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Todavía es gratis





"Sí, estoy llorando, ¿cuál es el problema? Que yo sepa todavía es gratis".
Esa frase le escuché decir a una chica enojada de no más de 30 años ayer en el colectivo, cuando volvía de trabajar. Estaba sentada en uno de los asientos de atrás de todo y lloraba medio a escondidas mientras hablaba por teléfono. Estaba sentada a dos asientos míos y me pareció simplemente genial. Es tal cual me siento.
Quiero tirarme a llorar, estar tirada en la cama leyendo o viendo películas sin que nadie me cuestione. ¿Cuál es el problema? Estos días también me acordé una tapa de Ohlalá que decía "Llorar está buenísimo" y coincido, me parece que a veces es positivo. Hay algo que se aclara después de un buen llanto.
No soy muy fan de la autoayuda, soy más de pensar las cosas tal cual me pasan e intentar no caer en lugares comunes. Con esto quiero decir que no soy de "etiquetar" mis emociones e intentar encasillarlas donde mejor entran. Prefiero pensar en las pequeñas cosas e intentar encontrar las respuestas o las posibles soluciones en lo que realmente siento y no en lo que dicen otros que debería sentir.
Para las que preguntaron, con Pato seguimos sin hablarnos. Cuando discutimos yo le dije que no tengo nada más para poner en la relación. Siento que puse todo de mí y aún así no estamos bien. Honestamente, yo no creo que él pueda decir lo mismo. Esta situación me parte al medio y lo extraño horrores. Espero que todo se solucione pronto.
Estos días estuve leyendo sus comentarios y sus mails y vi que hay inquietudes generalizadas. Una es el por qué me fui a vivir sola si escribo mucho sobre mis dramas, y eso despertó la idea del post de hoy.
Para empezar, me fui de mi casa decidida, convencida y algo apurada por la mudanza familiar. De todas maneras,era algo que venía planeando desde principio de este año. Fue una decisión que tomé a conciencia pero eso no quiere decir que no tenga mis momentos de debilidad y duda.
Estuve viendo y hay varias que están a punto de tomar la decisión de mudarse y no saben por dónde empezar. Acá van un par de consejos basados en mi experiencia:
1. Primero empiecen por hablarlo con su familia, que sea un tema que compartan entre todos. Hay un montón de cosas que no tenemos en cuenta de lo que implica mantener una casa y nuestros padres pueden darnos consejos útiles.
2. Antes de decidir que me venía a este departamento (que como dije antes pertenece a mi familia hace varios años), busqué para alquilar. Mi consejo es que primero intenten dar con PHs. Los que vi no tienen tanta intimidad pero en general son luminosos y muchas veces las expensas son más bajas que las de los edificios.
3. Tengan en cuenta que hay gastos para entrar al departamento que van a depender en qué estado esté. Quizás haga falta arreglar algunas cositas o pintar, y no siempre los dueños se hacen cargo de los detalles.
4. Una vez que tengan el departamento empiecen a equiparlo o a llevar cosas de a poco e incluso un tiempo antes de mudarse. Esto es más una cuestión emocional que práctica. Yo decidí que me iba a mudar tal día y una semana antes empecé a llevar los platos, vasos y ollas que había comprado. Es como para sentir de a poco que ese va a ser su lugar.
5. Parece una joda pero esto es importante: a penas se muden (o incluso antes) llamen a la empresa que elijan para pedir Internet. Yo estuve casi todo el primer mes sin y les juro que ya caminaba por las paredes. Con los teléfonos celulares ya tener uno fijo no es tan necesario pero, al menos para mí, tener Internet es casi vital.
Las que ya se mudaron ¿qué consejos pueden darles a las que están por hacerlo? Y las que todavía viven con sus familias, ¿qué dudas tienen? Usemos este espacio para aconsejarnos entre nosotras y para pasar datos. Cintia_8804 pasó la página de la Unión Argentina de Inquilinos para despejar dudas.
Acuérdense que es todo nuevo y que al principio les va a resultar raro estar solas, pero de a poco les va a empezar a gustar. Como dije, hablo y me río de chistes sola. Ceno cuando quiero y nada altera mi ritmo. Voy al supermercado y compro (o pido por teléfono) lo que tengo ganas de comer ese día. Tengo las riendas de mis horarios y mis tiempos, eso es lo que me hace darme cuenta de que tomé la decisión correcta y de que, con o sin llanto, estoy cada vez más cómoda en mi casa.
Eso no hay alquiler ni expensas que lo paguen. Por suerte, todavía es gratis.

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por Redacción OHLALÁ!


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