Quisiéramos compartir nuestro itinerario por Mendoza; la encontramos más hermosa que nunca. Cuidada, siempre impecable, remozada, con el auge vitivinícola que descubren los europeos afincados en viñedos de todo el valle, propone momentos de sosiego y de acción, placeres y encuentros con amigos de siempre. Descubrimos el nuevo embalse del dique Potrerillos, a una hora de viaje de Mendoza capital y futuro circuito turístico, con deportes variados y un clima inmejorable, pues el sol sigue siendo eterna compañía de los viajeros.
La tierra del buen sol y del buen vino nos recibió transformando el viejo río Mendoza en un cauce de aguas cristalinas nunca visto, con un espejo -aguas arriba- que oculta la vieja ruta a Chile. El pasado y el futuro se encuentran. Abismos que son profundidades y vértices extremos en su Cordón del Plata todo nevado. ¡Un abrazo para todos los mendocinos!
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