Pasó una semana desde la propuesta que les hice de hacer dos cadáveres exquisitos entre todos y desde ese día hasta ayer a las 12 en punto he recibido e-mail tras e-mail con frases, imágenes y dibujos. Estoy muy feliz con el resultado. Muchas gracias a todos por participar y enriquecer este blog con sus ideas, tan valiosas como el tiempo que dedican a seguir cada post y hacer sus comentarios o silenciosas lecturas. Todas las formas en que me lleguen sus puntos de vista valen para mí. Ya se los dije: este blog es un gran compañero y sin ustedes andaría rengo, le faltaría un gran soporte.
Con Daniela Triana (alias Datrico), que es quien ilustra cada post, trabajamos en el armado del texto y del caracol para darle un diseño y que cada frase y dibujo tengan el nombre de quien lo envió. Daniela también participó con su propio cadáver, que empezó en el post anterior, que terminó en este y que lo pueden ver en el cabezal del post. Hemos respetado los puntos suspensivos que venían con las frases (por eso verán que hay partes con dos puntos suspensivos juntos) y, lo más que se pudo, las mayúsculas y minúsculas.
Desde ayer (¡feliz día del trabajador a tod@s!), leo y releo el cadáver de las frases y les confieso que lo primero que se me viene a la cabeza es que es una historia con bastante coherencia, a pesar de que todo se fue armando por orden de llegada de las frases a mi casilla de e-mail. Veo en esta historia dos protagonistas, un viaje interior profundo, a veces ingenuo, otras nostálgico, la indecisión / duda rondando, la valentía y la fe siempre constantes, varios viajes de carne y hueso, las ganas de echar raíces pero sin dejar de volar… Y tantas otras imágenes lindas que hacen que valga la pena releerlo para seguir descubriéndolas.
Para el cadáver de gráficas elegí una obra que aún tengo en proceso, le falta un poquín. Pero me entusiasma el rumbo que fue tomando y que tiene que ver con la disyuntiva entre los impulsos y lo pensado, el deber y el querer, y el latir de las situaciones en medio de estos sentimientos encontrados. Lo pensé y todo esto no deja de ser también un viaje.
Ahora sí... tarán tarán: estos son nuestros dos cadáveres que, además de exquisitos, estoy convencida de que son infinitos. Congrats!
En esta nota: