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Límites empáticos: cómo marcar el camino de los chicos con amor

La médica y health coach Roxana Timo habla del delicado rol de padres y madres: educar con firmeza, pero propiciando también la libre iniciativa y la expresión de los niños. ¿Cómo lograrlo?


Límites empáticos: ¿cómo marcarlos con amor?

Límites empáticos: ¿cómo marcarlos con amor? - Créditos: Getty



Es común encontrar padres y madres que sienten inseguridad o temor a la hora de poner límites a sus hijos. Berrinches, caprichos, falta de respeto, gritos y peleas constantes son algunas de las escenas habituales en la vida cotidiana de muchas familias hoy en día.

Cuando un niño no tiene límites y no hay contención por parte de sus padres, no podrá crecer en un marco de seguridad, porque entendemos a los límites como parte del ejercicio de la responsabilidad y el respeto. Pero es importante marcar límites empáticos.

Qué pasa con un niño sin límites

Algunas características de un niño que no ha tenido límites son inseguridad, baja tolerancia a las frustraciones, falta de responsabilidad y de iniciativa, baja autoestima y capacidad de adaptarse a circunstancias cambiantes y adversas. Estos niños generan, en el ámbito familiar, un estrés permanente y vemos en sus padres indecisión, miedo, rigidez, falta de carácter y altos niveles de estrés, ansiedad y agotamiento.

La libertad sin límites transforma al niño en un pequeño tirano, irrespetuoso e irreverente, que no acepta un ‘no’ como respuesta o no respeta las normas de convivencia. Por el contrario, demasiados límites y restricciones, no permiten desarrollar la iniciativa, el libre albedrío, la capacidad de decidir y equivocarse. Tampoco podrá encontrar su vocación, inclinaciones naturales y sentido de vida, dado que estará siempre condicionado por los mandatos familiares.

El derecho a la libertad

El sentido de la libertad es la expresión en cada ser humano de una de las cualidades por excelencia del hombre: el libre albedrío. La libertad es algo inherente a la dignidad humana, es un derecho que todos tenemos. Los niños desde pequeños deben aprender el sentido de la libertad. Pero también deben comprender qué significa ser libre.

La libertad es poder dar libre expresión a nuestros anhelos e impulsar nuestro accionar, dirigidos por nuestra consciencia; es poder hacer lo que amamos y expresarnos libremente; dar espacio a la creatividad, la inspiración y tener la posibilidad de elegir sobre nuestra vida con responsabilidad.

La libertad siempre se encuadra dentro de ciertos límites. Ese marco que debe encuadrar el ejercicio de la libertad no es restrictivo, sino todo lo contrario: brinda al niño seguridad y contención y es clave para el desarrollo del carácter e inteligencia emocional en el niño.

 

Tanto la sobreprotección de los padres como la falta de límites fomentan en el niño el miedo a la libertad. El miedo a la libertad es una de las expresiones más sutiles de la esclavitud y el condicionamiento del ser humano: las limitaciones no están en el mundo exterior, sino en el universo interior de la persona.

Cumplir nuestro rol de padres con firmeza es fundamental, pero propiciando también la libre iniciativa y expresión de los niños. Enseñar como padres el ejercicio de la libertad es un equilibrio de consciencia delicado y sutil que debemos ejercitar a lo largo de toda la vida. Poner límites con amor es la clave de la educación consciente.

Por Roxana Anahi Timo (gentileza para OHLALÁ!). Médica y health coach. En IG: @dra.anahitimo.

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