Es docente y que creó la primera escuela para personas en situación de calle
Susana Reyes es docente, creó la primera escuela para personas en situación de calle y fue una de las oradoras de TEDxRíodelaPlata.
2 de noviembre de 2022
Susana Reyes es docente, creó la primera escuela para personas en situación de calle. - Créditos: TEDxRíodelaPlata.
“Desde chiquita siempre quise ser docente, como mi mamá”, nos cuenta Susana Reyes, directora del colegio Isauro Arancibia, la primera escuela para personas en situación de calle. La educación es un derecho al que defendió incluso antes de tener título: cuando cursaba el secundario se anotó en un programa para alfabetizar a adultos, fue secuestrada durante la dictadura militar, sobrevivió, se graduó del profesorado y siguió dedicándose a la docencia.
La historia de vida de Susana es un ejemplo de resistencia y de lucha por la igualdad. Ayer, en el marco del TEDxRíodelaPlata, compartió su visión sobre la educación ante 12 mil personas que la escucharon en vivo desde el estadio Movistar Arena.
Una escuela para todos
Un día como hoy, 24 años atrás, desde el Central de Trabajadores Argentinos pedían que un maestro para dar clases en AMAR, el sindicato de trabajadoras sexuales. Susana fue la que acudió al llamado. Primero empezó con una sola alumna, después fueron 15 y finalmente se abrió la propuesta a quienes quisieran participar. “Con ellas empezamos a traer a todos los pibes que dormían en las calles de Constitución, así el centro educativo se convirtió en lo que es hoy”, recuerda Susana.
Actualmente la escuela funciona a jornada completa, tiene 600 estudiantes y 130 empleados. La directora nos cuenta que el colegio cambió mucho porque se tuvo en cuenta lo que los alumnos les pedían. Estas sugerencias llevaron a que se aumentara la cantidad de horas, se incorporaran clases de arte y talleres de oficios. El colegio también brinda alimento en su comedor y tiene una sala maternal para los hijos de los estudiantes. Quienes asisten son mayormente jóvenes y adultos que no tuvieron acceso a la educación. También reciben menores de 14 años, a los que le dan un curso de nivelación para que después puedan continuar sus estudios con otros chicos de su edad.
Susana durante su presentación en TEDxRíodelaPlata - Créditos: TEDxRíodelaPlata
Homenajear a los docentes desaparecidos
La escuela fundada por Susana lleva el nombre de Isauro Arancibia, en homenaje al maestro que durante la dictadura fue fusilado con 120 balazos y le robaron el calzado que llevaba puesto. Para Susana reivindicar su lucha es clave. “Otro docente escribió ‘recuperemos los zapatos de Isauro porque no es justo que un maestro camine descalzo por el cielo’. Esa frase es fundamental, nosotros le decimos a los chicos que se calcen esos zapatos para llevar una vida más justa y más libre”.
Los horrores del golpe militar son algo que Susana conoce de cerca. En los años 70 ella militaba en la Juventud Peronista e iba a los inquilinatos para enseñar a leer y escribir a los que allí vivían. Su ideología política y su trabajo con los sectores más humildes pusieron su nombre en la lista negra. Ella y su esposo fueron secuestrados por los militares, Susana estuvo desaparecida por tres meses, mientras que a él lo asesinaron cuando ella estaba embarazada.
Una vez liberada, hizo el profesorado y siguió dedicándose a la alfabetización. Le preguntamos a Susana que es lo que la llevó a seguir enseñando después de haber vivido una experiencia tan traumática. Ella nos contestó: “Yo quería hacer esto y es lo que continué haciendo en el Isauro, no iba a dejar que me doblegaran. Es nuestro legado a los maestros y maestras desaparecidos, cada pibe que llega a esa escuela para mí es como un compañero recuperado”.
Visibilizar una problemática dolorosa
“El mayor problema al que nos enfrentamos es la situación en la que los estudiantes llegan. Hay gente que duerme en la calle y eso, lamentablemente, es algo que está naturalizado” —nos cuenta Susana y agrega— “Ellos viven la inmediatez, en las mochilas llevan todo para el día. ¿Cómo le enseñamos ciencias sociales a alguien que vive en el hoy?”.
La forma en la que ella enfrenta estos desafíos es trabajando en equipo. Junto a otros docentes eligen contenidos que tengan sentido y sean relevantes para estos estudiantes. “Ellos nos han hecho mejores maestros y maestras porque tuvimos que escucharlos, pensar colectivamente y replantearnos nuestra práctica”, comenta Susana.
Trabajar en docencia implica poner el cuerpo y el corazón en el aula todos los días. Para Susana, el motor que la impulsa a dar todo de ella es ver la evolución de sus alumnos. “Recuerdo que una vez pasé por la biblioteca y vi a un estudiante con su bebé en brazos y unos libros sobre la mesa. Él le decía ‘ahora que papá sabe leer vas a poder elegir cualquiera de estos cuentos para que te lea”, nos comenta. “Nosotros tenemos pibes que han venido a aprender a leer y escribir y hoy están cursando la universidad. Ellos lograron torcer el futuro que la calle les tenía preparado, eso es lo que me hace elegir una y mil veces lo que hago”.
Le preguntamos a Susana qué mensaje le gustaría compartir con la comunidad de OHLALÁ! Esto es lo que nos contestó: “Muchas veces invisibilizamos las cosas porque nos duelen. Bueno, no, hay que acercarse, hay que mirar lo que está pasando y apoyar a esa gente. Estas personas que viven en situación de calle se levantan de una vereda y vienen a la escuela, tienen un cuaderno, escriben cosas en ese cuaderno y tienen sueños como tenemos todos” —a lo que agrega— “La educación te abre la cabeza, te abre el corazón y es dignidad. Cuanto más gente haya con la cabeza abierta, vamos a poder transformarnos en una sociedad más justa. Para esto necesitamos que todos tengan acceso a la educación”.