OK, hoy es la última sesión de Luján.
Cito: no pueden llamarnos un ratito después para informarnos el diagnóstico. De hecho, no es un ratito. Tenemos tomados dos turnos seguidos para ese día. Tenemos que ir solos y nada, armarnos de valor.
Estoy, claramente, muy ansiosa y nerviosa con el tema. Pero estoy tratando de bajarlo a tierra. Así tenga que medicarla y seguir con un tratamiento riguroso o lo que sea, estoy intentando enfocarme en el lado positivo del asunto. Y este es: algo, lo que sea, va a hacer que mi hija de 5 sea más feliz, que disfute más de lo que le toque en su vida (que no es poco). El medio que se use para lograr todo esto, va a ser digno de mi amor. Su escudo, aquello que me ayude a protegerla sólo va a provocar en mí cariño. Sea un psicólogo, un psiquiatra o un medicamento.
Eso pienso.
Eso quiero pensar.
Y eso quiero no olvidarme.
La vida es una sola, se la pasan diciéndote eso. La de mi hija también. Y será lo mejor que pueda ser. Y eso, gracias a lo que estamos haciendo ahora.
Gracias casidelparque por preocuparte y aconsejarme. Sos lo más.