Se armó

26 de mayo de 2011 • 09:33

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Hoy actúan los chicos en el colegio.

Tengo dos negritos candomberos y un pregonero. Ya están listos, partimos en 10 minutos.

Ayer estuve leyendo los comentarios del post del martes.

Me sorprendió la agresión de algunos. No la entendí.

Digo, hay veces que, si bien no la justifico, entiendo que se desate, pero en este caso no me entra en la cabeza. ¿Qué es exactamente lo que hizo enojar a los enojados?

¿Cómo es que todavía hay gente que no se dio cuenta de que la paternidad es un hecho PURA y EXCLUSIVAMENTE personal en el que la mayoría hacemos lo que creemos los mejor (y lo que podemos, también)?

Después me di cuenta: sólo se enfurecen acá porque están enfurecidos en la vida. Es decir: no me conocen, jamás se sentaron a tomar un café conmigo, se la pasan diciendo que no existo, que es todo mentira, pero siguen viniendo, sólo para insultar a los que no me detestan y a mí. Siguen viniendo, y vienen, y vuelven. Casi una obsesión morbosa.

Es entendible: mucha gente está enojada, y a veces no es fácil hacerse cargo de los motivos REALES del enojo, entonces cualquier pavada viene bien.

A mí me pasa a veces (cada vez menos, por suerte. Estoy tratando de madurar en ese sentido porque me di cuenta de que es la única forma de solucionar lo que me molesta).

Como siempre, las críticas constructivas son más que bienvenidas. Pero que no falte el respeto. No tiene por qué faltar. ¿O alguien tiene algún motivo INTELIGENTE para justificar su agresión?

Quizá me esté faltando información.

No creo.

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