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Qué es el colágeno hidrolizado y cuáles son los beneficios de empezar a consumirlo

Te contamos todo sobre el boom de esta sustancia clave para la salud de tu piel.


Colágeno.

Colágeno. - Créditos: Getty.



Colágeno en cápsulas, en polvo, bebible, en cremas, en sueros..., el colágeno está en todos lados, ¿por qué este boom? Primero hay que entender que esta proteína se encuentra en gran parte de nuestro organismo: articulaciones, piel, tejidos conectivos, arterias, huesos, uñas, etc. Por eso, mantener buenos niveles de colágeno trasciende las cuestiones estéticas y se vincula especialmente con la salud ósea. Te contamos algunas claves y te damos opciones para que puedas sumarlo a tus rutinas.

  • ¿A partir de qué edad conviene suplementarlo?  Nuestro cuerpo genera esta sustancia de forma natural, pero a partir de los 25 años su producción disminuye. “A los 30 años se ralentiza aún más y a los 40 ya casi no se genera”, explica la Dra. Lilian Demarchi, una de nuestras expertas consultadas. Es lógico, entonces, que tanto la industria cosmética como la farmacéutica hayan investigado largo y tendido para desarrollar productos que estimulen su generación. Otro tema a considerar es que no deberíamos hablar de “el colágeno” sino de “los colágenos”. Suena a trabalenguas, pero lo cierto es que existen 28 tipos distintos en el ser humano. Sin embargo, los más importantes son el 1 (en piel, vasos sanguíneos y tendones), el 2 (en cartílagos) y el 3 (en piel, vasos sanguíneos, tendones, pulmones y útero); de hecho, más del 90% del colágeno del organismo se distribuye entre estas variantes. 

  • ¿Cómo podés sumarlo?

    1. En tu alimentación. Del mismo modo que sucede con algunas vitaminas beneficiosas para la piel, el colágeno también está presente en los alimentos. Pero el asunto no es tan fácil, ya que las fuentes más importantes son los huesos y cartílagos de vaca, cerdo, etc., y para consumirlos se debería preparar un caldo de cocción lenta, algo que demanda mucho tiempo y que quizá vaya en contra de tu alimentación. En el otro extremo, la manera más simple de sumarlo en la alimentación diaria viene en polvo y se mezcla con agua: la gelatina. Aunque cueste creerlo, este simpático postrecito de colores se elabora a partir de una mezcla de cartílagos, tendones y huesos de origen animal. Y, por supuesto, con esto no alcanza, también hay que incluir alimentos que induzcan la producción de colágeno, como aquellos que contienen vitamina C, azufre y ácidos grasos omega 3, 6 y 9.

    2. En shots comestibles y/o bebibles. En los últimos años, el colágeno dejó de ser visible solo en productos cosméticos para pasar al mundo de los suplementos dietarios. Y lo hizo en compañía de otra palabra: hidrolizado. Es que las moléculas de colágeno son muy grandes como para que el sistema digestivo las pueda absorber. Gracias al proceso de hidrólisis, la industria farmacéutica logró descomponerlas en moléculas más pequeñas, llamadas péptidos de colágeno. “Esta es la forma más asimilable de proteína de colágeno. A nivel dérmico, varios estudios respaldan sus efectos beneficiosos en la piel: mejora la hidratación y la elasticidad, reduce las arrugas y redensifica”, detalla la Dra. Priscila Dzigciot, directora médica de BACE. Pero también existe debate en torno al tema, ya que algunos médicos señalan que, más allá de que esté hidrolizado, cuando ingresa al organismo, esas pequeñas moléculas se degradan en aminoácidos y es imposible asegurar que estos aminoácidos vayan a utilizarse para generar colágeno y no otra proteína. La dermatóloga Marina Gagliardi, una de las directoras médicas de Pure Skin, dice: “No hay evidencia científica suficiente que avale todos sus beneficios, pero tampoco hay perjuicios demostrados en su consumo. En la práctica diaria, son indicados para complementar tratamientos, pero hay que elegir los de muy buena calidad y siempre consultando con profesionales”.

    3. Con profesionales en consultorio. La tecnología estética también tiene los ojos puestos en el colágeno. Uno de sus inductores más utilizados es el ácido poliláctico –la marca comercial se llama Sculptra–. Se trata de un polímero sintético, biocompatible y biodegradable, es decir que se reabsorbe. ¿Cómo se aplica? A través de inyecciones en la dermis profunda o en la capa subcutánea. Los efectos se ven a las cuatro semanas y permanecen hasta por dos años.  
    Otro de los tratamientos inyectables que se usan para este fin es Prophilo; se trata de un ácido hialurónico de alta concentración no reticulado, es decir que no genera volumen. “Se encuadra dentro de los tratamientos de biorremodelación, induce la producción de colágeno y promueve la generación de elastina; deja la piel mucho más hidratada y luminosa”, resume Gagliardi. En consultorio, también se destaca Radiesse: es un filler de hidroxiapatita cálcica que funciona como un gran estimulador del colágeno natural. Además, repone el volumen en mejillas, pómulos, óvalo facial, etc. Sus efectos duran entre un año y un año y medio.  Tanto Sculptra como Radiesse pueden también usarse a nivel corporal; se aplican en manos, brazos y glúteos. Además, hay tratamientos láser, radiofrecuencia y hasta masajes faciales para despertar las células productoras de colágeno y ponerlas a trabajar a tiempo completo.  
    Pero siempre tené en cuenta que no todo pasa por ponerse una crema, tomar una pastilla o realizar un tratamiento. El abordaje debe ser holístico y también basarse en la constancia y en adoptar ciertos hábitos saludables que ayuden a cualquier tratamiento. 

¿Qué hay de nuevo en tratamientos?

  1. 1

    Láser Alma Q. Promueve la generación de colágeno y elastina. Elimina manchas de sol y del envejecimiento y tensa la piel. 
    Cuántas sesiones: se recomienda un mínimo de 4 sesiones con un intervalo de 15 a 30 días. 
    Dónde: Dra. Irene Bermejo. Av. Juramento 1805, 5º A, Belgrano. 
    Más info: @dra.irenebermejo. 
     
     

  2. 2

    Prophilo . Induce la producción de colágeno y promueve la generación de elastina. Se aplica a través de la técnica BAP, de forma superficial, por eso es la opción ideal si no te animás a los inyectables. 
    Cuántas sesiones: 2 sesiones separadas por 30 días. 
    Dónde: Pure Skin Dermatología, en Palermo. 
    Más info: @pureskin_dermatologia. 
     

  3. 3

    Sculptra . Mejora la flacidez y textura de la piel; redefine contornos, incrementa el volumen de áreas hundidas como surcos, pliegues, ojeras o cicatrices.  
    Cuántas sesiones: 3 sesiones separadas por 30 días. 
    Dónde: Clínica Lemel, Ayacucho 1981. 
    Más info: @clinicalemel. 

  4. 4

    Oxygeneo . Una plataforma de tratamiento facial que combina 3 tecnologías en 1: Tripollar RF, Oxygeneo y Ultrasound. Promueve la reposición de fibras de colágeno y elastina, produce un efecto lifting, mejora la textura y el tono de la piel y la revitaliza. 
    Cuántas sesiones: son 4 sesiones totales, 1 cada 20 días. 
    Dónde: BACE, en Recoleta. 
    Más info: @bace_estetica.

  5. 5

    Radiesse. Favorece la producción de colágeno, elastina y proteoglicanos, otorga firmeza, elasticidad e hidratación. También trata cicatrices de acné con excelentes resultados.  
    Cuántas sesiones: depende de cada persona y zona a tratar.  
    Dónde: Pure Skin Dermatología, en Palermo.  
    Más info: @pureskin_dermatologia. 

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