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Qatar también quiere jugar

Aunque todavía faltan ocho años y dos Copas por delante, el poderoso emirato a orillas del Golfo Pérsico puso manos a la obra: estadios futuristas, nuevas ciudades y rutas, y más de 175 hoteles para refundar el país rumbo a 2022




DOHA.- Hace calor. Ni bien se pone un pie fuera del oasis del hotel con aire acondicionado, la ropa se pega al cuerpo, húmeda, mojada. Imposible caminar al sol y menos de noche, cuando aumenta la humedad. Aun así con temperaturas al borde de lo soportable, un ejército de obreros, vestidos como empleados de un frigorífico, todos tapados, sin que un centímetro de piel quede expuesta al sol (incluso las manos y la cara), trabaja a toda máquina para refundar Doha, la capital de Qatar.
Porque además de en Brasil, el ambiente mundialista también se siente fuerte aquí, en este emirato árabe, aunque todavía faltan 8 años y dos mundiales por delante.
El pequeño país, a orillas del Golfo Pérsico, está en plena obra para recibir la polémica Copa del Mundo de 2022. No sólo se sumarán estadios tecnológicos y futuristas en un país con poca tradición futbolera, sino nuevas rutas, un nuevo puerto, un aeropuerto, una red de trenes, cerca de 175 hoteles, un puente que lo une con Bahrain, shoppings, nuevas ciudades y un largo y millonario etcétera. Para tener una idea, el país planea invertir más de 140 mil millones de dólares en infraestructura de transporte en los próximos años y más de 200 mil millones en proyectos de Real State.
Y todo, como manda la tradición, con el ya conocido lujo árabe, que por momentos encandila.
Es imposible hacer dos pasos sin toparse con grúas, obreros trabajando y calles cortadas.
Parecería que nada, tal como está, sirve; que nada alcanza para el sueño de estar en la vidriera del fútbol y del mundo por primera vez en la historia árabe. Aunque todo luce como nuevo, reluciente, y de hecho lo es. Basta pararse en el paseo costero La Corniche y ver el perfil de los edificios como agujas que se pierden en el cielo para descubrir uno de los skylines más modernos y sofisticados, incluso con juegos de luces que animan la noche qatarí, que surgieron prácticamente de la noche a la mañana en los últimos años.
Hace 70 años todo era desierto, arena y beduinos. Apenas un pueblo de pescadores y recolectores de perlas que pasó a ser descubrimiento de reservas de petróleo mediante, en una nación millonaria y poderosa (quizás un poco ostentosa), que no para de crecer, al mando de la dinastía Al Thani. El actual emir Tamim bin Hamad Al Thani, de 34 años, asumió el año último, cuando abdicó su padre.

APOSTAR AL DEPORTE

Tamim es un famoso promotor del deporte, que lo considera una buena herramienta para darse a conocer en el mundo.
En 2005 fundó Qatar Sport Investments y bajo su dominio, el país organizó y será sede de numeros encuentros deportivos. En 2006 se realizaron los Juegos Asiáticos, este año se realizará el Mundial de natación, el año que viene el de handball masculino, entre otros, aunque por supuesto, la apuesta fuerte es la Copa de fútbol de 2022, lo que definitivamente los ubicará en el mapa.
La Argentina, incluso, tiene buenos recuerdos de Qatar: salió campeón mundial Sub-20 en 1995.
Qatar todavía no es tan abierta y cosmopolita como su vecino Dubai, pero tiene ganas de parecerse cada vez más, aunque es verdad, las tradiciones se conservan a rajatabla. Por ejemplo, no se vende ni se puede consumir alcohol en ningún lugar, salvo en los hoteles de cadenas internacionales. En las playas públicas las mujeres se deben bañar con la vestimenta tradicional negra, que las cubre de pies a cabeza, la misma que usan para pasear por la ciudad a pesar del calor.
El Mundial, seguramente, abrirá un poco más las duras ventanas de la tradición islámica a Occidente.
El turismo es también un buen motor para contribuir a una economía sostenida principalmente por el petróleo y las reservas de gas natural.
Desde el nacimiento y crecimiento vertiginoso de Qatar Airways, la aerolínea premium, Qatar se convirtió en un atajo para unir Oriente con Occidente, y también en una buena escala para aunque sea pasar unos pocos días en un destino impensado hasta hace poco.
Todavía no se sabe la fecha en la que se jugará el Mundial. No es para menos. La temperatura en junio-julio, el verano qatarí, puede ascender fácilmente a 50°C. La propuesta del anfitrión es organizar el torneo en invierno (diciembre/enero), donde el termómetro no supera los 30°C y las noches hasta se ponen frescas. La decisión final de la fecha está en manos de la FIFA.

LO QUE VIENE

Los doce estadios mundialistas están en marcha. Algunos serán refaccionados y otros construidos a nuevo, pero cada uno tendrá algo sorprendente. Por ejemplo, una fachada formada por pantallas enormes desde las que se podrá seguir el partido desde cualquier ángulo.
Desde uno se podrá ver el mar desde cada asiento. Al-Shamal tendrá forma de dhow, una embarcación de vela de origen árabe, que será construido en la nueva ciudad de Lusail. Otro tendrá paneles solares en el techo. Y otro más estará sobre una península artificial. El agua del golfo llegará a su fachada externa y ayudará en la refrigeración.
El Education City simulará la apariencia de un diamante, resplandeciendo las 24 horas.
El aeropuerto al que llegan los vuelos actualmente y que reluce por donde se lo mire, con un área exclusiva para pasajeros de business que sería la envidia de más de una terminal aérea, está al borde de la jubilación. El nuevo aeropuerto, Hamad International Airport, que se estima se inaugurará a mediados de año, después de varias postergaciones para sumarle nuevos servicios, aseguran que será de los más lujosos de la región.
Lo anuncian como el primero preparado para recibir al gran Airbus 380. Por el aeropuerto podrán pasar 50 millones de pasajeros y 320.000 vuelos por año.
El área de check-in y duty-free será 12 veces más grande que el actual aeropuerto. La terminal tendrá 16 salones, según la categoría de los pasajeros, 28 instalaciones artísticas, un hotel de tránsito cinco estrellas, una pileta de natación, un spa y una cancha de squash, bien en la tendencia de construir aeropuertos más amigables.
El caos de tránsito en la ciudad en buena parte se debe a la construcción del Doha Metro. La red de subtes contempla 211 kilómetros de vías, divididas en cuatro líneas.
El subterráneo forma parte de la gran red de trenes que se construirá en el país. La empresa Qatar Rail, que se creó hace un par de años, contempla la creación de servicios de corta, media y larga distancia. La red, en total, tendrá 750 km de vías y más de 100 estaciones.
Para recibir la copa, además está planeada la construcción de nuevas ciudades.
Lusail será el nombre de la ciudad, situada en la costa, a 15 km al norte de Doha. En este gran proyecto de Real State habrá residencias, resorts en islas con capacidad para 250.000 huéspedes, centros comerciales y dos campos de golf, entre otros entretenimientos.
En el nuevo estadio que se construirá, con capacidad para 86.250 personas, estaría programado el partido inicial y la final.
Barwa City es otra de los nuevas ciudades proyectadas, con 128 edificios y cerca de 6000 departamentos, mezquita, escuelas, comercios y restaurantes.
Otra de las obras faraónicas es la intención de construir un puente que une Qatar con la isla de Barhain, que tienen en carpeta desde hace años, pero que todavía no se concretó. Ahora se está redefiniendo el proyecto. Serán 40 km de puente, de los más largos del mundo.

PEQUEÑO MUNDO

Una buena pregunta es qué hará Qatar con todas estas obras, que parecen más un espejismo en medio del desierto que reales, cuando la pelota se detenga.
Actualmente la población es de dos millones de habitantes, pero apenas 250.000 son ciudadanos qataríes. El resto, migrantes principalmente de países asiáticos que buscan llenarse los bolsillos y regresar a sus países con una buena diferencia económica. Qatar es uno de los países con mayor renta per cápita del mundo. En voz baja, los migrantes confiesan que esperan regresar pronto a sus países, por lo difícil que les resulta adaptarse a las tradiciones árabes.
Un turista posiblemente no entre demasiado en contacto con qataríes: en los hoteles, restaurantes y las agencias de viajes, los trabajadores son de afuera.
Para los megaproyectos llegan obreros de la construcción de los países más pobres de Asia, principalmente de Nepal y la India, tentados con sueldos inalcanzables en sus ciudades, pero con condiciones laborables preocupantes. Hasta ahora, las obras para el Mundial, según una investigación publicada en el diario inglés The Guardian, suman 1200 obreros muertos en los últimos años, algo que puso en alerta a las autoridades de la FIFA.
Aunque todavía faltan ocho años, el Mundial está en marcha.

ESCALA DE 48 HORAS

Un par de días son suficientes para una inmersión en este mundo de lujo y crecimiento desmedido. Muchos turistas aprovechan la escala para quedarse antes (o después) de continuar viaje hacia la India, China o el sudeste asiático. Los vuelos desde la Argentina aterrizan a la medianoche y parten nuevamente a la madrugada.
Hacer compras en Souq Waqif. Es un típico mercado árabe, de callejones intrincados, lleno de pequeños puestos, organizados por rubros que venden de todo: desde vestimentas tradicionales, comida y artesanías hasta animales salvajes. Pero sin los vendedores insistentes de otros países árabes y donde se practica el regateo, pero en una versión mucho más moderada.
El Souq Waqif fue reconstruido sobre un antiguo mercado y mantiene el mismo estilo. Hay muy buenos restaurantes y hoteles, y es sin duda el principal atractivo de Doha.
Pasear por La Corniche . En la zona céntrica, la rambla invita a un placentero paseo junto al mar. Placentero, por supuesto si es de noche, cuando el sol da una tregua. También es el momento que los enormes edificios, de diseños originales, dan su show de luces. También se puede tomar un paseo en los barcos típicos. Cuesta 22 dólares por persona y dura poco menos de una hora.
Visitar el museo de Arte Islámico. La basta exhibición de arte islámico del siglo VII al XIX incluye los más variados objetos, desde dibujos y cerámicas hasta astrolabios y joyas.
El edificio, construido por el arquitecto I. M. Pei, el mismo que le sumó al Louvre una pirámide de cristal, es un atractivo en sí mismo. Está en una isla construida para la ocasión en el final de La Corniche y sus formas geométricas, como cubos apilados se destacan desde lejos. La entrada es gratuita.

DATOS ÚTILES

Cómo llegar. Qatar Airways vuela todos los días a Doha, con escala en San Pablo. Tarifa desde $ 35.000 de ida y vuelta, con impuestos.
Alojamiento. El Four Seasons, con spa, playa propia y siete restaurantes luce sus cinco estrellas de lujo al final de paseo La Corniche. Tarifas desde US$ 330 para dos peronas.
Visa. La visa se tramita directamente en los hoteles donde se hace la reserva. Suelen cobrar el equivalente a una noche de alojamiento por el trámite. Sirve sólo para los días que se está en el hotel.
Moneda. La moneda es el qatari riyal. Un dólar equivale a 3,64 QAR.
Recomendaciones. Aunque no es obligatoria la vestimenta típica, es recomendable que las mujeres se vistan de manera discreta, sin escotes, shorts y ropa ajustada. Las playas permitidas para traje de baño son las privadas, en los hoteles.
Costo de vida. En general no es un país costoso. Tomar un taxi o hacer compras en un supermercado tiene costos similares y hasta inferiores a Buenos Aires. Los precios en el merado de Souq Waqif también son accesibles.

VUELO CINCO ESTRELLAS

"Señora, ¿quiere que le haga la cama?" La pregunta sería de lo más intrascendente si viniera de parte de la empleada de un hotel. Pero en este caso fue la azafata, en pleno vuelo a Doha en la business de Qatar Airways, la que convirtió la cómoda butaca del avión en una cama completamente a 180 grados y hasta le puso una especie de sábana mullida abajo, a modo de colchón, y la manta, arriba. Todo estaba listo para dormir. No, faltaba algo... Enseguida llegó el pijama, en talle pequeño, que los pasajeros se ponen para descansar como en casa o, mejor aún, como en un cinco estrellas y que después se llevan como suvenir. También las amenidades de Salvatore Ferragamo con fragancias diferentes para hombre y mujer.
Ya había pasado la comida a la carta con menús diseñados por reconocidos chef mundiales y la hora de las películas, con estrenos, clásicos mundiales y hasta una gran selección de títulos de Bollywood para que las 18 horas de Buenos Aires a Doha se pasen lo más rápido posible.
La aerolínea qatarí tiene apenas 16 años y juega en las ligas mayores de la aeronavegación mundial.
En la última entrega de los premios Skytrax ganó como mejor Business Class y como el mejor Lounge para Business Class en Doha, que es una pena, pronto será reemplazado por el nuevo aeropuerto.
Actualmente cubren más de 130 destinos, con aviones que no tienen más de cuatro años. Cuando llegan a esa mayoría de edad los venden para mantener una flota joven, que se renueva cada 12 días. Sí, suman dos aviones nuevos por mes.

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por Redacción OHLALÁ!


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