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Una selección para ganar en cualquier arena

Con un extenso litoral de más de 8500 kilómetros de costa, en Brasil hay una playa para cada gusto; eso sí, a ninguna le falta el sol abrasador, un mar de aguas cálidas y las mejores caipirinhas




Inigualable: el atardecer sobre el mar en Jericoacoara, sobre la gran duna Pôr-do-Sol

Inigualable: el atardecer sobre el mar en Jericoacoara, sobre la gran duna Pôr-do-Sol - Créditos: Gentileza Embratur

Movida joven

Praia do Rosa
1. Praia de Rosa cada verano suele ser conquistada por los jóvenes que llegan sin sus padres para disfrutar del sol y la noche, especialmente argentinos. Es una de las playas de moda, que creció en los últimos años y donde ya no quedan rastros de la antigua colonia de pescadores.
Entre morros verdes, lagos y lagunas, Rosa, como la llaman locales y habitúes, tiene dos kilómetros de arenas blancas y limpias en forma de herradura. Está a 70 km al sur de Florianópolis, en el estado de Santa Catarina.
A pesar de ser una zona rural y de pesca, cuenta con una amplia infraestructura turística, como posadas de lujo, resorts y restaurantes.
También es uno de los destinos elegidos de los que practican surf por sus olas tentadoras.

El mejor atardecer

Jericoacoara
2. No hay visitante que no se haya conmovido frente a la caída del sol en Jericoacoara, a 300 km de Fortaleza, en el extremo norte del estado de Ceará, uno de los pocos lugares de Brasil donde se puede ver el atardecer en el mar. La cita a la que nadie falta es en la gran duna Pôr-do-Sol, de 28 metros a orillas del mar, poco después de las 17, porque aquí anochece temprano.
Pero hay otro punto más famoso aún para ver al sol hundirse en el mar, pero que sólo puede visitarse cuando la marea está baja: la Pedra Furada. Es una formación rocosa natural que tiene un hueco esférico en el centro. En los atardeceres de julio, gracias a la alineación de los astros, se ve el sol justo en medio del círculo.
Jericoacoara, famosa por sus manglares, grandes dunas, lagunas y la vegetación de sabana, es todavía un pequeño pueblo de pescadores que conserva calles de arena, sin alumbrado público, pero con posadas y gastronomía de primer nivel, muchas administradas por europeos. Se llega sólo en buggy, atravesando las inmensas dunas, lo que mantiene al turismo masivo relativamente alejado.

Paseos en buggy

El buggy, medio de transporte oficial en las playas de Natal

El buggy, medio de transporte oficial en las playas de Natal - Créditos: Gentileza Embratur

Natal
3. Natal, considerada la capital más tranquila de Brasil, se pone extrema a la hora de subirse a un buggy. Sólo ahí, bajando una pendiente de arena de un ángulo de 50° a toda velocidad uno entiende la pregunta que el conductor hizo al principio de la excursión, la más típica de esta ciudad del Nordeste: "¿Com emoção ou sem emoção?" Los buggies son la principal forma de recorrer la región y los símbolos del Estado desde hace más de 30 años, cuando se empezaron a usar con fines turísticos para llegar a playas inaccesibles. A pesar de las rutas se siguen usando para recorridos que se internan entre dunas, entre lagunas azules, el mar y el verde de manglares. El circuito más famoso es por las dunas de Genipabu, un parque de atracción natural, formado por colinas de arena blanca recubiertas de vegetación y lagunas de aguas cristalinas.

Un buen secreto

Praia do Espelho
4. El nombre remite directamente a la transparencia de las aguas, sobre todo cuando la luna refleja su brillo sobre el mar. Praia do Espelho está en el sur del estado de Bahía, en un área de preservación ambiental a 20 km de Trancoso. El lugar mezcla mata atlántica, cocoteros, manglares, restingas y falésias blancas y coloradas, especie de murallones que caen como acantilados hacia el mar. Con la bajamar se forman piscinas naturales de aguas tranquilas y muy transparentes, ideales para hacer snorkel.
Una de las particularidades, que aleja al turismo masivo, es que se llega por camino de tierra en bastante mal estado. La mayoría llega de excursión por el día. De todas maneras hay posadas, hoteles, y restaurantes de playa con todos los servicios, que dicen que son de los mejores del país (y también de los más caros).
Muy cerca está Caraíva, donde también las calles todavía son de arena, los taxis son carretas, no hay alumbrado público y la luz eléctrica llegó hace sólo unos pocos años. Un lugar rústico que luce como lo era su hoy famoso vecino, Trancoso, hace unos 20 o 30 años.

Playa virgen

Praia Deserta
Deserta, estado de Paraná, todavía virgen

Deserta, estado de Paraná, todavía virgen - Créditos: Gentileza Embratur

5. una extensión de 38 kilómetros de playas vírgenes y de exuberante vegetación, Praia Deserta es uno de los atractivos por descubrir en el Parque Nacional do Superagüi, en el litoral del estado do Paraná.
De un lado, la inmensidad del mar; del otro, las montañas de Serra do Mar.
Para llegar a Deserta desde Curitiba hay que viajar primero hasta Paranaguá o Guaraqueçaba, y de ahí tomar una lancha hasta la isla do Superagüi, donde está localizada.

Descubrir el fondo del mar

Ilhabela
6. En el litoral del estado de San Pablo, Ilhabela le hace honor a su nombre. Con una gran variedad de playas y mansiones de paulistas adinerados es un destino ideal para sumergirse y descubrir las profundidades. Aguas transparentes, con buena visibilidad, dejan ver la variedad de especies de peces, tortugas marinas y hasta delfines y ballenas.
En el archipiélago de Ilhabela hay más de veinte naufragios y gran cantidad de cavernas, que forman escenarios para todos los gustos y niveles de buzos.
Se destacan las islas Galhetas, dos islas sobre la costa este. Es un punto de buceo casi virgen, con profundidades de entre 3 y 15 metros. Sus principales atracciones son las grutas y la cantidad de peces coloridos.
La costa norte de la Playa de Poço es otro de los principales puntos de buceo en Ilhabela porque presenta un mar siempre tranquilo y al resguardo de los vientos. La costa de la Playa Jabaraquara es también un sitio calmo, con gran variedad de fauna marina.

Sin traje de baño

Praia de Tambaba
Tambaba, nordeste al desnudo

Tambaba, nordeste al desnudo - Créditos: Gentileza Embratur

7. En el estado de Paraíba, a 40 km al sur de João Pessoa, en el nordeste brasileño, Tambaba es una de las playas preferidas por los naturistas, donde se puede practicar nudismo sin prejuicios.
Tambaba se caracteriza por tener aguas calmas y cristalinas, donde se forman piscinas naturales, rodeada de vegetación agreste y falésias rosas, coloradas y ocres que sirven de reparo a las miradas indiscretas. Las arenas blancas invitan a largas caminatas en total armonía con la naturaleza. La playa está dividida en dos sectores: uno público y el otro, el naturista, donde el nudismo es obligatorio y es preciso cumplir con las estrictas reglas éticas del lugar. Ambos son gratuitos.

La ecológica

Fernando de Noronha
Fernando de Noronha, paraíso ecológico

Fernando de Noronha, paraíso ecológico - Créditos: Gentileza Embratur

8. A poco más de 500 km de la costa de Recife, sin grandes resorts y lujos, Fernando de Noronha, la isla principal del archipiélago, la única habitada, invita a vivir una experiencia ecológica con estrictas normas de preservación ambiental. Es Parque Nacional Marino, Área de Protección Ambiental y hasta fue declarada por la Unesco Patrimonio Mundial Natural. Como es lógico nada importa más que cuidar hasta la última piedra. Está restringida la cantidad de visitantes y se debe pagar una tasa diaria por permanecer en la isla. Naturaleza en dosis extremas, aguas cálidas y playas inigualables marcan la diferencia en este exclusivo archipiélago.
Baia de Sancho es una de las playas más famosas para disfrutar de la tranquilidad y de largos baños en aguas calmas. También es un buen destino para bucear.

Exclusiva para surf

Praia Mole
9. Mole es bien conocida por los que siempre están en la cresta de la ola: es el destino elegido para practicar surf.
Está en la isla de Florianópolis, más precisamente en el este, donde las olas gigantes dejan sin aliento a más de un desprevenido.
Llegar con la tabla debajo del brazo y el traje de neoprene marcando la figura es casi una obligación.
Mole es un pequeño balneario de alrededor de 1000 metros, con algunas casas y hoteles, pero la mayoría llega sólo por el día.
Los que quieran cambiar las olas por la arena pueden hacer sandboard en la vecina Joaquina, que recibe a los visitantes con unas dunas impresionantes. Allí mismo se alquilan tablas para lanzarse por las pendientes.

Bien de familia

Porto de Galinhas
10. En el municipio de Ipojuca, litoral sur de Pernambuco, a 65 km de Recife, Porto de Galinhas es uno de los destinos más buscados del nordeste y recibe cerca de 500.000 visitantes por año.
Ofrece cerca de cuatro kilómetros de playas de arena blanca, con aguas transparentes y tibias, repletas de cocoteros y apartadas del ajetreo urbano. Y unas piscinas naturales a las que se llega en pocos minutos de navegación en jangada para deleitarse con los peces de colores.
Y se adapta a todos, especialmente a familias con todos los servicios para los más chicos. Porto de Galinhas cuenta con más de cincuenta hoteles, resorts y posadas, más de 70 bares y restaurantes, supermercados y comercios.
En la zona de Muro Alto, próxima al centro de Porto de Galinhas, el mar se transforma en una gran piscina natural de 3 km, con aguas cristalinas y sin olas, protegida por una barrera de arrecifes. Es la zona de los grandes y lujosos resorts con todas las comodidades.

Para románticos

Taipu de Fora
11. Tal vez todavía poco conocida, está en el corazón de la península de Maraú a 500 km al sur de Salvador, y realmente cuesta bastante llegar. Desde Salvador hay que ir hasta Camamú (ferry y ruta) y una vez allí tomar otra lancha más hasta Barra Grande.
Taipú de Fora es una larga playa de 7 kilómetros flanqueada por cocoteros y arenas blancas.
La gran atracción del lugar son las inmensas piscinas naturales que se forman en la marea baja entre los arrecifes de corales. Con aguas cristalinas, llenas de peces, son perfectas para el buceo y la observación de la fauna marina. Hay posadas para una estada romántica y sin tener que preocuparse más que por tomar sol.

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por Redacción OHLALÁ!


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