Publicado por Silvio
Ayer me desperté sintiéndome un poco mal y me quedé "trabajando en casa". Igual, fue de esas "sentidas mal" que no es que te obligan a quedarte en casa, sino de esas que se suman a muy pocas ganas de ir a trabajar y a un día sin muchas reuniones. Así que decidí quedarme y extender el feriado.
Me desperté a las 10, desayuné (cosa que no hago nunca) y me senté en el escritorio a tratar de trabajar. Duré sentado unos quince minutos. Me hizo acordar a esos días (ya hace varios años) cuando me pedía un "día de estudio", que era todo menos eso. Me la pasaba distrayéndome con cualquier cosa. Y así fue ayer: seleccioné ropa que hace tiempo quería donar, resolví algunos problemas de la casa yendo y viniendo a la ferretería y fui al super con la listita que me dio Silvita.
Y aquí el tema que quería comentar. Silvia hizo lo que yo otras veces que ella se quedó, y me utilizó de mucama. No la culpo, insisto, yo haría e hice lo mismo. Me pidió que comprara cosas bien específicas en el súper y en la verdulería, me "sugirió" que lavara la ropa, que pidiera el servicio técnico que nos debemos desde que Internet funciona tan mal, y que sacara entradas para un recital dentro de unos días.
Hice todo con una eficiencia suiza, y hasta tuve tiempo de hacer cosas para mí. De laburo, ni hablar. Ojalá mi jefe no lea este blog.