
Adiós al tender: la tendencia que se impone en las casas argentinas
El clásico tender empieza a desaparecer de balcones y lavaderos. Cada vez más hogares argentinos incorporan el secarropas como parte de una rutina más práctica, moderna y adaptada a los nuevos espacios urbanos.
8 de octubre de 2025 • 16:09

Adiós a los tenders clásicos de aluminio - Créditos: Pinterest.
Cada vez más hogares dejan atrás el clásico tender de ropa y apuestan por un electrodoméstico que promete practicidad, ahorro de tiempo y más espacio libre. Te contamos por qué el secarropas se volvió el nuevo aliado del orden y la vida moderna.
Durante años, el tender fue un infaltable en patios, balcones y lavaderos argentinos. Pero, con la llegada de nuevas tecnologías domésticas, empieza a quedar relegado. La razón está en el crecimiento del uso del secarropas, un electrodoméstico que se consolida como una alternativa práctica frente al clásico método de colgar la ropa.
El cambio tiene que ver con estilos de vida más urbanos y acelerados, donde cada metro cuadrado cuenta y la comodidad se vuelve prioridad. En especial en los departamentos pequeños o zonas con alta humedad, el secarropas permite prescindir del tender sin depender del clima ni ocupar tanto espacio.
Además de simplificar las rutinas, los modelos actuales incorporan tecnología para cuidar las prendas, con programas específicos según el tipo de tejido, control por voz e incluso sensores que ajustan el secado de manera automática.
Entre los principales beneficios se destacan:

El secarropa tiene importantes beneficios. - Créditos: Getty
- Ahorro de tiempo: reduce drásticamente las horas necesarias para tener la ropa lista.
- Comodidad total: permite secar en cualquier momento, sin necesidad de sol o ventilación.
- Cuidado de la ropa: programas delicados que prolongan la vida útil de las prendas.
- Orden y diseño: libera espacio visual y aporta una sensación de limpieza y modernidad en los ambientes.
Cuánto cuesta un centrífugo
Según especialistas en diseño de interiores, esta tendencia no solo responde a la practicidad, sino también a una búsqueda de hogares más organizados y funcionales.
En el mercado local, los precios varían según el tipo y la capacidad: los centrífugos son los más económicos (desde unos $180.000), mientras que los modelos a calor o por condensación, con secado completo y mayor capacidad, pueden superar los $500.000.
Con esta incorporación, muchas casas argentinas empiezan a decirle adiós al tender y a apostar por una vida doméstica más ágil, limpia y conectada con las nuevas rutinas urbanas.
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