PAYOGASTA.- Desde su altura, el pueblo ofrece cambiantes panoramas de gran belleza. De día, el imponente Nevado de Cachi con sus nueve cumbres, y por las frescas noches el titilar de las luces del Valle de Cachi a lo lejos, junto a los cielos plagados de estrellas.
Quien emprenda el circuito de los Valles Calchaquíes, desde Salta por la Cuesta del Obispo o por Cafayate, siempre llegará a Payogasta. El pueblo de origen indígena, pleno de escondidos encantos, invita a una visita para adentrarse en su historia, que se remonta a la época del dominio incaico, cuando era el punto estratégico de enlace entre los valles de Lerma y Calchaquí.
Un recorrido por el lugar los enfrentará a la pintoresca plaza y la iglesia de la Inmaculada Concepción, con una espadaña baja y sus dos campanas, pero habrá que adentrarse por las callecitas aledañas para encontrar centenarias casas de adobe sobre altas veredas de piedra, en un circuito donde un curioso observador descubrirá en ellas detalles que nos hablan de otros tiempos, como la variada carpintería de las viejas puertas, o cerraduras que aún se abren con largas llaves para visitar sus interiores de patios y galerías.
El lugar cuenta con una sencilla hostería donde se puede dormir y comer, pero en las casas de los lugareños, como en la de los Zotares o la de los Gutiérrez, se podrán deleitar con empanadas y platos caseros, en un clima familiar de gran calidez.
A fines del otoño, el rojo intenso de los secaderos de pimientos, tradicional producción local, cubre como un manto grandes extensiones del entorno, dándole un atractivo extra al colorido natural del paisaje payogasteño, que contrasta con el verdor de los viñedos de la zona.
Payogasta es el epicentro de dos atracciones turísticas imperdibles: naturaleza y arqueología. Parte del departamento está ocupado por el Parque Nacional Los Cardones y sus descomunales extensiones, con más de 500.000 ejemplares de esta especie que, como perennes centinelas, levantan sus brazos hasta perderse en la falda de los cerros.
La región atesora importantes sitios arqueológicos, como El Potrero de Payogasta, Monumento Histórico Nacional, con vestigios de construcciones incaicas puras, como una kallanka, única en la Argentina, el ushunu o plataforma ceremonial, y enormes torreones circulares que sirvieron de posta de los caminos reales del inca.
A 50 km, en el pintoresco poblado de La Poma, están los llamados Graneros del Inca. Construidos bajo los aleros de una gran cueva, se conservan los altos y redondos silos para almacenar maíz, a los que se les atribuyen también raíces incaicas. La zona cuenta además con el Puente del Diablo, una impresionante formación natural por donde pasa el río Calchaquí y dos volcanes llamados Los Gemelos, especiales para los amantes del trekking y la aventura.
Nuevos emprendimientos
Ruiz de los Llanos se llama la calle principal de Cachi, un apellido de hondo arraigo en la región. Alicia es parte de esa familia y junto con su socio Alejandro Alonso decidió hace un tiempo aprovechar las antiguas construcciones de sus tierras de Payogasta para llevar adelante un proyecto, cuya primera etapa ya está viendo la luz.
El complejo que da sobre la ruta 33 y al que bautizaron Sala de Payogasta contará con un hotel de 20 amplísimas habitaciones, baños con hidromasajes, un restaurante gourmet y enfrente, donde no falta un viejo almacén de adobe con puerta en la ochava, donde actualmente se almacenan los reconocidos quesos de cabra que elabora la sociedad, un patio de comidas con delikatessen regionales junto a un sector donde se exhibirán las mejores artesanías de la región.
El hotel por inaugurarse a principios del próximo otoño conservará su estilo original con el gran patio central y galerías con columnas, y ofrecerá vinoterapia en programas de salud y belleza, y novedosos tratamientos basados en leche de cabra.
La gastronomía es prometedora. A cargo del joven cocinero Lucas Arapa, perfeccionado en Buenos Aires, ofrecerá recetas elaboradas sobre productos de la región.
Otra novedad se suma a la oferta de Payogasta. El importante grupo hotelero que ya posee exclusivos lugares en Bariloche, y últimamente posadas en Iruya y San Antonio de los Cobres, ha tomado el edificio de la hostería municipal, cerca de la plaza principal del pueblo, para reciclarlo y dotarlo de todas las comodidades convirtiéndolo en otro de los lugares para disfrutar de la paz y belleza de este delicioso pueblo de los Valles Calchaquíes.
Datos útiles
Cómo llegar
Hay dos caminos. El más corto es desde Salta por la R68 en dirección a El Carril, donde se empalma con la R33 que lleva a Escoipe y la Cuesta del Obispo, y trepa hasta los 3348 m.s.n.m. en Piedra del Molino. Allí sale la Recta de Tin Tin, atraviesa el Parque Nacional Los Cardones hasta Payogasta. En total son 140 km. Otra opción es hacer los Valles Calchaquíes vía Cafayate. Son 186 km hasta allí. En Cafayate sale la R40 que atraviesa los valles y llega a Cachi luego de recorrer 165 km. A 10 km se encuentra Payogasta, y el empalme con la R33.
Informes
En Buenos Aires Casa de Salta 4326 2456 www.turismosalta.gov.ar
Municipalidad de Payogasta
(03868) 496033
(03868) 496033
Hostería de Payogasta
(03868 496034)
(03868 496034)
Sala de Payogasta
(0387) 156844073/155830013
saladepayogasta@arnet.com.ar Estancia Colomé
www.estanciacolome.com
(0387) 156844073/155830013
saladepayogasta@arnet.com.ar Estancia Colomé
www.estanciacolome.com
Donald hess: vinos y arte a más de 3000 metros de altura
Cuando Donald Hess llegó por primera vez a la Argentina en 1999, puso sus ojos en Payogasta, donde compró el campo El Arenal. Allí plantó las primeras 26 hectáreas de vid, antes de descubrir Colomé, sitio elegido para levantar, en 2001, el imponente complejo de bodega y hotel de superlujo conocido como Estancia Colomé.
Sin abandonar su proyecto inicial, en 2003 le sumó a El Arenal las tierras de Río Blanco, donde ahora produce variedad de uvas a 3015 metros sobre el nivel del mar, creando así el viñedo más alto del mundo.
Hess, que cuenta además con importantes emprendimientos vitivinícolas en Sudáfrica, Australia y California, Estados Unidos, inaugurará en los próximos meses un impactante Visitor Center junto a la modernísima bodega de Colomé.
Con la misma elegancia en la decoración que el hotel, allí se podrá degustar los buenos vinos del lugar, algunos de ellos calificados con uno de los más altos puntajes por la reconocida revista Wine Spectator; probar refinados snacks de tres platos; comprar exclusivas artesanías de la zona, o pasar un rato en el microcine para internarse en el mundo de los vinos de altura.
Como importante coleccionista de arte moderno que es, presente en la Hess Collection Winery de Napa Valley, está terminado al lado de la bodega un Museo de Arte Contemporáneo, diseñado por el famoso artista James Turrell.
En un espacio de 1600 metros cuadrados se exhibirán nueve instalaciones de luz, de Turrell, así como dibujos y grabados representativos de cinco décadas de trabajo del artista.
Por Marta Salinas
Para LA NACION
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