
La moda, como el arte en todas sus expresiones, vive también de musas inspiradoras. Así como Dalí deliraba sobre las telas frente a Gala y John Lennon estaba hechizado por Yoko Ono (casi no hay video en el que ella no aparezca!), los diseñadores se inspiran muchísimo en mujeres particulares para crear y volar.
En esto estuve pensando estos días al repasar tantos ejemplos: Karl Lagerfeld con Claudia Schiffer (más que nada cuando ella empezó, y de hecho fue él quien la lanzó más a la fama, y yo diría que las princesas de Mónaco y Charlotte también lo fascinan...), Yves Saint Laurent con Catherine Deneuve, Hubert de Givenchy con Audrey Hepburn (el impecable vestido negro que usa ella en Desayuno en Tiffany’s es de él y se hizo famosísimo) y la lista sigue y sigue...

Son casos más bien históricos, leyendas clásicas de la alta moda, así que para escribir el post pensé en alguno más del momento y creo que el caso de Louis Vuitton con Sofía Coppola es más acorde a los tiempos que corren. Creo que no sólo se trata de un idilio sino que también hay más intercambio entre musa y marca (ya se trata de una marca más que de un diseñador), aunque no se deja de lado la inspiración. Claro que Sofía tuvo otras vinculaciones con la moda, dirigiendo comerciales de perfumes para Dior, pero esto con LV tiene una mayor continuidad y al parecer proyección.
Entonces, la relación Sofía Coppola LV ya es un hecho. En 2011 la firma la toma como su musa para crear la colección Crucero 2012, lanzada a fin de año. Esta vez, ella pidió más: quiso que la marca le renovara su guardarropas, siempre fiel a su estilo moderno pero conservador, neoyorkino pero muy europeo, artístico pero chic, inocencia pero carácter, delicadeza pero valentía. Y la casa accedió: años ’60 y ’70, sobriedad pero gracia, cuero, palazos, pantalones rectos, vestidos sueltos a media pierna, estampados mínimos, mucho azul y, lo que al parecer puede instalarse como un IT, pijamas clásicos para salir a la calle.




Les dejo el video de la presentación de Crucero en donde Sofía es la invitada especial. Sin dudas, está ella en muchas de las prendas, como se muestra en los tantos primerísimos primeros planos de su película María Antonieta. La cineasta es una esteta, adora la alta moda y se inspira mucho en la perfección de la pâtisserie francesa.



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