MENDOZA.- Nadie se atreve a decirlo en voz alta, pero casi todos son cuidadosos al hablar del fenómeno de la nieve de este año en Las Leñas. Curiosamente, la buena fortuna, que este año representa un 40 por ciento más del turismo ordinario, es para muchos lugareños mérito de haber comprendido las creencias de la zona.
Por lo menos dicen que el descubrimiento de un cacique huarpe momificado en una de las cumbres provocó tal desequilibrio climatológico que casi afecta el complejo turístico dejándolo sin nieve. El indígena, de apenas un metro de estatura, desató una discusión entre los pobladores y antropólogos al quitarlo de su lugar de reposo. Finalmente, luego de muchas discusiones entre científicos y legisladores, a principios de este año, el hombre fue devuelto a la montaña.
Seis meses después, la tormenta de nieve terminó aislando a varios pueblos de la cordillera, incluyendo a Malargüe, uno de los más cercanos a Las Leñas.
Ninguno de los pobladores expresó quejas, acaso creyendo que la tormenta fue la lógica reacción de quien había sido despojado de su morada.
Hasta medidados de octubre
Lejos de cualquier leyenda, hasta la fecha la buena temporada representa un promedio de casi 2500 turistas diarios. El buen clima no sólo es récord de temporada, sino que además la extendería hasta la segunda semana de octubre, según los cálculos de los organizadores.
Ningún turista desaprovecha los beneficios de la nevada. De hecho,en las pistas Eros y Venus, a un poco más de los 2200 metros, se encuentran aquellos que se animan a esquiar por primera vez. Allí es común ver a novatos de 3 y 4 años, sosteniendo apenas sus esquíes, camuflados en camperas flúo y anteojos de carey. Ahí también se encuentra la mayoría de los que toman clases.
El valle cuenta con 150 profesores entre temporada alta y baja. Aquí todos salen sabiendo; si en siete días no aprenden se les devuelve el dinero de las clases, sentencia el slogan, destacando la prioridad de los organizadores. El costo de dos horas de clase promedia los 30 pesos para las grupales, y 45 para las particulares y especiales de una hora.
Aquellos más atrevidos prefieren utilizar la aerosilla Minerva para llegar a la mitad del cerro Entre Ríos. Adolescentes con gorros multicolores que imitan el look rasta de Bob Marley despliegan sus habilidades en el snowboard, surfeando en la nieve. Un poco más rigurosos, algunos competidores eligen las pistas de Apolo y el snowboard park, este último especialmente iluminado, que sirve como entrenamiento para la competencia prevista para fines del actual. Hasta hoy, el monoesquí aparece como la sensación de la temporada, junto con el carving, especie de esquí, de diferente perfil, que según Julio Ecker, director de Montaña de todo el complejo, facilita el aprendizaje.
Los primeros deslices sobre la nieve son siempre los más complicados
Los avanzados prefieren el cerro de Los Fósiles y si el tiempo ayuda el de Laguna Escondida, a poco más de 3500 metros de altura. Al promediar la tarde, es muy común ver el regreso de jóvenes noruegos y suizos satisfechos por la práctica. Claro que los turistas extranjeros -la mayoría brasileños- y locales dividen su tiempo entre el esquí y otros esparcimientos. El alquiler de motonieves, cuatriciclos y las fiestas en la disco Ku son la debilidad de los adolescentes, mientras que los adultos se quedan con el casino del hotel Piscis.
Claro que el baile y el azar también están supeditados al clima. Si el tiempo ayuda, algunos eligen escaparse al menos un día de la nieve, para visitar el Pozo de las Animas, 40 kilómetros abajo del valle. Dos enormes cavidades escondidas entre montañas guardan una fosa de agua cristalina que, según dicen, no tiene fondo, provocando un extraño sonido, similar al llanto de los muertos.
Otros se deciden por el esquí travesía, que les permite recorrer los puntos más altos de Las Leñas atravesando el cerro Ponce, Torrecillas -de 3771 metros- hasta llegar a Laguna Escondida. Desde las cumbres más altas de Las Leñas, el silencio sólo se interrumpe con la tenue brisa que muchos mendocinos asocian con la llegada del zonda. Desde ahí, también se ven los colores intensos de escasos esquiadores que dibujan garabatos con sus piruetas o simplemente reparan con armoniosa calma sus equipos. Acaso fascinados por la virginidad del lugar.
La variedad también se extiende a los gustos gastronómicos. Géminis se destaca por las comidas frías y Piscis por Il Legno, restaurante dedicados a los platos italianos. No obstante, no faltan aquellos que prefieren degustar chocolate caliente en Elcurra, una de las paradas de la pista, o una cena romántica en Bacus, para disfrutar los misterios de la montaña.
Adrián Javier de Paulo
Fiesta de antorchas para alargar el día
MENDOZA.- Todos los viernes, como un ritual ineludible, la mayoría suspende sus actividades para presenciar la caída de la tarde en la villa.
Desde lo más alto, como luciérnagas inquietas, bajan entre 40 y 50 instructores con sus antorchas hasta la base, para iluminar lo que queda del día.En general, el espectáculo concluye con el aplauso espontáneo del público y la lógica admiración de las chicas, que con pudor pero sin dudar se acercan a los expertos para elogiar sus habilidades y felicitarlos por la proeza. Todo, en medio del magnífico escenario adornado por la nieve que es la protagonista principal.
Aries y Piscis se ocupan de proteger a los huéspedes
Hoteles: satisfacen las expectativas, cada uno de ellos con sus precios y comodidades propias; se proyecta erigir Villa Capricornio el año próximo.
MENDOZA.- Aries no tuvo suerte, por lo menos en 1996. El hotel cinco estrellas, ubicado al pie de la pista de Urano, sólo este año colmó las expectativas con amplitud, luego de la crisis del año anterior. Con 77 habitaciones, 2 restaurantes, gimnasio y sauna es, junto con Piscis, uno de los dos mimados del zodíaco hotelero. Piscis cuenta con 98 habitaciones, con vista a la cordillera, jacuzzi, sauna, pileta climatizada y casino. Los precios varían según la temporada.
Acuario, Escorpio y Géminis siguen entre los mimados, con juegos de salón, grupos musicales y sala de estar, respectivamente. La capacidad hotelera ocupó todas las expectativas, según informa Jorge Birkner, gerente de Servicios al Huésped. La construcción de Villa Capricornio, para el año próximo, demuestra que el fantasma de la crisis quedó atrás.
Servicios
Fuera de los signos, la villa cuenta con apart hotel más económicos. Todos, sin excepción, ofrecen traslados guardaesquí y restaurantes. Según Birkner, salvo en temporada alta, Las Leñas no es inaccesible.
Por 550 pesos y menos también cualquier persona puede pasar siete días sin sobresaltos.
Para esquiar, los chicos se agrandan
Experiencias: observar las alternativas que vive un grupo de pibes para aprender este deporte muestra que con audacia les basta.
LAS LEÑAS.- Parados sobre los esquíes, un grupo de chicos entre los 11 y 12 años espera las indicaciones del instructor, en una de las cinco pistas del centro invernal de Las Leñas ubicado a 1800 kilómetros de Buenos Aires. Hace bastante frío, pero el sol brilla intensamente sobre la nieve. Con algún esfuerzo tratan de mantener el equilibrio, cosa que parece algo complicada para ellos que empiezan en la práctica de este deporte.
Son inevitables las caídas, amortiguadas por el manto de nieve. Entre risas y gritos van incorporando las técnicas y descubriendo los secretos del deporte blanco.
A mediodía se hace un alto para almorzar una vianda que se sirve caliente para mitigar el clima gélido, acompañada de un espeso chocolate.
Ya en el hotel, y ante un abundante plato de pastas seguido de carne y ensalada, el grupo intercambia las experiencias del día. Quién se cayó menos veces y quién logró mantener el equilibrio hasta el final.
Los chicos llegaron a Las Leñas desde Buenos Aires para pasar una semana de aprendizaje del esquí, complementado con caminatas y juegos.
Buena parte del día llevan un ritmo bastante uniforme. Lecciones, práctica, esquí y más esquí. Después de un abundante desayuno sobre la base de chocolates, medialunas y mermeladas, y cuando son las 9, salen del hotel con pista libre hacia el lugar de entrenamiento.
Siguen hasta las 16, cuando descansan un rato, reacomodan los equipos y el material, para comenzar con los juegos y las caminatas.
Para tener la casa propia
Entre las lluvias de bolas de nieve y los infaltables muñecos, Raúl, el coordinador, que es arquitecto y fotógrafo, sugiere una divertida actividad: construir iglúes. Para armar los, no es necesario que los chicos corten los bloques de forma prismática, sino que se moldea la nieve compactada con las manos enguantadas.
Esta tarea exige cierta habilidad y rapidez para apilar los bloques, uno sobre otro.
El primero se coloca en el piso, enseguida el otro a un costado y un tercero de igual manera, armando una estructura inestable que en cualquier momento se puede caer. A la par se construye una hilera similar en el lado opuesto, y antes de que ambas se vayan al suelo, se las une con un bloque ubicado en la parte superior, para moldear la cúpula que distingue al iglú.
Luego cavan la entrada y fabrican un túnel para ingresar en el interior. Falta un detalle importante: el agujero de la cúpula debajo del cual irá la chimenea.
Una vez listo, los chicos colocan una vela encendida y comprueban que sólo esta llama sirve para hacer habitable el iglú, que no se derrite, ya que el agua que se forma en el orificio, por efecto del frío exterior, se vuelve a congelar.
En este ambiente acogedor construido con las propias manos, los chicos se reúnen en grupos de a cuatro para tomar unos mates con medialunas.
Alicia Terradas