París es la ciudad más romántica del mundo. Una reputación alimentada por la famosa foto de Robert Doisneau que muestra a una pareja besándose frente al Hôtel de Ville; por el resplandor de la Torre Eiffel que se enciende cada noche sobre los abrazos de los enamorados, o por la voz trágica e inolvidable de Edith Piaf entonando los versos de C´est l´amour .
Cuando llega San Valentín las vidrieras de la ciudad también se visten de corazones, y todo París invita a nuevos recorridos especiales para explorar sus rincones más apasionados. Si sólo se dispone de un día, el consejo es empezar por el Museo Rodin (no podía faltar allí El beso , además de la historia de amor que unió al escultor con Camille Claudel), para seguir luego por St. Germain-des-Prés, haciendo un alto en la Brasserie Lipp para aumentar las posibilidades de encontrarse con alguna figura del cine francés. Se sigue en el Museo Delacroix, última morada del pintor romántico sobre la plaza Fürstenberg, para seguir luego en las islas St. Louis y de la Cité, donde se levanta la basílica de Notre-Dame, escenario del desdichado amor de Quasimodo y Esmeralda.
Por la noche, finalmente, nada mejor que ver el atardecer parisiense desde uno de los barcos que surcan el Sena junto a la ciudad iluminada.
Para no quedarse corto de ideas, una nueva guía sugiere los mejores lugares donde besarse en París: bancos públicos (en el Jardin des Tuileries o la Place des Vosges); bares y restaurantes (el café Chérie, el Deux Magots de Sartre y Simone de Beauvoir o el Le Ciel de Paris, en lo alto de la Tour de Montparnasse); estaciones de metro (RER Auber, escenario de Subway , de Luc Besson, o los andenes de Bir-Hakeim, en Ultimo tango en París ); cines, plazas, paseos públicos..., todo lugar parece bueno, a fin de cuentas, para besarse en la capital francesa.
Con un poco más de tiempo, el itinerario apasionado pasa por los chocolates y dulces de Ladurée, una de las más célebres confiterías de París, o por los espectáculos musicales del Moulin Rouge, y concluye, por qué no, con una noche en uno de los hoteles de lujo que se asoman a los Champs-Elysées.
Pero como el amor no excluye a los bolsillos ajustados, el 14 de febrero algunas visitas guiadas se ofrecen gratuitamente, para descubrir entre otros lugares el romanticismo de las galerías parisienses, ancestros de los modernos centros comerciales que también supieron albergar más de un beso furtivo; las historias de amor en los alrededores de la iglesia de St. Sulpice; los lugares para agasajar al ser amado con chocolate, y las curiosidades del corazón que alberga el este de París.
Una ciudad que espera a los enamorados con los brazos abiertos, precisamente para estrecharlos en un romántico abrazo.
Por Pierre Dumas
Para LA NACION
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Datos útiles
Visitas guiadas
Para leer
Où s´embrasser à Paris ( Dónde besarse en París ), de Thierry Soufflard. Parigramme, 2007