Mis hermanas me invitaron a la costa con los chicos este fin de semana.
No me muero de ganas de ir, pero me va a hacer bien.
Partimos el viernes a la noche y volvemos el lunes a la mañana. A Cariló.
El propósito del viaje es que los chicos la pasen bien y ver si puedo despejarme un poco (encima es justo después de la primer sesión con la terapeuta). Lo dudo. No suele funcionarme el asunto ese de moverse de lugar para ver si dejo los problemas por un rato, pero estar con Paula y Ana va a estar buen. Me conocen, no tengo que disimular nada, y siempre me dicen algo que me sirve.
Me quedé pensando en eso que me decían ustedes de que tengo que salir más y tengo que organizarme cosas, y me di cuenta de que lo grave no es no hacerlo. Lo grave es no tener ganas de hacerlo. Y esto último es lo que me sucede a mí.
No me dan ganas de salir, de dejar a los chicos, de organizar cosas con amigas muy seguido.
Está mal?
Está mal que me quiera quedar en casa?
Es un engaño?
SEGUIR LEYENDO
Gala del Met: los 15 looks más impactantes de la historia
por Romina Salusso
Kaizen: el método japonés que te ayuda a conseguir lo que te propongas
por Mariana Copland
Deco: una diseñadora nos cuenta cómo remodeló su casa de Manzanares
por Soledad Avaca Cuenca
MasterChef Argentina: el paso a paso para hacer la receta del risotto
