Estoy medio engripada y dormida. Pasé una noche muy fea con pesadillas y luego insomnio. En media hora me voy a trabajar y no vuelvo hasta las 8 de la noche. Los chicos se van con el padre esta noche así que por ese lado no me da culpa, sólo un poco de fiaca pensar en un día tan largo.
Anoche mientras no dormía, me puse a hacer limpieza en mi placard (de por sí bastante austero, por cierto) y junté una buena bolsa de ropa, sábanas y toallas. También tengo un cochecito de bebé en muy buen estado que pienso regalarle a una chica que veo en el subte, que lleva a su bebé colgado mientras vende stickers durante mil horas. Tan chiquita es! Ojalá le sirva.
Recién le dije a los chicos si les parecía hacer una selección de juguetes, separando los que hace mucho que no usan y regalárselos a otros chicos. Dijeron que sí. Vamos a ver qué tal nos va mañana cuando nos internemos en el impenetrable.
Está bueno desprenderse de las cosas. Se siente bien saber que sólo hay lo que se ve. No quiero tener la ropa de invierno guardada mientras no hace frío. Quiero que todas mis cosas estén a la vista, al alcance. Quiero que los chicos tengan sólo lo que necesitan.
No quiero más estímulos.
La vida es simple.
O complicada.
Bueno, simple.