Publicado por Silvia
Hola a todos! Perdón que ayer no hubo post. Tuvimos un problemita técnico.
Pero hoy igual quiero hablar, mirando "hacia delante", o sea, el fin de semana. Ya contamos en este espacio cómo, a veces, nos cuesta racionalizar el uso del tiempo en el fin de semana y cómo quedamos exhaustos. Hoy viernes, ya sabemos que tenemos dos cumpleaños de 31 y 1 año respectivamente (sábado a la noche uno, domingo a la tarde otro) de gente muy querida y cercana. Sabemos que tenemos que ver a mis padres y a sus padres (ambos nos invitaron con cierta anticipación, al principio los dos para el sábado al mediodía, pero acomodamos a unos para el sábado y a los otros para el domingo). Hace meses que posponemos la compra de un perchero decente que nos permita organizar un poco mejor las (mis) cosas, y sin chequear la agenda nos prometimos que el sábado sería el día de esa compra tan simple y tan fundamental. Pero además, una muy amiga mía volvió de un viaje larguísimo y nos invitó (a las chicas) a cenar a su casa el domingo.
Estas situaciones me angustian: no hay nada que quiera dejar de hacer, Silvio tampoco. Lo primero que cae es el perchero, pero honestamente, de todas las actividades del fin de semana es la que más puede afectar nuestro bienestar: Silvio últimamente me maldice cada vez que ve las carteras distribuidas por toda la casa y yo le respondo: ¡es que necesito un perchero! ¡Con eso se arregla todo el desorden! A esta compra le dimos un carácter mesiánico. No la podemos cancelar. Realmente me pregunto qué hacer… ¿alguna sugerencia?