Ayer a la tarde, mientras trabajaba, Nicolás me dejó un mensaje diciendo: "¿podés comer esta noche?" Rarísimo.
Cuando me liberé lo llamé. Necesitaba un poco más de información antes de responder esa pregunta.
"Necesito que hablemos, ¿podés dejar a los chicos con Mirti?"
Le dije que podía, pero tarde, cuando durmieran, y que podíamos, en todo caso, tomar un café.
Una vez que ya todos estaban acostados me cambié y bajé. A los 2 minutos pasó Nicolás. ¿Saben qué raro fue ir en el auto con él otra vez? No me acuerdo de cuándo fue la última vez que había pasado. De hecho, sentí muchísimas ganas de bajarme apenas me apoyé en el asiento así que propuse que fuéramos a un lugar ahí nomás, a 3 ó 4 cuadras.
Nos sentamos, pedimos café y capuccino y una vez que nos trajeron todo me dijo "estoy viendo a alguien".
Siguió: "Estoy saliendo con una abogada del estudio del piso de arriba del mío. Quería que lo supieras por mí y que no te enteraras por otro."
OK, le dije, gracias por avisarme.
"Me gustaría que los chicos la conocieran. Si bien hace poco que estamos juntos, no creo que vaya a ser algo pasajero".
¿Te parece? Justamente, ya que no va a ser algo pasajero, para qué apurarse? Hay tiempo para que los chicos la conozcan.
"No, ya sé que hay tiempo, pero me da ansiedad".
Me empecé a enojar. ¿Qué necesidad de compartir con chicos chiquitos este tipo de novedad? ¿Te da ansiedad? ¡Controlala! Comprate una pelota anti estrés.
Esto lo pensé, claro. Lo que dije fue:
No me parece. Creo que no hay ninguna necesidad. Digo, tu ansiedad no califica como necesidad y sería bueno que aprendieras a dejarte de lado a la hora de evaluar lo que está bien y lo que no.
El bienestar de tus hijos es mucho más importante que tu ansiedad.
Te pido por favor, date el tiempo de pensar realmente si tu relación es seria y luego, cómo, cuándo y dónde comunicárselo a los chicos.
Ya te digo, objetivamente no hay apuro. El único con urgencia sos vos.
"Yo sabía que no te iba a caer bien la noticia".
¿¿¿EHH???
Terminé mi café de un sorbo y le dije "Tengo que volver a casa. Estoy cansada y no quiero dejar a Mirti tanto tiempo sola con todos. Aún no tengo idea de cómo me cae tu noticia porque no pensé en mí todavía. Sólo me preocupa que a los chicos se los mantenga en un lugar más o menos seguro, que no se los llene de información que no van a poder decodificar. Te pido que no te desvirtúes. Pensá en ellos y después en vos. Estoy segura de que si tu relación es seria, entonces vas a saber encontrar el momento más propicio para que tus hijos y tu novia se conozcan.".
Sus tres acciones siguientes fueron: Bufar, resoplar y refunfuñar.
Las mías: Dejar la plata, ponerme el saco e irme.
Prefiero caminar, gracias.
Y caminé pensando "más de lo mismo. Ahora con novia, pero más de lo mismo. Mi misión en este momento de mi vida es preservar a mis hijos de la inmadurez galopante de su padre. Nada más. No voy a pensar en nada más. Soy mis hijos, y su bienestar. Yo también voy a ser abogada, defensora de pobres y ausentes".
La Doctora.