¡Buen día! ¿Cómo andan?
¡Qué largo se me está haciendo marzo! No puedo creer que recién sea 14.
El sábado fui a ver departamentos. Vi cuatro y los cuatro me gustaron.
El más lindo de todos era el peor ubicado, pero la verdad, estoy muy poco pretensiosa.
Fui con Marcos, que está entusiasmadísimo con la idea de vivir en un edificio. ¡La pasamos tan bien!
Cuando terminamos, lo llevé a almorzar a la plaza de Belgrano R. Charlamos como una hora y media. ¡Qué grande está, por Dios!
El viernes a la noche se fueron los tres a dormir a lo de Nicolás, pero al final se quedaron con la abuela, así que los pasé a buscar temprano.
Salí con Cariló, fuimos a la comida con sus amigos.
Estuvo buena. Eran mil personas así que nada, como que la cosa se diluyó. Cariló no se me despegó ni un segundo.
Debo confesar que me encantó estar con él, que cada día me gusta más.
Después de la comida, dormimos en su casa, pero me fui temprano porque quería retirar a los chicos.
El fin de semana del 24 de marzo, Nicolás se los lleva al campo.
Cariló me dijo de irnos a algún lado.
Yo pensé en una estancia. Después me sentí una vieja aburrida.
¿Se les ocurre algún lugar?