MAR DEL PLATA.- Hay que avisarles a los espectadores que lo que están viendo es una exhibición. Porque a la luz del empeño que ponen los jugadores en cada acción y la rivalidad que parece haber entre un equipo y otro, esto se asemeja a la final de una Copa del Mundo.
El pato, visto por mucha gente como un deporte de fronteras adentro y con casi tres siglos de presencia en el país, tiene una gran proyección internacional. Y la Argentina, pionero en la disciplina, anda en busca de un título mundial. "El gran rival es Francia, campeón europeo", dice Marcelo Busto, entrenador del equipo nacional que pasó por Mar del Plata con varias de las mejores figuras de la especialidad. Aquí ofrecieron una demostración de pato beach y horseball .
"No lo entiendo mucho, pero parece muy emocionante", dice Luis Lafranca, un chileno que le dio descanso a su equipo de kitesurf para ver cómo esos seis jugadores van y vienen con sus caballos, siempre en busca del aro contrario para embocar el pato y así marcar un tanto.
El elemento de juego es una pelota de fútbol convencional, metida dentro de un arnés que tiene seis manijas de cuero. Los jugadores, siempre montados, se la disputan. En el pato se la debe llevar siempre con brazo extendido, mientras que en el horseball se permite la "negada", que es proteger el balón del alcance del rival.
Otras diferencias entre una y otra variante de juego es que en el pato se puede cambiar de caballo mientras que en el horseball cada jugador debe montar siempre el mismo animal.
El público rodeó el campo de juego y aplaudió cada cinchada que se producía cuando jinetes rivales, recostados sobre uno de los lados de su caballo, recogían y disputaban el pato que había caído en la arena. "El polo es más delicado; el pato tiene más roce", acota Nicolás, de 23, que se entusiasmó también con esta exhibición que se desarrolló en Playas del Balcón.
Hay que ver la destreza de esos jugadores, que sin soltar las riendas ni perder estabilidad se estiran hasta rozar el piso con los dedos con tal de hacerse del balón. Y las firmes "pechadas" que se originan entre los caballos, una de las alternativas que se manejan para interceptar y frenar al rival.
Quienes son parte del mundo del pato hablan de un deporte en expansión. Sólo en la provincia de Buenos Aires hay casi 30 campos de juego. "Tenemos unos 150 jugadores federados en todo el país", cuenta Ricardo Fernández, presidente de la Federación Argentina de Pato.
La intención es darle mayor difusión y que el circuito nacional gane seguidores. Con ese objetivo llegaron hasta aquí, así como días antes hicieron lo propio en Santa Clara del Mar. Y durante el invierno también se lo ha llevado a destinos como Las Leñas.
De nuestro corresponsal
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