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¿Qué es el Gaslighting? 5 frases que deberían alertarte de un manipulador

Se denomina “luz de gas” a una forma de abuso psicológico y emocional que consiste en manipular la percepción de la realidad del otro o la otra para que dude de su propio juicio, percepción, recuerdos y sentimientos.


El Gaslighting, o “luz de gas” es una forma de abuso psicológico y emocional; requiere ayuda profesional para poder enfrentarlo y resolverlo.

El Gaslighting, o “luz de gas” es una forma de abuso psicológico y emocional; requiere ayuda profesional para poder enfrentarlo y resolverlo.



“¿No estarás empezando a imaginar cosas, ¿verdad, Paula?”, “Te estás volviendo muy olvidadiza”, son algunas de las frases célebres que encarna el marido de Paula en la obra de teatro “Gaslighting”, estrenada en 1938 y popularizada seis años más tarde cuando fue llevada a la pantalla grande por el director estadounidense George Cukor.

En la historia, su marido, un pianista con aires seductores, manipula de manera sistemática a su mujer hasta hacerla creer que se volvió loca. Su método: convencerla de que sus recuerdos son erróneos, de que muchas de las situaciones vividas en el pasado no fueron tal como ella las recuerda, hasta incluso mueve los objetos de su casa de lugar para confundirla aún más. Así la víctima, termina por dudar de sus propios pensamientos, sentimientos y percepciones; incluso teme estar verdaderamente loca.

No tiene que ocurrir siempre como se muestra en la película que da nombre a este tipo de abuso. Con mucho menos se sufre igual. ¿Qué es el Gaslighting? El Gaslighting, o “luz de gas”, es una forma de abuso psicológico y emocional que consiste en manipular la percepción de la realidad del otro o la otra para que dude de su propio juicio, percepción, recuerdos y sentimientos.

Brenda Charnis, psicóloga especialista en género, lo explica así: “Esto nos pasa principalmente a las mujeres, las que socialmente estamos adjetivadas por ser las locas, las emocionales, las histéricas. Y, con ese tipo de adjetivos, que encima están tan naturalizados hasta por nosotras mismas, lo que se pone en juego constantemente es nuestro criterio. Por eso, solemos quedar en ese lugar confuso donde nos cuestionamos si somos nosotras las exageradas o si estaremos equivocadas. Lo peor es que siempre terminamos dudando de nuestro criterio y es por eso que es tan complejo para nosotras romper con este tipo de abuso”.

Algunas alertas que pueden ayudarte

Las más sutiles que se repiten a diario y generan daño constante:

  1. 1

    “Vos estás loca, nada que ver. Sos una exagerada”.

  2. 2

    “Yo nunca dije eso. Te ponés histérica y malinterpretás las cosas”

  3. 3

    “No te podés enojar por un chiste”.

  4. 4

    “Sos demasiado sensible, todo te hace llorar”. ?

  5. 5

    De las más peligrosas: “Si vos te sentiste así, te pido disculpas”, porque, como dice Brenda, pareciera que el otro cedió y se disculpa a consciencia, pero en realidad lo que hace es poner en juego la clásica idea de “pedir perdón como a los locos”.

¿Todas somos “gaslighteadas”?

“Cuando te das cuentas de que este tipo de situaciones dan pie al gaslighting, se revela que todas somos o fuimos gaslighteadas en algún momento”, dice Charnis. “Nosotras mismas tenemos asumido que nuestro criterio no es estable, tenemos naturalizado el chiste de que ‘nos vino’ cuando estamos más sensibles o irritables, asumiendo que eso es lo que altera nuestro estado emocional y, así, nuestro criterio. Pero, ¿si nuestro ciclo es lo que nos define naturalmente, entonces, por naturaleza estamos confundidas o locas? Y no, pero es parte de la estructura a desarmar. Nuestro gaslighteo es histórico”, detalla.

Cómo salir del abuso psicológico

“Este tipo de abuso es muy sutil y complejo. Se ingresa, como todo tipo de violencia, sin tener mucho conocimiento. Generalmente es tapado, es excusado. Por eso, es clave la búsqueda de ayuda profesional, ya que, si bien se pueden advertir síntomas o contar con algunas claves para reconocerlo, no se sale sola”, concluye Charnis.

Menciona que, en su consultorio, todo el tiempo se encuentra con este tipo de abuso. El trabajo terapéutico, dice, se centra en volver a confiar en el criterio personal, en la capacidad de abrirse al entorno, en la posibilidad de desconfiar del criterio y las manipulaciones del abusador, y a dejar de justificarlo. “La sutileza del gaslighting tiene algo bastante macabro porque te deja en ese lugar de que podés estar confundida y la podés estar ‘pifiando’ y perdiendo a ese otro bueno que te quiere y te comprende a pesar de que sos una ‘loca de mierda’. Todo el tiempo me encuentro en el consultorio con este tipo de abuso y, aunque a veces es más sutil, siempre está presente. Si bien en la pareja es el más común, existe en todos los ámbitos: en lo familiar, en el laburo y hasta con amigos”.

Algunos síntomas del gaslighting

  • En el momento que tenés que justificar a tu pareja que estás diciendo la verdad

  • Cuando ocultás a tus amigas lo que te pasa y tapás tu malestar y tu miedo de estar enloqueciendo

  • Cuando tu autoestima está cada vez más baja; te sentís cada vez más triste, insegura y confusa

  • Cuando sentís que tenés la culpa de discutir y plantear siempre un punto de vista distinto al que te plantea la persona que te está gaslighteando

Entre la serie de manipulaciones que realiza el protagonista de la obra de ficción que mencionamos al principio, recordemos que él atenúa la luz de las lámparas de gas en una casa donde no hay electricidad, haciendo creer a su víctima que siguen brillando con la misma intensidad.

Es peligrosa esa manipulación. Como decía Charnis, no es posible salir de la violencia estando solas, aisladas, debilitadas psicológicamente y abusadas por el vínculo de confianza en el que nos encontramos.

Una vez que despertamos de toda manipulación, nos animamos a compartirlo y logramos pedir ayuda hay un poder que surge y nos conecta con nosotras desde un nuevo lugar de confianza y reconocimiento sumamente potente. Y, cuando eso sucede, es menos probable que nos volvamos a dormir.

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