Para los más jóvenes, juntos es mejor

Lo mismo que sucede en los países amasados con inmigrantes, su primer destino al exterior es la tierra de sus ancestros. Volver al pueblo, la aldea, el terruño. Conocer en vivo a primos hermanos y acercarse a las historias de familia que hablaban de esa montaña o ese río de dos letras que desde las palabras cruzadas sabemos que es el Po.

La novedad es que lo organizan para hacerlo solas, sin mayores ni chicos al lado. No es un tema de mujeres, sino de la creciente independencia del género. Con la diferencia de su capacidad, mayor que en los hombres de edad, para preparar lo que es un viaje de iniciación, del tránsito a la edad adulta.

Las cabezas de puente son Madrid o Roma, para desde ahí ir sumando experiencias. Estando tan cerca de Barcelona o Ibiza, de Venecia, Sicilia o Londres, la tentación es fuerte. Entonces entra a jugar la computadora para pasar del dicho al hecho. Se manejan muy bien en Internet y dominan el inglés como lengua franca de la globalización. Averiguan distancias, transportes, alojamientos y, sobre todo, costos.

Porque no es cuestión de pedir más dinero en casa, sino de fijar un presupuesto y respetarlo. El bolsillo de los padres es generoso, pero tiene fondo. Entonces es cuestión de saberlo de antemano y luego ir dosificándolo con los cajeros automáticos para cumplir el plan. También alquilando entre todas un teléfono celular para no perder contacto con el cordón umbilical, porque la distancia es como el viento, según explicó Domenico Modugno.

Las conocí para hablar sobre el viaje y ellas no sólo lo tenían muy claro, sino que hace meses que lo vienen ajustando, consultando agencias y amigos, pasando del borrador al programa definitivo. Me pidieron que las ayudara y fui yo el que más aprendí.

En otro escenario, en este caso mixto de chicos y chicas, desde hace varios años la comunidad armenia comprende que es incompleta la enseñanza de jardín, primaria y secundaria, sin tener el contacto directo con su rica cultura original. Y pusieron en marcha una idea formidable para el viaje de los egresados del Instituto Marie Manoogian a su país del tamaño de Misiones, un puente entre Europa y Asia: todos los viernes funciona ahí un restaurante en el que las mamás cocinan, los padres acompañan en la organización y la caja, y los adolescentes atienden las mesas. El lugar es grande, pero hay que reservar siempre porque es sólo una noche por semana y la demanda, muy grande. La comida típica es excelente y la eficiente atención de los jóvenes tiene el plus de la sonrisa. Doy fe. Se están ganando su viaje. El egresado que quiera ir tiene que trabajar previamente. No hay excepciones.

En la pampa gringa o en Palermo Viejo (ahora SoHo) son iniciativas trascendentes que se repiten en toda la Argentina. El turismo es una herramienta utilísima. De manera ordenada, con apoyo familiar y responsabilidades asumidas. Tienen afinidad generacional con los mochileros con la diferencia que, en lugar de estar inclinados a la aventura individual, prefieren actuar en equipo. Sienten que juntos son más.

Por Horacio de Dios almadevalija@gmail.com