Hojas de laurel: ¿cuáles son los principales beneficios?

Excelentes para la piel: el aceite de laurel es muy usado –con buenos resultados- para el cuidado de la piel, gracias a su gran aporte de vitaminas, minerales y antioxidantes. Al mismo tiempo, funciona muy bien como anticaspa y para la cicatrización de heridas, según demostraron diversos estudios científicos como este.

Reducen la ansiedad: las hojas de laurel ayudan a reducir la ansiedad de acuerdo a este estudio, gracias al compuesto químico que se libera en el humo al quemarlas. El efecto que genera es relajante, tanto en el cuerpo como en la mente. Así se usó durante siglos en países como México. De todas maneras, es aconsejable que lo uses con moderación, ya que si el humo se inhala con cierta regularidad podría provocar alucinaciones.

Repelentes de insectos: a través de un incienso de laurel (o simplemente quemando un par de hojas y dejando que su humo invada el ambiente) se puede poner un freno a los molestos mosquitos. A su vez, según evidencia científica, resulta muy eficaz también para controlar la población de ácaros.

Baja la inflamación y ayuda a la relajación: gracias al compuesto eugenol que contienen las hojas de laurel, su aplicación puede actuar como un antiinflamatorio natural, en especial para las articulaciones. A su vez, por su acción vasoconstrictora ayuda a regular la circulación sanguínea y a relajar los impulsos nerviosos, por eso se dice que son ideales para aquellas personas que tienen migrañas o cefaleas. También es muy bueno para aliviar el dolor de cuello y de hombros.

Gran poder digestivo: a través de infusión o de aceites esenciales, el consumo de sus hojas de manera habitual puede ayudarte a tener una mejor digestión. Sin dudas, esta es una de las propiedades más difundidas y comprobadas de esta noble planta. Los síntomas más habituales que se tratan con esta planta son: hinchazón, gases, digestión pesada y eructos. A su vez, mejora los espasmos intestinales, gástricos y la diarrea.