Newsletter
Newsletter

La frase de Fito Páez que revela cuánto falta discutir sobre feminismo y deseo

Una reflexión sobre las contradicciones que atraviesan el consumo cultural, el deseo y la lucha por los derechos. ¿Por qué seguimos exigiendo coherencia a las mujeres más que al sistema que las oprime?


a frase de Fito Páez que revela cuánto falta discutir sobre feminismo y deseo

a frase de Fito Páez que revela cuánto falta discutir sobre feminismo y deseo - Créditos: Archivo LN



Hace unos días, en una nota que Fito Páez dio a Julia Mengolini, en el programa “Mirá quién vino” dijo unas frases que dan para analizar. Les transcribo una de la que quiero hablar hoy: “pero si decidís bailar esa que te van a perrear y te van a garchar toda la noche, es problema tuyo. Después, cuando vayas a defender los derechos al Congreso, no me pidas que te apoye más”. 

Si bien el expresa algo que a muchos nos preocupa, como es el nivel de sexismo y violencia de muchas letras, también vemos expresada la incoherencia en la que funciona el mundo. ¿Podemos catalogarlo de machista por esta frase? Yo creo que no, lo que sí podemos decir es que hay cierta información que a él, y a otras tantas personas, les hace falta.

 

Primero lo primero: ¿por qué sería incoherente que una mujer desee hacer lo que sea con su vida sexual y después luchar por sus derechos? Justamente uno de los derechos que se busca reivindicar es la libertad sexual. ¿Acaso pierde autoridad moral? 

Por otro lado, es importante que comprendamos cómo funciona el patriarcado, ese sistema de poder que mantiene la subordinación e invisibilización de las mujeres y todo lo considerado 'femenino', con respecto a los varones. Al hacer referencia a un sistema de poder, implica que desde el Estado, la cultura, y cualquier aparato estratégico, se replican mensajes que naturalizan comportamientos sexistas (por ej. que las mujeres son las únicas cuidadoras) y machistas (que los hombres hacen determinados trabajos mejor). 

Todos y todas estamos inmersos en un sistema donde continuamente se pone en juego qué piensan las personas y organizaciones con poder sobre qué podemos hacer y qué no. Qué conviene que hagamos y qué no. Hace unas semanas el rector de la UCA dejó esto en claro: para él no es interesante ver a mujeres haciendo deporte, solo es una cuestión de marketing.

 

Lo poderoso de este sistema es que además de un conjunto de normas explícitas, incluye una red invisible que atraviesa instituciones, prácticas culturales y vínculos afectivos. Es así como muchas mujeres, aun siendo las más oprimidas, no ven ese trabajo ideológico que se ha realizado sobre ellas, y también replican el sistema.

Esto se debe a que una de las estrategias más efectivas es la naturalización: lograr que ciertas ideas, comportamientos y mensajes se perciban como “normales””. La disociación también es parte del mecanismo. Nos permite seguir funcionando en un mundo que es contradictorio en sí mismo. Pero también por eso es tan difícil desarmar estos patrones: no basta con la toma de conciencia individual. Se necesita un esfuerzo colectivo por desnudar estas lógicas, cuestionarlas, y construir otras formas de habitar la cultura y el deseo. Porque mientras no revisemos cómo se produce lo que consumimos —y qué efectos tiene en nuestra subjetividad— el sistema seguirá reproduciéndose con una eficacia casi perfecta.

 

Por ejemplo, podemos identificarnos con el feminismo, exigir igualdad, cuestionar el machismo en nuestras relaciones, y al mismo tiempo bailar letras que refuerzan estereotipos sexistas o que romantizan la violencia simbólica. Esto no se debe a una falta de convicción, sino a la eficacia del sistema patriarcal para insertarse en nuestras prácticas cotidianas sin que lo notemos. El aparato de control no opera solo desde el castigo o la censura: también lo hace desde el deseo, la risa, la fiesta, la repetición. Nos atraviesa por todos lados: la publicidad, las películas, las redes, los algoritmos, los medios, la moda, los discursos médicos, religiosos y educativos.

Por último, lo que legitima la lucha por los derechos de las mujeres no son los comportamientos de las mujeres, sino la realización de que no tenemos los mismos derechos, ni accedemos a las misma oportunidades. Bajarse de la búsqueda por la igualdad porque no te gusta lo que hacen un grupo de mujeres, resta a la idea del compromiso real que esta persona tiene con el movimiento feminista. 

Por eso, en respuesta a Fito Páez, celebro que él se dé cuenta de esas contradicciones, pero es mucho más cómodo pararse en el “no me llamen” que sentarse a discutir sobre todo lo que es necesario cambiar.

 

Las más leídas

Te contamos cuáles son las notas con más vistas esta semana.

¡Compartilo!

En esta nota:

SEGUIR LEYENDO

Fito Paez lanzó Novela, su nuevo álbum que comenzó en 1988

Fito Paez lanzó Novela, su nuevo álbum que comenzó en 1988


por Romina Salusso

Tapa de revista OHLALA! de mayo 2025 con Lali

 RSS

NOSOTROS

DESCUBRÍ

Términos y Condiciones


¿Cómo anunciar?


Preguntas frecuentes

Copyright 2025 SA LA NACION


Todos los derechos reservados.

QR de AFIP