Casi me quedo sin trabajo.
No quiero hablar demasiado del tema por una cuestión de privacidad de mi jefe. Tuvo un grave problema y pensó que tenía que cerrar el centro.
Las cosas están más o menos mejor, aún nada seguro. Están viendo.
Mientras tanto, Nicolás quiere invertir la plata (que es suya pero que había cedido para los niños) en no sé qué de la bolsa. Le dije que me parecía arriesgado pero no mucho más que eso porque siento que no me corresponde.
Estas dos cosas sucedieron en la misma semana. Me angustié muchísimo.
Hoy el consultorio está cerrado. Yo me quedo en casa. Tengo que ir al banco pero nada más.
Me hice un mate y tengo torta de canela y manzana (o se dirá "manzana y canela"?). Los niños, en el colegio, y Mirti, planchando y escuchando música romántica.
Es viernes y eso siempre me levanta un poco el ánimo.