensé que llegaría tarde. Ir hasta la entrada llevó su tiempo, pero fue divertido, todos tenían muy buena onda a pesar del frío y hacían su trabajo con respeto. Había también curiosos, claro, pero la prensa era mucha y no era para menos, este es de los desfiles más clásicos del Haute-Couture y más esperados.


Una vez adentro, impecable backstage. En la primera sala estaba toda la colección que pude mirar con tranquilidad. En la segunda, las hileras eternas con decenas de peluqueros, maquilladores y personas caminando apuradísimos para todos lados sin soltar teléfonos ni audífonos. Y en la tercera sala, el catering, patisserie francesa de la más exquisita. También había un buen desayuno porque además de temprano la jornada sería larga. (Sí, Melisa3192, respondo desde aquí a tu comentario: en los fittings y backstages hay tortas, sándwiches, frutas... En fin, muchas cosas a disposición de quienes estamos trabajando para estar cómodos, enérgicos y descansados en la medida de lo posible. Son muchas horas, existe horario de entrada pero nunca sabemos el de la salida!).
Muchas veces toca esperar rato largo hasta que empiece el desfile porque ya terminaron con tu producción de peinado y maquillaje. Y confieso que esta es la mejor parte porque puedo hablar con amigas y con otras personas queridas, pero que no veo seguido porque nos cruzamos viajando, aunque hayamos empezado la carrera juntos y en algún momento estuvimos muy apegados.


Una parte clave del backstage es la prueba del desfile. Un simulacro donde nos explican de qué manera tenemos que caminar (depende, por ejemplo, de la temática del desfile), si hay que parar para posar frente a los fotógrafos, de qué lado de la pasarela se debe caminar, cómo debe ser la actitud que demostremos, si podemos actuar alguna pose o no. Esta vez la directiva fue sencilla: caminar todo por el medio, sin parar para hacer la foto y sin final (momento en el que salen todas las modelos una detrás de la otra y después el diseñador a saludar).
La gran sorpresa que me llevé fue que hubo cambio de mi outfit a último momento: a Giorgio no le convencía el look que él mismo había elegido para mí hacía unos días en el fitting. En vez de una pollera por debajo de las rodillas y un top con piedras muy trabajado, optó, sobre la hora, por un vestido de gala hasta el piso. La combinación de ese género negro con brillos, grueso y de aspecto pesado, con las mangas independientes en verde agua y elastizadas me parece sublime. Me gustó la nueva elección, de una sofisticación y elegancia digna de su autor.

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