Newsletter
Newsletter

Sudeste asiático para principiantes

Guía básica para una primera gran aventura por países como Tailandia, Camboya, Laos y Vietnam. Imperdibles, paquetes, visas, vacunas, consejos y mucho más




Templos, plantaciones de arroz, playas paradisíacas, pueblitos suspendidos en el tiempo, un río mítico y costumbres ancestrales. También motos a toda velocidad, bocinazos, bullicio, puestos callejeros, luces de neón y regateo para todo. Así es el sudeste asiático: la paz y sabiduría milenaria conviven con el ritmo frenético de las grandes ciudades y la compulsión por el consumo. Deslumbrante y también avasallante, la experiencia puede hacer virar al viajero del amor al odio y viceversa de un minuto al otro. Pero aventurarse en un viaje como este es entender que, aquí justamente, la multiplicidad de emociones es parte del atractivo.
Planificar un recorrido por el sudeste asiático puede ser tan intenso como el destino en sí mismo. Aquí, entonces, van algunas claves para recorrer países tan distantes y diferentes al nuestro, como Tailandia, Laos, Vietnam y Camboya. Por cercanía, diversidad de paisajes y culturas, y además por la ventaja de adaptarse a bajos presupuestos, armar una ruta por estos cuatro países es la opción turística más habitual en este rincón del mapa.

TAILANDIA

El primer destino es ineludible: Bangkok. Enorme, sorprendente, ruidosa, atractiva y punto de partida para los próximos destinos, tiene mucho más para ofrecer que una simple ciudad de paso. Capital de Tailandia, uno de los países más budistas del planeta –casi el 95% de su población practica el budismo Theravada–, sólo en Bangkok hay 400 templos de los cerca de 37.000 que, se estiman, hay en todo el territorio. Si de mencionar algunos sitios de culto se trata, hay tres imperdibles. Wat Pho o Wat Phra Chetuphon, en español, el Templo del Buda Reclinado. Una impactante estatua dorada de 46 metros de largo y 15 de alto, dentro de todo un predio lleno de imágenes de Buda de todos los tamaños. En pleno Chinatown, el Wat Traimit o el Templo del Buda de Oro es una estatua sentada de 900 años, de 3 metros y más de cinco toneladas de oro sólido. Del otro lado del río Chao Phraya, que atraviesa la ciudad, está el Wat Arun, con una cúpula impactante. Un dato no menor: entre los cientos de tuk tuks que circulan por la ciudad –motos con carrito incorporado que ofician de taxis abiertos y más económicos–, muchos le ofrecerán hacer un recorrido completo, con espera incluida, por unos pocos bahts, la moneda local.
Otro clásico son los mercados y Chatuchak es el más importante, pero sólo funciona los fines de semana. También están los fotogénicos mercados flotantes, como Damnoen Saduak, en las afueras de Bangkok.
El Palacio Real es otro de los imperdibles. Se trata de un imponente complejo de edificios que fueron sede real desde el siglo XVIII hasta mediados del siglo XX. La visita lleva casi un día completo, y como en muchos templos no está permitido ingresar con pantalones cortos y remeras sin mangas. En la entrada y en forma gratuita prestan ropa adecuada para cubrirse.
Entre los barrios típicos hay varios destinos según el bolsillo. En Ratchaprasong se ubican varios de los mejores hoteles y Banglamphu es la zona mochilera por excelencia, repleta de hostels y bed & breakfast.
Playas del sur o desierto del norte
Así de ecléctica es Tailandia. Un tren desde Bangkok puede hacer cambiar totalmente el paisaje en cuestión de horas. El transporte es seguro y cómodo, y los asientos se hacen cama durante la noche. Si se perfila hacia el Sur habrá dos opciones: sobre el golfo de Tailandia, las islas de Koh Samui y Koh Phangan –esta última mundialmente famosa por la Full Moon Party–, o sobre el mar de Andaman, en Phuket, la peliculesca Phi Phi Island, que fue set de filmación de La isla, protagonizada por Leonardo DiCaprio.
Si en cambio se busca la aventura y un clima selvático, al Norte espera Chiang Mai, la segunda ciudad más importante después de Bangkok. Pintoresca y repleta de templos –hay más de 300–, desde allí se pueden tomar excursiones para atravesar la selva en un trekk de dos días y hasta andar en elefante.
A través del río Mekong
Desde el norte de Tailandia, el paso hacia Laos es por Chiang Khong.
La experiencia comienza al atravesar el arco que indica Puerta Indochina y sigue con una de las aventuras que sólo pueden vivirse en un recorrido como este. Los menos osados podrán volar a Luang Prabang, el encantador pueblito de reminiscencias francesas en el centro-norte de Laos. Pero quien llegue allí en slow-boat –como se conoce a los grandes lanchones que albergan varias decenas de pasajeros sin prisa alguna– sabrá lo que se siente navegar por el Mekong, el mítico río que nace en el Tíbet, fluye por China y Myanmar, atraviesa Tailandia, Laos y Camboya, y desemboca en el sur de Vietnam. Parte de la historia de Asia, el enigmático Mekong es sagrado. Los slow-boats no son ni cómodos ni rápidos, pero forman parte de la experiencia. Demoran dos días en llegar a Luang Prabang, cada jornada es de alrededor de 6 horas y no navegan de noche, lo que suma el plus de pernoctar en Pak Beng, un pueblito de paso sin luz eléctrica y que, gracias a ello, se ilumina con cientos de velas en las calles, los bares y los hotelitos que esperan ansiosos por los turistas, único medio de vida de sus pobladores.

LAOS

Luang Prabang
Si hay un lugar donde el tiempo está detenido, es en Luang Prabang. Aquí queda en el olvido el bullicio de las ciudades asiáticas para mecerse en la tranquilidad de este pueblo bellísimo, salpicado de templos y con un definido estilo colonial, de herencia francesa. Declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, de día enamora con sus balcones floridos, su gente siempre sonriente y los monjes que caminan sin prisa por sus callecitas. De noche, todo se llena de lámparas de papel y luminarias, muchas calles se transforman en peatonales y se tapizan de artesanos vendiendo sus tejidos típicos y seda genuina. Un clásico cercano es la excursión de un día a la catarata Tat Kuang Si.

VIETNAM

Hanoi es capital de Vietnam y la puerta de entrada más popular a este país. En general no da la bienvenida más amable: es difícil no ser blanco de estafadores desde que se aterriza en el aeropuerto. Le sigue algo casi imposible, como lo es acostumbrarse a los bocinazos -el lenguaje común y constante de todos los conductores- y el tráfico caótico de la ciudad, que multiplica varias motos por cada auto que transita por la ciudad. Aun así hay mucho por descubrir y sorprenderse. Las plantaciones de arroz y la gente con sombrero cónico que son parte del imaginario popular son moneda corriente en cualquier ciudad vietnamita, y suma al encanto. Hacia el Norte, a casi cuatro horas del centro de Hanoi, la espectacular bahía de Halong corta la respiración. Lo imperdible es tomarse dos días para navegar las aguas color esmeralda, atravesando más de 3000 rocas, islas e islotes. Se puede pasar la noche en Cat-Bá, una isla en medio de la bahía.
Si se dispone de tiempo y espíritu de aventura es interesante comprar un pase en bus para recorrer las ciudades más importantes de Vietnam. En orden geográfico y hacia el sur desde Hanoi, entre las destacadas -sólo por mencionar algunas- están Hoi An, exquisita y colonial; Nha Trang, con sus playas ideales sobre el Mar de China del sur, y Ho Chi Minh City (HCMC), ex Saigón, antigua capital y la ciudad más grande del país.

CAMBOYA

Desde HCMC demora cerca de cinco horas llegar a la capital camboyana, Phnom Penh (lo interesante: se combina colectivo y al atravesar la frontera, ferry ¡con bus y pasajeros a bordo!). Esta ciudad suele ser un lugar de paso para los viajeros que quieren llegar a Siem Reap en busca de los famosos templos, pero al arribar se descubre que tiene un espíritu propio que vale la pena un día extra de itinerario. El imponente Palacio Real y el Museo Nacional son dos de los destacados.
Otras cinco horas de viaje por tierra y al fin se llega a Siem Reap, una pequeña ciudad emergente, cada vez más popular gracias al turismo, atraído por el monumental Angkor Wat. El complejo abarca cerca de 400 km2, y el parque arqueológico -Patrimonio de la Unesco- alberga las capitales del imperio Khmer, del siglo IX al XV. El más famoso es el templo de Angkor, y le siguen el Angkor Thom -y dentro el Ta Prohm, atravesado por gigantescas raíces que lo hacen aún más enigmático-, el de Bayon -con sus cientos de rostros tallados en piedra-, la Terraza de Elefantes y mucho más. Como la distancia entre los templos es grande se puede alquilar una moto o un tuk-tuk con conductor, que irá haciendo escalas en los puntos más importantes. El amanecer y el atardecer son los momentos mágicos, cuando el sol tiñe de dorado las imponentes construcciones milenarias.

Myanmar, lo que viene

Para aquellos que dispongan de un poco más de tiempo, o bien quieran agregar a estos destinos clásicos, otro poco convencional, el off del sudeste asiático tiene varios imperdibles. "Myanmar es el nuevo boom turístico", define Sergio Durante, propietario de Biblos Travel, agencia dedicada a viajes exóticos y personalizados. Uno de los motivos de este suceso es que a fines de 2010 se produjo una apertura política importante, cuando el gobierno militar en el poder liberó a la líder Aung San Suu Kyi –después de 15 años de arresto domiciliario–, luchadora por los derechos birmanos. "Es un país rico en historia y cultura, con una profunda filosofía budista. Su capital, Yangoon, tiene templos atractivos y un Buda de 80 metros. En Bagan, en la región de Mandalay, se pueden sobrevolar los templos en globo, al amanecer. También es posible navegar el lago Inle, dormir allí y conocer cómo aún pescan sus habitantes, con técnicas antiquísimas", enumera Durante, sólo por mencionar algunos atractivos de esta nueva meca del turismo exótico.
Indonesia es otro imperdible y la isla de Bali, el eterno clásico. Aquí, el destacado fuera de las playas típicas es Ubud, con montaña, verde y los infaltables templos.
"Personalizamos todos los viajes y para esta región del mundo, siempre se puede agregar unos días en los destinos de escala, también fascinantes, como Singapur o Honk Kong", cierra Durante.

DATOS UTILES

Cuándo ir
Las fechas ideales son de septiembre/octubre a marzo/abril. El resto del año es época de lluvias y no es recomendable.
Cómo ir / / Paquetes
Qatar Airways vuela vía Doha, con escala en San Pablo, hacia Bangkok, Hanoi, Vientiane y Siem Reap. Sin embargo comenzar o terminar el viaje desde Bangkok o Hanoi es más económico. Emirates vuela sólo a Bangkok, con escala en Río de Janeiro y Dubai. Pasajes, en ambas aerolíneas, desde US$ 1900. Un paquete de 21 noches con media pensión, traslados, excursiones, guías de habla hispana y aéreos internos recorriendo 11 ciudades en Vietnam, Laos, Camboya y Tailandia, cuesta US$ 6587 + impuestos, con áereo incluido, vía Doha ( www.leveltur.com.ar ).
Un recorrido de 18 días por Vietnam, Laos, Camboya y Myanmar, con un enfoque espiritual, desde US$3200 + impuestos, sin aéreos ( www.viajesdelalma.com.ar )
Quince noches de tour por Tailandia (Bangkok), Laos (Luang Prabang y Vientiane), Vietnam (Hanoi, Halong Bay, Hoi An, Hue, Ho Chi Minh) y Camboya (Siem Reap), desde US$3690 ( www.naptravel.com )
Qué llevar
Ropa liviana y fresca, siempre es fundamental, al igual que una buena provisión de protector solar y repelente contra los mosquitos. Zapatillas y sandalias para trekking, y también piloto para las tormentas tropicales que, aunque breves en la época indicada, suelen sorprender.
Visados
Argentina está exenta de visa para Tailandia, y la embajada de Vietnam tramita el visado por US$ 50 ( www.vietnamembassy.org.ar ). Camboya y Laos no tienen representación diplomática en nuestro país, pero las visas se otorgan en las fronteras o aeropuertos, por 30 y 40 dólares, respectivamente.
Fundamental para entrar a cualquiera de estos cuatro países, tener un pasaporte válido con un mínimo de seis meses de vigencia.
Salud
Legalmente, sólo se exige la vacuna contra la fiebre amarilla, no porque estos países la sufran, sino porque la Argentina es un país de riesgo. Hay que aplicarla, como mínimo, 10 días antes de ingresar al país, que es lo que tarda en formar los anticuerpos. De lo contrario, el viajero puede entrar en cuarentena hasta que se cumpla este período. Se aplica gratis en Petrona Eyle y Av. Ing. Huergo, de lunes a viernes, de 10 a 15.
Sin embargo hay recomendaciones según la zona que se visitará y el estilo de turismo por realizar: "Hay que pensar tres situaciones de prevención de la salud -explica el Dr. Elmassian, del Centro Stamboulian-. Una prevención a través de vacunas, otra para las enfermedades transmitidas por mosquitos y una tercera de autotramiento para diarreas". En el primer caso, el viaje puede ser una oportunidad para actualizar el calendario de vacunación, que debe incluir la doble adultos -tétanos y difteria-, la triple viral para menores de 50 años -sarampión, rubeola y paperas- y la de hepatitis A y B. Dentro de las enfermedades transmitidas por mosquitos, el dengue no tiene vacuna, por lo que se extreman las medidas de prevención con repelentes en piel y ropa, teniendo en cuenta que este mosquito es urbano y pica de día. El mosquito que transmite la malaria, por el contrario, pica de noche, y se implementan pastillas preventivas. Por último, el viajero llevará medicamentos indicados para el ocasional tratamiento de diarrea y e indicaciones de prevención, como no consumir agua de la canilla ni hielo, evitar alimentos con medidas dudosas de higiene, etcétera. "Es importante evaluar cada caso en forma particular, por eso lo ideal es hacer la consulta entre cuatro y seis semanas antes de viajar", cierra el Dr. Elmassian.

¡Compartilo!

SEGUIR LEYENDO

Lanzamos Wellmess, el primer juego de cartas de OHLALÁ!: conocé cómo jugarlo

Lanzamos Wellmess, el primer juego de cartas de OHLALÁ!: conocé cómo jugarlo


por Redacción OHLALÁ!


 RSS

NOSOTROS

DESCUBRÍ

Términos y Condiciones


¿Cómo anunciar?


Preguntas frecuentes

Copyright 2022 SA LA NACION


Todos los derechos reservados.

QR de AFIP