Una provincia que no hace la cruz

De los varios circuitos aptos para camioneta o vehículo todo terreno, pueden mencionarse algunos platos fuertes. Uno de ellos es la Ruta Provincial 41 que une la localidad de Los Antiguos, en la costa del Lago Buenos Aires, con el cruce fronterizo llamado Paso Roballos. A Los Antiguos se llega por pavimento desde la Capital Federal, contándose en este pueblito, además de una vista de las aguas color zafiro del lago más grande de la región, con algunos hospedajes y bosques repletos de cerezas.

Hasta el Paso Roballos son unos cien kilómetros de paisajes antediluvianos, ríos sin puentes y tranqueras cerradas (que deben dejarse en el estado en que se encontraron, una vez atravesadas).

En el Paso Roballos se cuenta con el invalorable apoyo de la Gendarmería Nacional y es ese puesto fronterizo el último hacia el sur que vincula los caminos argentinos con la Carretera Austral chilena. Allí se presentan tres posibilidades para continuar.

La primera es continuar por la ruta 41, ahora sí conservada por Vialidad, hacia Bajo Caracoles (combustible y hospedaje de campo) donde, ya otra vez sobre el ripio de la 40, se puede continuar hacia el sur o hasta la cercana Cueva de las Manos.

Otro plan es cruzar la frontera y por lo tanto la Cordillera de los Andes, entrando de lleno al laberinto de glaciares, fiordos, lagos y selvas del sur de Chile, donde la humedad del Océano Pacífico modela un paisaje completamente distinto al del sector argentino.

La última alternativa es continuar desde el Paso Roballos más hacia el sur por caminos vecinales hasta la angosta lengua de tierra que separa dos lagos, curiosamente de distinto color, el Posadas y el Pueyrredón. Allí funciona perdida en la profundidad de la Patagonia la Hostería Lagos del Furioso (Tel. 812-0959). Ese remanso cuenta con bungalows, sauna, teléfono satelital y guías de pesca. Se diferencia de la mayoría de las estancias de Santa Cruz dedicadas al turismo, principalmente en la circunstancia de que sus propietarios no son antiguos pioneros de la ganadería patagónica, sino una familia de ciudad que se propuso brindar a sus huéspedes lo que ellos mismos vinieron a buscar a un paraje tan remoto: las sensaciones que se viven al volver a pisar sobre las huellas que dejaron seres del Jurásico, americanos de hace milenios y exploradores como Alberto De Agostini y Bruce Chatwin.

Desde Lagos del Furioso se pueden iniciar excursiones cortas en todo terreno. Por ejemplo, remontando el cañón del río Oro que conduce por una huella de pedreros hacia el Monte San Lorenzo, meta codiciada de andinistas de todo el mundo. O hacia los sitios arqueológicos y paleontológicos que se diseminan por la zona.

Este verano será óptimo para aventurarse en vehículo por el sur de la Patagonia. Todavía la Ruta Nacional 40 en su última etapa antes de finalizar en el mar en Punta Loyola, es decir en su recorrido por la espina dorsal de la provincia de Santa Cruz, no ha sido pavimentada. La promesa de esa obra partió del estamento más alto de las autoridades nacionales, pero, dado que aún no ha sido concretada, nos queda otro año más de aventura en el ripio.

La Patagonia ofrece circuitos solitarios aptos para toda clase de vehículos. Sin embargo, cuanto más adecuado sea el auto o camioneta con que se cuente, más profundo se podrá penetrar en las partes más remotas del extremo americano.

En particular, la doble tracción no es un factor importante en verano, como podría serlo para incursionar en la nieve o el barro. Solamente algunos caminos y sendas perdidas donde no existen puentes pueden requerir un 4x4. Demás está decir que esos caminos también plantean la necesidad de un baqueano o de instrucciones muy precisas de gente de la zona. Por lo demás, cualquier auto de ciudad que cumpla los siguientes requisitos mínimos puede proporcionar muchos días de diversión en el sur del país.

Sergio Zagier

Posibilidades: cuando se está frente al glaciar Perito Moreno y se quiere ver el espectáculo en todo su esplendor se puede tomar un catamarán y recorrer el Lago Argentino o bien, hacer un minitrekking.

EL CALAFATE.- El Glaciar Perito Moreno y las Cataratas del Iguazú suelen ser considerados como los dos fenómenos naturales más conocidos de la Argentina. Ambos tienen la particularidad de estar en un extremo del país y ambos comparten, también, la característica de no ser lo único interesante en la zona. En lo que a la Patagonia se refiere, la pequeña villa de El Calafate es un centro logístico desde donde se pueden visitar numerosos puntos que no están a más de algunas horas de vehículo.

Luego de regocijarse con la imponente visión y audición del Glaciar, de apostar a cuál será el próximo bloque (a veces tan grande como un edificio) que se resquebraje y se desplome, es hora de pensar en qué más se puede hacer ahora que se está lejos de casa.

Primera sugerencia: ¿Por qué no acercarse más al glaciar? Hay dos formas elegantes de hacerlo. La más reposada es tomar alguna de las navegaciones que se realizan diariamente por las aguas del Lago Argentino. Estos paseos en lancha o catamarán se aproximan al Glaciar Moreno o a alguno de los otros frentes de hielo que desaguan a dicho lago (Safari Náutico tel. 0902-91053, Fernández Campbell tel. 0902-91155).

La otra consiste en calzarse unas suelas de púas o grampones y trepar a la pared lateral del propio glaciar. Este paseo es conocido como minitrekking y resulta una experiencia imperdible. Incluye una corta navegación, una caminata por el bosque andino, explicaciones a cargo de guías especializados, grampones y, lo esencial, un par de horas caminando sobre lo que parece una mezcla de un queso gruyere con las agujas de una catedral gótica (tel. 0902-91053).

Existe la posiblidad de impresionarse ante la vista de unas montañas que están entre las más bellas del globo. En su vehículo o en ómnibus (tel. 0902-91753) tiene algo más de 200 kilómetros hasta el pequeño caserío de El Chaltén. Desde las calles de este pueblo, uno de los más jóvenes del país, la visión del Monte Fitz Roy y el Cerro Torre, así como del resto de los picos satélites es impresionante. Paredones de granito rosa grisáceo que son el objetivo de escaladores de todo el mundo. En El Chaltén hay varios hospedajes y pequeñas hosterías.

Y estando en El Chaltén, ¿cómo perderse una visita a Lago del Desierto? Sólo 30 kilómetros más de tierra a lo largo de un valle protegido y se llega al extremo sur del lago que tanta difusión tuvo en relación a disputas fronterizas. Esta temporada presenta como novedad la posibilidad de navegarlo en toda su longitud. La lancha "Mariana II" (tel. 0902-91017) hace 3 recorridos redondos por día, con desembarco en Punta Norte, donde además de un puesto de Gendarmería Nacional, también existe un refugio que brinda hospedaje (tel. 331-0191).

Finalmente, están los lagos y estancias a los que se puede llegar en algunas horas de viaje por tierra. El Lago San Martín, haciendo base en Estancia La Maipú (tel 901-5591) y el Lago Belgrano, hospedándose en Estancia La Oriental (tel. 0962-2196), exigen una jornada de camino hacia el norte. Más cerca, en la zona del Lago Viedma, las estancias La Leona y Punta del Lago (tel. 251-2000 móvil 20842), además de Helsingfors (tel. 824-3634) permiten hospedarse.

Continuando a Chile, para visitar el Parque Nacional Torres del Paine, se puede contar asimismo con establecimientos de campo dedicados al turismo.

Los Hielos Continentales dividen a Chile en dos sectores sin comunicación terrestre. Por esa razón, los caminos de la zona del Paine y Punta Arenas continúan por territorio argentino para vincularse con el resto de Chile.

Para llegar al Parque Nacional Torres del Paine se debe cruzar por alguno de los tres pasos de la zona de Río Turbio (Cancha Carrera, Mina Uno o Casas Viejas) o por el Paso de Integración Austral, al sur de Río Gallegos.

En esa zona se cuenta con algunos hoteles de campo, como El Tehuelche, Río Rubens y Tres Pasos. Hay un par de estancias turísticas como La Cumbre (0056-61-421422) y Río Penitente (0056-61-331694). Ya en el Parque hay también hosterías y estancias turísticas. Quien prefiera otros servicios debe ir a Puerto Natales o a Punta Arenas.

Si el interés consiste en explorar Chile hacia el norte, el paso más al sur en Santa Cruz es el Roballos -inhóspito y para vehículo resistente- y 100 kilómetros más al norte el de Los Antiguos, al que se llega por pavimento. Ambos conectan con la red caminera de Chile, con villas y hosterías a todo lo largo. La primera etapa se puede hacer hasta Puerto Bertrand, donde funciona la hostería del mendocino Emilio Márquez (tel. 863-9373).

Patrimonio: un importante yacimiento arqueológico se conserva en unas cuevas ubicadas en la estancia homónima.

RIO GALLEGOS.- La meseta de la provincia de Santa Cruz es un destacado reservorio de vestigios de las culturas prehispánicas. Tal el caso de las pinturas rupestres de la Cueva de las Manos, en el río Pinturas, afluente del río Deseado, ubicado hacia el noroeste provincial, el exponente más conocido e importante de este tipo de manifestación cultural.

Existen otros sitios de gran riqueza arqueológica, como el excepcional yacimiento que se encuentra localizado en terrenos de la estancia La María, establecimiento de 20.000 hectáreas que dista unos 150 kilómetros al noroeste de Puerto San Julián, localidad costera a escasos kilómetros de la ruta nacional 3.

Debido a la magnitud que reviste el yacimiento de la estancia La María, existe un proyecto para declarar al sitio arqueológico monumento histórico provincial, en vías de concreción.

Para conocer este valioso patrimonio y para resguardarlo de depredaciones se realizan excursiones organizadas desde la estancia, donde se traslada a los visitantes a los sitios de mayor interés.

El grupo de pinturas rupestres se reparte en cuarenta y una cavernas principales formadas por rocas volcánicas. Grutas, aleros y abrigos están cubiertos por manifestaciones de diferentes estadios culturales que poblaron la meseta desde hace unos 12.500 años al presente.

Los arqueólogos Augusto Cardich y Sebastián Paunero, que con un equipo están realizando estudios desde 1982, destacan en especial estos yacimientos dentro del marco regional por las características, número y riqueza de elementos. Investigadores del Conicet, Cardich y Paunero afirman que ofrecen muy buenas perspectivas en lo referente al conocimiento de las poblaciones que habitaron la Patagonia y de los primeros americanos. El ambiente que ha servido de base y recurso para el desarrollo de las culturas del pasado patagónico es la típica meseta árida cubierta por una estepa arbustiva, donde se desplazan ñandúes y guanacos.

Fotos: Secretaría de Turismo de la Nación

La Casa de Santa Cruz atiende consultas en los teléfonos 343-8478 y 334-8327, en 25 de Mayo 279.

La información sobre Chubut se consigue en el número 382-8126 de la Casa de esa provincia en Buenos Aires.

Para más datos sobre Río Negro, la Casa atiende consultas en Tucumán 1916 (teléfonos 371-5599/7078/7273), y la de Neuquén, en el 326-9265 o en su dirección de Tte. Gral. Perón 685.

La Casa de la provincia de La Pampa se encuentran en Suipacha 346, teléfonos 326-0485 o 394-2488.