Sí, quiero, pero en las mejores playas de Cancún
Cada vez son más las parejas, especialmente de Estados Unidos, que eligen un casamiento diferente, en un all inclusive, con todo resuelto, desde las flores hasta la luna de miel y con un paisaje soñado
14 de septiembre de 2014
Con el mar de fondo, Melissa Carr y Andrew Mathew sellan su amor
CANCÚN.- Melissa Carr y Andrew Mathew pensaron lo maravilloso que sería casarse frente a las aguas caribeñas y escapar de la fiesta tradicional que sus padres siempre habían anhelado para ellos. Tenían apenas 23 años y tras unos meses de noviazgo en Massachusetts, disfrutaban de sus primeras vacaciones juntos en el exterior, en la paradisíaca Riviera Maya, a mediados de 2007.
Hoy, siete años después, Melissan camina por una pasarela en la arena y hace realidad su sueño. Se está casando con Andrew, a los 30 años, en el mismo lugar donde una loca idea los había sorprendido cuando compartían sus primeras experiencias juntos.
Seducidos por tarifas que tientan hasta al más reacio a enfrentar el altar, los norteamericanos predominan durante todo el año en la Riviera Maya
La escena parece inmejorable: el agua en tres tonos de azul a no más de veinte metros con un sol que comienza a esconderse en el cielo. Suena la canción I'm yours, de Jason Thomas Mraz, bien alto en toda la playa. Una colorida barra con los más exclusivos alcoholes espera por todos los invitados que ahora se emocionan frente al gazebo, donde la pareja vive su momento mágico. Mientras el juez de paz autoriza a los novios a besarse, cientos de turistas, muchos desde sus reposeras, aplauden con sus cámaras y celulares en la mano, como actores secundarios de una escena que salió como en las películas. La temperatura es ideal y esa boda que ellos imaginaron alguna vez en un atardecer frente al mar es una realidad maravillosa.
Iberostar Grand Collection
Disfrutar de las instalaciones de un all inclusive es una moda que cada vez atrae a más parejas que optan por tomar los votos lejos de la rutina. Agosto fue mes récord en cuanto a casamientos en el majestuoso hotel Iberostar de Cancún, un ícono del placer y el relax en el Caribe. Se celebraron aquí 18 bodas y ya son más de 60 en lo que va del año, con la salvedad de que sólo se programa una por noche para una atención exclusiva, incluso cuando este gigantesco resort, por ejemplo, podría organizar más de diez por noche ya que cuenta con veintidós salones equipados y por lo general utilizados para convenciones. De todas formas, casi la totalidad de las parejas opta por los jardines o directamente la playa para realizar la ceremonia.
La mayoría de los enamorados llega desde Estados Unidos, atraídos por las soluciones que van desde el alojamiento de los invitados hasta el arreglo floral para la decoración de las mesas. La premisa para ellos es casarse durante la luna de miel, inmersos en un paisaje robado de uno de los mejores sueños. Seducidos por tarifas que tientan hasta al más reacio a enfrentar el altar, los norteamericanos predominan durante todo el año en la Riviera Maya. En cambio son muy pocos los argentinos que ven con buenos ojos pasar por el altar en estas playas, acobardados por la calculadora y los números finales a la hora de contemplar los pasajes aéreos. De hecho, en Iberostar sólo recuerdan tres casamientos de parejas argentinas en los últimos años. "Son muchísimas las parejas que provienen de Estados Unidos. Luego, en menor medida, llegan desde todas partes de Europa y también, cada tanto, vienen de la India a casarse aquí", explica Judit Mis, coordinadora de ventas de la cadena.
¿Cuánto cuesta armar la boda ideal en un resort cinco estrellas frente a una de las mejores playas del mundo? Veamos. Hay cuatro tipo de paquetes para elegir, aunque, luego, cada uno es amoldado según las necesidades particulares de los interesados. El combo más económico ronda los US$ 1500, es para unos 50 invitados y consta de una recepción, la instalación del gazebo para la ceremonia y contempla las cuestiones administrativas, como los servicios del juez de paz. También incluye todas las bebidas, el ramo para la novia, la presencia de DJ, la cena y el baile. Lo único que no abarca, claro, es el traslado de los invitados y su estada (pasar la noche ronda los US$ 100).
Cenas en restaurantes de lujo
El paquete más caro alcanza los US$ 5500 y, entre otras diferencias, cuenta con el servicio de una wedding planner, pruebas de maquillaje y peinado. Además incluye actividades para los dos protagonistas los días previos a la fiesta, con una cena privada en el exclusivo restaurante japonés Teppanyaki y una serie de tratamientos en el spa. En este caso, los novios podrán disfrutar de su habitación, con jacuzzi incluido, concierge personalizado y servicio de mayordomo las 24 horas, frente al océano.
Los paquetes se terminan ajustando a las necesidades. Por eso no sorprendió cuando un temerario novio pidió llegar al altar en elefante, ni mucho menos la pareja que decidió bajar en el helicóptero para sorprender a sus invitados. En este caso se improvisó la cancha de golf de 18 hoyos como helipuerto. Pero hay más. "Aquí es muy común organizar casamientos mayas, es muy especial para nosotros", cuenta Judit Mis. ¿Qué tiene de especial un casamiento maya? "Toda la ceremonia es mucho más espiritual y apunta a una conexión con la tierra. Se precisan semillas y flores que luego son lanzadas al mar", explica. Quien oficia de ministro es un chamán, que llega con un equipo de personas con vestimentas caracterizadas para la ocasión.
En el spa, sensaciones mayas
Las parejas que llegan para casarse a los resorts, generalmente, disfrutan de los múltiples tratamientos especiales que se realizan en el spa. Claro que estos servicios no son exclusivos para novios. Los resorts cinco estrellas no suelen dejar nada librado al azar a la hora de satisfacer a cada visitante que llega ávido de sensaciones placenteras. En ese aspecto, el spa del hotel Iberostar Grand Collection, en Playa Paraíso, es el sitio perfecto para dejarse llevar por las sensaciones. "Nosotros decimos que se trata de una fiesta para los sentidos", cuenta José Manuel Orellano, coordinador del spa, que ocupa ni más ni menos que 3000 m2 dentro del hotel.
Las instalaciones son propias de una boutique mil estrellas. Un recorrido por el sauna, el baño turco, el jacuzzi, la pileta terapéutica y la cabaña Temazcal, donde se realiza el tratamiento ancestral, alcanza para entender por qué cada vez más turistas eligen emplear varias horas diarias en este sitio especial para relajarse. Entre los servicios más novedosos y solicitados se destacan los masajes con fango naranja o vainilla revitalizante, la exfoliación corporal de bambú o miel, la exfoliación corporal diamond magnetic, la reflexoterapia termogénica en pies con páprika y el tratamiento Sensaciones mayas, furor entre las parejas.
El menú, de todas maneras, es aún más amplio. "Los tratamientos pueden ser faciales y corporales. Es común que las mujeres que tuvieron un día intenso de sol en la pileta del hotel y se dañaron la piel lleguen al spa, al atardecer, en busca de un tratamiento facial porque a la noche tienen una cena de gala", cuenta Orellano.
Para los enamorados existe una atención especial. Existen cabinas dobles, donde la pareja puede tomar junta sesiones de baños aromáticos, reflexoterapia termal, shiatsu y masajes con piedras calientes. En estos casos, cada uno ocupa una camilla, pero en la misma habitación sin perder el deseo de compartirlo todo, hasta ese momento de relax total.
Por Alejo Vetere
Datos útiles
Dónde dormir. Iberostar Cancún: perfil familiar, con kids club. Siete piscinas, cuatro restaurantes, spa y salas de convenciones. También campo de golf, 18 hoyos (par 72). Tarifa: US$ 123 por persona.
Iberostar Grand Paraíso. Sólo huéspedes mayores de 16 años. Campo de golf, 18 hoyos (par 72), servicio de mayordomo personalizado, spa Sensations con tratamientos para parejas. Tarifa: US$ 224 por persona.
Excursión. La visita a las playas de México no podría ser completa sin la excursión a Chichén Itzá, en Yucatán, referente del pasado maya y Patrimonio Cultural, según lo declaró la Unesco en 1998. A unas tres horas de la zona turística de esta parte del Caribe, la pirámide de Kukulcán, el ícono maya y el símbolo de Chichén Itzá, es visita obligada para los miles de turistas que disfrutan de los resorts de Cancún y la Riviera Maya. Para esta aventura es aconsejable destinar todo un día.