Sabia compensación de la naturaleza, cuando el sol empieza a entibiar el asfalto, también lo hacen las arenas de la playa.
El mar y su entorno sigue siendo, a pesar de la multiplicación de propuestas para disfrutar del tiempo libre, el sueño recurrente durante el invierno y la primera opción a la hora de escapar de las ocupaciones.
Pero si bien el verano toma temperatura, también se recalientan los precios de los balnearios. Durante octubre y noviembre, poco a poco se van cocinando las tarifas que se ofrecerán durante enero para los alquileres de casas, de departamentos, las habitaciones hoteleras y otros servicios para los veraneantes.
En el Uruguay, Chile, el sur de Brasil y la costa atlántica preparan el menú de acuerdo con el gusto y el presupuesto de los argentinos, su principal cuota de clientes.
El encanto antiguo de Valparaíso broncea las expectativas de los argentinos para el próximo período estival
Variables de ajuste
Sin embargo, nada estará definitivamente dicho hasta que el mercado -los mismos veraneantes- den el veredicto. Por eso, todos los precios recogidos para esta temporada son estimativos.
La moda, el clima, las noticias, el cambio de moneda, el antojo y hasta los mismos precios pueden influir en la decisión de un destino para las vacaciones y hacer modificar los valores para adaptarse a esos caprichos.
Sin dudas, un balneario bajará los precios si no es bendecido por la demanda.
Mientras tanto, cuando todo está por verse, mantendrá alta la frente y propondrá los valores adecuados con que esperan lograr una temporada rentable. Además, atentos a los vaivenes de las vacaciones, los precios que se mencionan como referencia en los cuadros tienen matices aun durante los meses calurosos.
Evidentemente, los días previos a las fiestas son más económicos; enero es la apuesta más fuerte y en febrero hay una leve disminución, que se acentúa en marzo.
Al solicitar la información a los diferentes organismos de turismo se pidieron los precios de temporada alta o un promedio entre enero y febrero que pueda orientar sobre el gasto mensual.
Los fines de semana, más caros
Pero también hay variaciones más sutiles que se han incorporado con los nuevos hábitos vacacionales.
Por ejemplo, los fines de semana son un poco más caros que los restantes días, los alquileres son por semana y se acomodan a la demanda y los planes de pago o con tarjeta de crédito están a la orden del día.
Otro detalle importante para tener en cuenta al tantear los precios de temporada es que son de difícil comparación entre destinos. Se les ha solicitado a las oficinas de turismo precios de referencia, aunque los métodos por los cuales ellos recabaron la información es muy diverso.
A cielo abierto, con la admiración siempre latente
De Punta del Este, por ejemplo, donde las diferentes zonas determinan precios disímiles, se ha extraído un promedio. Igual en otras localidades.
Cosas del pasado
No es casual que en los primeros días de noviembre pocos centros de veraneo sepan con exactitud lo que les deparará finalmente la temporada en cuanto a precios finales.
Aquel viejo axioma que decía que el 12 de octubre se lanzaba la temporada, como si fuera un tiro de largada para un aluvión de reservas hoteleras y alquileres de viviendas, ha quedado en el pasado.
Las decisiones de último momento, los cambios de los destinos tradicionales, los fraccionamientos de las vacaciones han marcado un nuevo punto de partida para las temporadas. Como los anuncios de algunos espectáculos, ahora comienzan cuando usted llega.
Encarnación Ezcurra