¡Me casé el sábado!

El civil lo habíamos hecho una semana antes (el 2 de noviembre) y por eso (como algunas sospechaban) la semana pasada no estuve muy activa con los comentarios. Pido las disculpas correspondientes y espero puedan entenderme.

En estos días les voy a contar más del civil pero hoy quiero aprovechar para escribir sobre el sábado, necesito compartir con ustedes esta felicidad absoluta que estoy sintiendo.

Quisiera describir algunas sensaciones y emociones que todavía están frescas. Ya tendremos tiempo para hablar de cada uno de los detalles: del vestido, del hotel (¡no saben la sorpresa que me llevé en el Palacio Duhau! ¡Nos dieron un upgrade a una habitación INCREÍBLE!, ya les voy a contar y mostrar fotos de ese lugar alucinante), de la decoración, el peinado, el make up, el ramo y todo lo demás... Pero hoy quiero hacer foco en lo que siento, en las emociones, en esas cosas que se nos cruzan por la cabeza en situaciones de semejante trascendencia.

Elegí algunos momentos únicos para describir desde mi experiencia y para que todas podamos hablar de qué nos pasó al vivirlos o cómo imaginan que podría ser.

1-La entrada a la iglesia: ese momento fue un verdadero flash. Entrar del brazo de mi papá y caminar ese pasillo mágico con destino a un altar donde me esperaba Martín con una sonrisa inmensa. Descubrir, paso a paso, las caras que con grandes sonrisas y ojos vidriosos (en muchos casos) nos transmitían deseos de felicidad desde cada banco. Mis amigas, mis primos, mi abuela, los que veo siempre, los que no veo nunca pero quiero muchísimo, los nuevos, los viejos, toooooodos… sin palabras. ¡Una caminata inolvidable!

2-El sermón: antes del consentimiento el cura nos dijo unas palabras. Nos habló a nosotros dos, como si no hubiera nadie más en la iglesia. Nos habló de cada uno de nosotros, de nuestros corazones, nuestras maneras de ser, de nuestra apuesta a "amarnos siempre y cada día más". Fue muy lindo, muy emocionante. Yo tenía un nudo de emoción en la garganta pero me la venía bancando sin lagrimear.

3-El consentimiento: él lo hizo primero y fue un dandy. Dijo todo perfecto, sin equivocarse, sin pausas…perfecto. Yo, que venía conteniendo emociones. Me quebré antes del "…Porque quiero compartir con vos todos mis tiempos…" y de ahí en adelante seguí con la voz entrecortada. La verdad, todo fue muy movilizante ¡y estábamos tan felices!

4-La entrada a la fiesta (ya voy a hablar del tema de entrada): fue de película. Como flashes de gente saltando alrededor nuestro. Fotos, gritos, risas, sonrisas, abrazos y lágrimas. Empezamos demasiado arriba (demasiado) y esa fuerza marcó el pulso de lo que fue toda la fiesta: una celebración al 100% donde nadie dejó de bailar hasta que salió el sol.

Es cierto que toda la fiesta fue un compilado de momentos para guardar eternamente en mi memoria , como dicen algunos, para ponerles un moño y atesorarlos por siempre. Toda la noche fue pura magia, puro amor y alegría . El ingrediente clave: la felicidad de nosotros dos que nos invadía por completo dándonos ganas de compartir nuestro amor inmenso con cada uno de nuestros amigos y seres queridos que estaban ahí para pasar este momento inigualable con nosotros.

En definitiva, ustedes también son parte de esto que estoy viviendo . Siempre estuvieron para alentarme, darme consejos, calmarme cuando enloquecía y acompañarme en cada decisión. Me encanta poder compartir la felicidad de este momento y contagiar... contagiar las ganas de buscar la felicidad en cada decisión de sus vidas.

¡Lo mejor para todas!

P.D.: hoy me voy de luna de miel . Voy a dejar posts contándoles algunas cosas pero no podré comentar. Igual, espero sus comentarios para poder responderle a todas cuando vuelva. Y además, a mi vuelta, prometo mostrarles fotos de todo y, si les interesa, presentarme de una buena vez . ¡Besos!