Publicado por Silvia
Una vez, hace varios meses, mientras él ya dormía y yo todavía daba vueltas, Silvio habló. Dijo "Me persiguen los monos!!!!". Yo le pregunté… ¿qué? Y él me contestó balbuceando algo incomprensible. Silvio nunca me creyó y me quiso convencer de que yo había soñado ese diálogo. Incluso llegué a dormir un par de veces con mi grabador de periodista en la mesita de luz, a ver si lo agarraba o si de paso le podía sacar alguna confesión grosa medio de película, del tipo: "Papá, con el cinturón de nuevo no!" o "Dame un beso… Giselle" (podría haberlo dejado toda la noche grabando, pero quién lo escucha después?).
Su prédica nocturna no volvió a aparecer pero el hábito que crece (¿es una cuestión de edad?) es el de los ronquidos. Por suerte, son todavía esporádicos y no te atornillan la cabeza (como recuerdo de otros...). La verdad, yo no tengo ningún problema para dormir. Pero Silvito... Ay.
Silvio no puede dormir con una mínima luz de un cargador, de la batería de la compu, del celular (que lo pone dado vuelta). La bendita tele, de la que hablamos ayer, tiene una ridícula cinta aisladora negra que él puso para tapar la luz verde que le queda aun cuando está apagada. A la segunda noche de mudarnos, puse como sorpresa romántica unas estrellitas en el techo que cuando apagás la luz se ven apenitas flúo. Le gustó, pero esa noche se dio cuenta de que no podía dormir con lo que llamó "el festival de luces". Como yo no las quería sacar, tuvo que hacer el esfuerzo.
Acostumbrarse a un nuevo lugar para dormir me llevó un par de noches. Igual, todavía estoy más sensible a los ruidos. Pero encima Silvio, así como tiene problemas para dormirse, tiene aún más problemas para despertarse. Y su método es un infierno para mí: pone el despertador a las 7 de la mañana y "snoozea" hasta las 8.20 y cada diez minutos… Yo que me tengo que levantar a las 9 lo odio, y todas las noches le pido que se levante de una. Él me promete que mañana lo pone a la hora que se tiene que despertar y no deja sonar más el despertador. Después, no se hace cargo. Quizás me lo promete dormido, como cuando lo perseguían los monos.