
Les escribo desde Costa Rica ¡Estoy feliz, feliz! Vine con amigas de toda la vida, como ya les conté que sería esto, y aquí encontré un paraíso ideal para relajarse y desconectar. Ya había estado en este país hace unos años para una producción y quedé encantada. Volvería mil veces más.
Estamos parando en Santa Teresa y la atmósfera es pura vida, como dicen acá. Playa todo el día, hablando horas con las chicas y disfrutando del mar. La sensación de seguridad es enorme, eso me encanta. Y a nadie parece importarle la ropa ni la imagen ni estar pendiente del que dirán. Esto es un gran estrés menos, sobre todo porque mi año suele ser de mostrar tanto para afuera que me parece mentira despreocupare tanto del tema. Pensar que en unos días estaré de nuevo en París, y con varios grados menos.
Vivir con la naturaleza y disfrutar de las pequeñas cosas del día a día: ¡qué buen plan! Todas las mañana me despierto con los ruidos de los monos que festejan, los sonidos de la selva cerquita, un desayuno con frutas y jugos de otro planeta. La gente tan cálida y amable, la playa tan ancha y silenciosa.
Estuve haciendo fotos del paisaje, alucinante en cada momento del día. Aquí van:





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