Ayer la dejamos a Luján en la psicóloga (se quedó feliz, como si fuera un programón), y nos fuimos a la esquina del consultorio a tomar un café.
Supuestamente íbamos a hablar un poco del tema del laburo de Nico, pero claro, hablamos de Luján.
Nos acordamos del día en el que nació. De lo linda que era. Decíamos "a quién salió taaaaan linda??". Y yo me lo sigo preguntando.
Nos sentamos a tomar café y hablamos de nuestra hija durante casi una hora.
Yo lo miré y le dije, en un rarísimo arranque de melancolía romántica "te das cuenta Nicolás, de que tenemos tres hijos?"
Se me quedó mirando, así observándome y yo asumí que buscaba en mi cara, algo de lo que vio cuando teníamos muy pocos años y nos conocimos. Me agarró la mano, me la apretó un poquito y tomó de su café.
Fuimos a buscar a Luján y volvimos a casa. Estaba la comida hecha, así que los chicos terminaron y se fueron a la cama temprano.
Nosotros nos quedamos viendo capítulos atrasados de Lost y cuando Nico se durmió, abrí la compu y me puse a chequear Argenprop. Con naturalidad y sin angustia.
Cómo voy a angustiarme por tener que mudarme a una casa más chica?