Entre el invierno que se nos viene encima y el desamor, no tenía idea cómo iba a hacer para salir de la cueva. Pero Cata me dio la sorpresa; sin aviso hizo las reservas y me mandó el mail con el código para que llame por el pago. Parece que nos vamos nomás. Parece que la otra tiene más ganas de rajarse que yo. Unos días de descanso me van a venir bien, arruinarán por siempre mis finanzas, pero me van a venir de lo más bien. Voy a ver cómo pido los días en la agencia. De repente me puedo inventar alguna reunión con un cliente de afuera.
Hoy las chicas me llevan a tomar algo al Danzón. Veremos qué onda.