Mar del Plata.-Porque acá no es cuestión de horarios. A lo sumo, las agujas del reloj podrán hacer que se modifique el contenido de los vasos según pasan las horas. Pero hay algo bien seguro: día y noche, por la arena o en los bares, nadie circula ni se muestra sin un trago en la mano.
Habrá en las playas momentos ideales de temperaturas máximas, para que desde las barras marche una cerveza detrás de otra. Cientos de botellas diarias por balneario para apagar tanto fuego. Y otros, de soles más apagados, que le abrirán paso a las mezclas. Será, entonces, la hora de los bartenders y las cocteleras. La magia de los batidos animará las tardes hasta el crepúsculo, cuando los últimos se retiren adivinando pasillos por la arena apenas tibia.
"Todo resulta más alegre si hay un toque de alcohol de por medio", cuenta Hernán, neuquino y de 24 años, que pasea por la frente de su novia, Indiana, de 19, uno de los cubitos que mantienen helada la botella de champagne que, más que descansar, ya agoniza dentro de la frapera.
Cerveza, caipirinha y caipiroska ganan por goleada en el parador que Mech comanda a orillas del mar en Abracadabra Beach. Fernet con cola, Gancia batido y daikiris quieren disputar el podio.
Las manos de Norlan
Y las recetas magistrales salen de las manos de Norlan, oriundo de Matanza, bien cerca de Baradero, en la isla caribeña que comanda Fidel Castro, vuelcan las preferencias hacia sus especialidades: Cuba libre y mojitos.
"También nos piden mucho las caipirísimas, que se preparan con ron", cuenta este joven cubano que ya cumple dos temporadas por aquí.
Al lado, sobre uno de los espacios exclusivos que tiene Movistar, las copas aflautadas dejan ver el ascenso de las burbujas teñidas de tono dorado más intenso. "Combinamos el champagne con Red Bull y no sabés cómo te levanta el ánimo", aseguran Silvina, Soledad y Joaco, todos estudiantes de Derecho, que llegaron desde la ciudad de Buenos Aires para compartir la última semana de descanso antes del reencuentro con los libros.
La combinación de estos energizantes con bebidas alcohólicas es una de las tendencias instaladas desde hace varias temporadas. Los pibes, a la par de los especialistas en tragos, empezaron a jugar con estas mezclas y así se convirtieron en estrellas de tardes y madrugadas.
Los combinan con vinos blancos espumantes como O2, de Valmont, o Frizzé. En las barras nocturnas una de estas copas se puede pagar hasta 20 pesos según el bar o disco elegida.
También parece marchar con suerte la experiencia del energizante, que se caracteriza por sabores dulces, combinado con bebidas alcohólicas blancas. "Yo lo pido con vodka, porque te mete mucha pila para la noche", destaca Guillermo, un guardavidas que suele pedirlos seguido en la barra de La Morocha, uno de los bares más conocidos de la zona de Alem, siempre de moda.
Al margen de la devoción por las bebidas alcohólicas y sus infinitas combinaciones, los licuados naturales también tuvieron y tienen buena aceptación por estas playas. En los chiringos situados sobre las terrazas, a metros del mar, las licuadoras saben de otras combinaciones para dietas bien sanas: kiwi y naranja, durazno con frutillas y el clásico de banana, bien cargado y con bastante hielo granizado.
En la playa
Las chicas no pueden pasearse por los pasillos de los paradores sin un buen trago en la mano. Los preferidos son el Cuba libre, los vinos espumantes y el champagne con bebidas energizantes.
Novedades
Al atardecer se llevan mucho los jugos de durazno y alguna cosa para picar. Pero también los daikiris, esa espectacular combinación de sumos naturales con bebida blanca en general o vodka en particular.
Por Darío Palavecino
Corresponsal
Corresponsal