Me parezco a eso, a una olla de presión (y no por el tamaño de mi trasero) sino porque estoy al borde de estallar en cualquier momento.
Me vino la bronca, me vino la inseguridad, me vinieron los celos irracionales, la herida narcisista y las ganas de hacer llamados a los gritos. Eso por dentro.
Por fuera soy toda paz, sin reacción, sin desborde, con la tapa puesta. Pero voy a estallar. Me la veo venir.
A las 5 me escapo de la agencia para ver el departamento.
-Llevá plata para hacer una reserva si nos gusta. Es la ley de la selva, Sofi.
Mara dice que los buenos te los sacan de las manos.
-Como los maridos, nena.
¡Mañana les cuento! ¡De repente amanezco futura propietaria!