Nicolás llamó ayer a la noche. Me dijo si quería que nos viéramos este jueves.
Le contesté que no, por varios motivos:
1) Era el día que sus hijos podían disfrutar con él.
2) No quiero que se repita lo del jueves pasado.
Me tildó de amarga y obvio, se enojó. No me sorprende. Últimamente está más malcriado que nunca. No me hago eco ni se me mueve un pelo.
La verdad es que luego del fin de semana, y de haberme sentido tan mal, me di cuenta de que el control está en mí, y eso es bueno. Soy yo la que tiene la capacidad de cortar por lo sano.
Y es lo que voy a hacer.
J no volvió a llamar. Mandó un mail diciendo algo así como "bueno, esta será entonces la despedida, un beso".
Se lo respondí, despidiéndome. Me dio un poco de pena, pobre. Sentí como que no sabe bien cómo desenvolverse.
Estoy planificando las vacaciones. Me quiero ir en Febrero. No sé dónde, pero cerca. Mar de las Pampas quizá? Alguien fue?