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Evelyn Botto, entre la radio y el streaming: "Aprendí que mi cuerpo es un cuerpo deseante y deseado"

Evelyn Botto es conductora, cantante y actriz; desde 2020 la rompe en la radio con "Perros de la calle" y ahora también está en Olga, haciéndose un lugar en el streaming. Una charla íntima con esta bomba de mujer que dice que su aprendizaje del presente es "disfrutar más y sufrir menos".


Evelyn Botto

POLERA DE RED ($49.900, LAS PEPAS) - Créditos: Inés Auquer



Es viernes a la tarde. Evelyn Botto llega al estudio y pide un café, quizá para reponer energías antes de llegar al ansiado fin de semana. Está un poco cansada porque sus días vienen agitados: después de hacer radio todos los días en Perros de la calle, graba algunas locuciones para ESPN, y también alterna sus días sentándose todos los jueves a la tarde a la mesa de Olga en Mi primo es así.

Es que los últimos meses de Evelyn tuvieron grandes highlights y logros personales; fue la coconductora de la última entrega de los Premios Gardel, cantó junto con Fito Páez en el cierre de la gira por los 30 años de El amor después del amor y cerró su participación en Sex, la obra de José María Muscari que explora sin tabúes el poder de sentirnos deseantes y deseadas, algo que ella misma dice que descubrió gracias a ese trabajo. 

Antes de empezar las fotos, se ataja y dice que no sabe posar. Pero cuando lo hace, se olvida de sus propias inseguridades –esas que confiesa que está trabajando en terapia– y se planta con aire de diva frente a la cámara. Como si jugara a ser la mismísima Moria Casán, su ídola indiscutida. Después hace chistes. Se ríe. Juega con sus uñas largas. Casi que ya se olvidó del cansancio, como si se entregara al disfrute y al saberse dueña de ese poder que transmite. 

 

Veo que tenés mucha carga de trabajo. ¿Estás en una etapa medio workaholic

Yo siento que soy workaholic desde hace años... Desde los 21 que empecé a trabajar, no paré. Nunca. Empecé con Los 40 y por FM. Y eso era una carga horaria que empezaba a las 9 el primer programa y terminaba el último a las 7 de la tarde. Siempre trabajé una cantidad de horas estúpidas. Y ahora tengo Perros de la calle a la mañana, que son cuatro horas. Pero requiere mucha atención y mucho foco. 

Y también mucho de poner el cuerpo, tu voz y tus experiencias... 

Sí, es un programa que si te piden hacer determinada cosa, bueno, nos levantamos todos y vamos ya. Y vamos todos. Entonces después hay días que me quedo mirando un punto fijo, onda “uy, ¿qué pasó?, ¿qué dije?”. Y a veces dije un montón de cosas... 

A veces una se expone, y por ahí no está con el filtro de que están escuchando miles de personas del otro lado. ¿Te pasó alguna vez? 

Sí, al principio sí, cuando no entendía cómo era el formato. Porque yo venía de hacer radio, con bloques más cortos, y en Perros de la calle, la primera hora y media le damos derecho, sin cortes. Y hay otros streamings que son tres horas derecho. Pero al principio, cuando sentía que tenía que rellenar..., ¿qué más puedo decir? ¡Uf, los problemas que tuve con eso! Ahora aprendí, y si cuento algo íntimo, es porque estoy segura. Que no molesto a nadie y que a mí no me afecta. 

Evelyn Botto, una artista que la rompe en el streaming.

TOP DE RED (ATUENDO, RENTAL DE VESTUARIO), SHORT ($63.000, ADIDAS), BLAZER VINTAGE, BOTAS (ATUENDO, RENTAL DE VESTUARIO). - Créditos: Inés Auquer

 

Sos geminiana y para mí tenés esta dualidad entre una mina súper plantada y también sensible, ¿no? ¿Manejás bien esa dualidad?

No, no lo manejo. Me pasan las cosas y todo sale de diez, y de repente, ocurre algo y... me cambia la energía. Y cuando me cambia la energía a mala, no hay chance de remontarla. Me tengo que ir el día entero, me aíslo como un chico y hay un momento en el que les aviso a las otras personas: “Aléjense de mí, por su bien”. No les quiero cagar el día, y lo estoy tratando en terapia. Qué lindo camino... 

Qué lindo camino el de la terapia, ¿no? ¿Y qué te trajo eso?

Empecé hace un año. Y empecé porque estaba en un momento en el que me estaban pasando cosas buenas y no estaba disfrutando nada. Me pasa todavía, eh...

¿Medio síndrome del impostor? 

Sí. Recontra. Pero hago las cosas igual, porque me convocan. Las hago, son cosas muy espectaculares, pero, por lo general, siempre sufro. Es una cosa muy extraña, pero en la primera parte sufro, después las hago y digo: “Qué bueno que estuvo”. Pero ese es mi proceso siempre. Tengo inseguridades que descubrí en análisis, que tienen que ver con cosas que te pasan en la infancia, que repercuten en la vida adulta, y parece una boludez y hasta medio trillado, pero todavía estoy tratando de entender cómo es que hay que resolver esas cosas, porque es una lástima perder momentos de disfrute por cosas que tenés en el inconsciente. Entonces, bueno, estoy tratando de aprender a vivir con los síntomas de eso porque hay marcas que quedan y con las que tenés que convivir, pero podemos aprender a controlar esos impulsos para que no te arruinen en los momentos de placer. 

Evelyn Botto, una artista que la rompe en el streaming.

BODY MICROTUL ($32.0000, ARCHETYPE), BOTAS ($447.000, MONOFUK), VESTIDO ($500.000, KOSTUME). - Créditos: Inés Auquer

 

¿Y sentís que ya tenés algunas herramientas para disfrutar más? 

Tengo las herramientas, pero a veces no las puedo terminar de usar. A veces sí, a veces no, depende del día. A veces es muy claro y me digo: “Che, te estás sintiendo de esta manera por este motivo, tenés que actuar de esta manera”. Y después sale otra Eve que me dice: “¡No, vamos con toda igual!”. Bueno, ahí estamos. 

Por ejemplo, lo que te pasó con Fito... ¿Cómo viviste esa invitación a cantar con él y haberte animado a esa experiencia? 

Bueno, después de Fito, empecé terapia. Porque pensé: “Con esta invitación tan espectacular, yo estuve sufriendo. ¿Por qué sufro? ¿Por qué estoy sufriendo? Yo tendría que estar chocha de felicidad”. Bueno, todos estaban felices, menos yo. Y lo de Fito fue ese paso, que fue muy importante. Fue un recuerdo inolvidable. Las cosas siempre las hago, con miedo, pero las hago. 

Está buenísimo que lo hagas. Otros se paralizan y no lo hacen. 

No, yo las hago y sufro muchísimo. Y después me río. Son todos aprendizajes... A fin de año, estábamos un día en el programa y, haciendo balance del año, alguien dijo: “Che, ¿cuál fue el mejor momento del año?”. Yo mencioné el cumpleaños de Fito en el programa, y Andy dijo: “Justo tenemos un video de Fito”. Y ahí habían armado con Fito un videosketch en el cual hacían un paso de comedia para terminar contándome que me invitaban a cantar en el Estadio Uno de La Plata. Todo era irreal. Fue un recuerdo inolvidable. Y lo más espectacular fue que haya ido mi viejo, que es el que me puso el nombre, y que después del recital Fito me preguntara: “¿Con quién viniste?”. Yo le dije que con mi papá y unas amigas. “Que vengan”, me dijo él. Y el momento en el que mi papá vio a Fito es inolvidable. Es lo mejor de su vida. Todo era espectacular, pero dije: “Este es el momento, es la foto que me llevo”. 

Evelyn Botto, una artista que la rompe en el streaming.

TRENCH ($206.000, ADIDAS), PANTALONES ($104.000, ADIDAS), BOTAS ($315.000, MONO FUK), GAFAS ($159.000, INFINIT). - Créditos: Inés Auquer

 

¿Te dan ganas de seguir explorando lo musical? De componer, de grabar temas... 

Sí, me gustaría. Canto desde los once años, que hice mi primer karaoke en San Bernardo. Y creo que sé cantar porque tengo oído, ganado por escuchar muchas cantantes en la época de MTV, esperaba los videoclips. Y veía a Christina Aguilera y trataba de copiar incansablemente, hasta la muerte, te diría, lo que hacía ella. Y con mucha, mucha práctica empecé. Yo no creo que sea cantante, sí sé hacer algunas cosas. En realidad, soy más nerd y había averiguado para estudiar canto. Encontré un profe re copado, que me lo recomendó Emme Vitale, y me gusta conocer cómo funcionan las cuerdas vocales, así que quién te dice... 

De chica no la pasaste tan bien, sufriste bullying, ¿sentís que ya venciste esos prejuicios? ¿O es un proceso que no termina? 

No, mejoró bastante. Pero soy mi propia dictadora. Yo creo que me digo las peores cosas. Depende del día, soy una campeona, vamos para adelante y eso, pero hay momentos en los que el diálogo interno es algo que tengo que trabajar bastante. Todavía están ahí los prejuicios. Es difícil. 

Cuando tenés un mal día, en tu propio diálogo interno, ¿tenés la herramienta para decir “tranqui, esto va a pasar”?

Cuando tengo un mal día, trato de no exponerme. Me quedo como tranquilita, en el molde. Trato de no sociabilizar. Los días que estoy medio golpeada anímicamente me quedo en casa. Porque si no, te mandás cagadas... Interactuás y, como no es tu mejor día, quedás mal con alguien. Prefiero quedarme en mis adentros, ver qué me está pasando y esperar que pase. A veces pasa. Pero... sí, es lo más complicado. Siento que me hice graciosa en algún punto porque era la única forma de interactuar con los demás. Porque, no sé, en la época del colegio no te daban mucha bola. Estaban las que sí y después estábamos nosotras, “las graciosas”, las que te hacías amiga y después, eventualmente, decías: “Bueno, la verdad es que tiene un carisma bárbaro, me copa”. Y yo creo que así siempre gané todo. Vínculos, trabajo, cosas buenas que me pasan. El humor era un arma para defenderme de las inseguridades. 

Y en ese proceso, ¿tu laburo en Sex te ayudó a soltar ciertas cuestiones? Yo te veo muy segura.

Sex estuvo bueno porque me mostró que existía un mundo que no conocía, que era el de usar ciertas prendas o mostrarme en pocas prendas delante de gente desconocida y darme cuenta de “guau, qué poder”. Pero también es medio un engaño porque, dentro del ámbito de Sex, yo empecé a sentir mucha libertad, que era muy espectacular, y después quería llevar ese personaje a la vida real y es otra historia. Pero me enseñó que existía un mundo de posibilidades, como el usar cierta ropa o lograr sentir que mi cuerpo sea un cuerpo deseante y deseado, algo que antes quizá no sentía. Entrás en un mood en el que te das cuenta de que es una cuestión de actitud, como dice Fito. 

Evelyn Botto, una artista multifascética.

CAPUCHA TEJIDA ($75.000, BLUE SHEEP), MITONES DE LANA ($50.000, BLUE SHEEP), TAPADO ($289.900, LAS PEPAS). - Créditos: Inés Auquer

 

¿Te sentís una mujer libre en lo sexual? 

Siento que tengo más libertades que antes, pero todavía hay un camino por recorrer. Soy mucho más libre que hace un tiempo. Yo tengo 120 de busto, es un montón, encontrar corpiños es un montón, hay remeras que digo: “Ay, me encantaría, pero conmigo no va”. Entonces me pasaba antes que me daba mucha vergüenza, no sé, quedarme en tetas, hasta con mis amigas. 

¿No lo hacías nunca? ¿Ni en la adolescencia? 

No, me iba al baño porque me daba muchísimo pudor, muchísimo. Obviamente, eso también me pasaba en las relaciones que tenía, y me acuerdo de que en Sex también me iba al baño. Nos poníamos crema de brillo, nosotros, entonces primero te tenés que desnudar, pasarte la crema, esperar a que se te seque y después te ponés la prenda; entonces yo me iba al baño a hacer eso y un día, pasados unos tres meses, dije: “¡Bue, ya fue!”, me saqué el corpiño y fue muy liberador. Igual, hay cosas que no hago. ¿Secuencia pool party? No es de mis preferidas y no creo que al final del camino –que no sé cuál es– diga “este es el día que logré sentirme cómoda”... Y entendí que no todo es para todos. Bastante avancé con lo que era, ahora me permito más cosas. Porque una es la primera en no permitirse hacer cosas.

Te escuché también definirte varias veces como una mujer queer. ¿Qué es para vos ser una mujer queer? 

Primero te voy a corregir, porque el término es “mujer puto”. Y en algunas cosas soy medio bruta para explicarlo. Porque para mí tiene que ver con una afinidad, con un sentir, con una manera de encarar. Siento también la vida como una oportunidad para estar sirviendo, hacer una performance, como montarse, como ver la vida como un espectáculo también. Obvio, tengo muchos amigos de la comunidad LGBT, y yo soy muy cercana a ellos.

¿Te considerás activista también? 

Siempre voy a estar a favor y siempre que pueda voy a hacer difusión de las luchas del colectivo, pero siento que no puedo llamarme activista. Pero creo que estamos en un momento medio raro, en el que se habla mucho de libertad y me parece que lo que más se está haciendo es meterse en las decisiones personales del otro, es un momento de muchísimo odio, entonces estoy muy alerta y... yo también creo ser parte de la comunidad, más allá de que el término “mujer puto” pueda sonar gracioso, de verdad siento que me define en un montón de cosas. Sí soy una mujer cis, bisexual también. Tiene que ver con formar parte de una comunidad. No siento que el término “mujer” solo me defina. 

 

¿Y cómo es el mundo de las citas para una mujer puto? 

Es tremendo porque yo soy bastante verborrágica. Me encanta hablar mucho, chamuyar. 

¿Sos encaradora? 

Me gusta el poder decirte algo de levante y que vos te rías. Y es un mal, porque se achican del otro lado. ¡Es un montón! A veces lo hago como un chiste, pero para mí es un arte. La seducción es un arte, es una danza entre dos personas. Y a mí me gusta ese paso. Me gusta también cuando me lo hacen. Cuando alguien me encara y digo: “¡Ey! Es el meme de Spiderman”. Te reconozco. Me divierte. Es lindo que haya alguien que gusta de vos y que lo exprese. Que te digan algo lindo. Yo hago mucho eso y fue una consulta de terapia, porque me parece que tengo que encarar un poco menos. Para dejarle lugar al otro de intentar un movimiento. 

¿Te molesta el hate? ¿O cero bola? 

El hate dañino me molesta, sí. El que va a decirte algo porque te quiere lastimar, no quiere hacer una crítica. Primero me pregunto “¿Cómo vive una persona así? ¿Cómo es su entorno? ¿Tiene familia? ¿Cómo se mueve?”. Y después pienso que si este comentario no lo recibo yo, que, de última, estoy más o menos bien parada, y lo agarra a alguien que todavía está medio flojo de papeles, le podés hacer mucho daño. No soy una experta, pero sé que hay mucha ansiedad y depresión por todos los comentarios que recibe la gente en redes. A mí me genera también: a veces estoy en el programa y cierro la computadora.

¿Qué certezas o revelaciones te trajeron los treinti? 

Estoy muy contenta y la verdad es que prefiero los 30. A los 20, los 30 me parecían un montón, y ahora que los tengo, estoy muy bien. Tengo cosas vividas, un poco más de experiencia, me gano mi propia plata, me pago mi alquiler, me gusta ser independiente y todavía estoy en los 30, así que estoy disfrutando mucho. 

Mirá la charla completa por YouTube

FOTOS DE INES AUQUER. PRODUCCIÓN DE MERI SALINAS. PELO Y MAKE UP: @CHAROMAKEUPH.

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