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Con estos 4 pasos podemos lograr una pareja feliz

El Dr. en psicología Flavio Calvo habla de la importancia de controlar las emociones y pone foco en la asertividad. Enuncia 4 pasos para que las parejas se sostengan y nos hagan bien.


4 pasos para que la pareja que armamos nos haga felices.

4 pasos para que la pareja que armamos nos haga felices. - Créditos: Getty



Muchas veces nos encontramos en situaciones difíciles o con personas que ponen a prueba nuestra capacidad para relacionarnos. Claramente, las relaciones interpersonales no son fáciles. 

Para vivir nuestras relaciones con los otros, en primer lugar hay que saber que cada uno es el creador de cada emoción que siente. Al crear mis emociones, muchas veces, se pone en juego mi manera particular de interpretar las cosas. Es decir, es frecuente decir frases como “este tipo me saca”, “esta persona me pone nervioso”. La realidad es que enojarme o ponerme nervioso es mi decisión, somos nosotros los que tenemos el control sobre cómo manejamos las emociones. 

Las emociones no son una cosa que viene de repente y nos toma por sorpresa: son cuestiones que nosotros mismos podemos manejar.

Claro, habiendo vivido mucho tiempo con la creencia de que no dependía de nosotros, muchas veces cuesta en un principio tomar el control; pero si nos lo proponemos y trabajamos en esto, paso a paso podemos lograrlo. 

Estilos de relación

Cuando nos relacionamos con otro podemos tener cuatro estilos diferentes de comunicación y relación, que va a depender de dos ejes en los que nos movamos.

1 - Si estamos en una situación de competición, en la que yo gano y vos perdés: “no me importa relacionarme con vos, y voy a pasarte por arriba con tal de llegar a mis objetivos".

2 - En otras personas, pesan más las relaciones que los objetivos personales, por lo cual pueden dejar a un lado muchas cosas, con tal de “no pelearse” o no perder esa relación con el otro. Son capaces de servirlos sin quejarse. Están en una situación de "vos ganás y yo pierdo". Esta situación se llama sumisión.

3 - Otros viven frustrados, ya que muchas veces pueden haber salido mal las cosas y viven en una especie de nihilismo, en el que ya no les importan ni sus objetivos, ni las relaciones que los acompañan. Están en una situación de: "Yo pierdo, vos perdés". Ya no creen que las buenas relaciones sean posibles y alcanzar sus objetivos tampoco. Viven en negación.

4 - Lo más beneficioso para cualquier persona es poder vivir en una situación de: "Yo gano, vos ganás". En estas situaciones podemos buscar nuestros objetivos personales, sin perder las buenas relaciones con quienes nos rodean. Esto se llama cooperación.

Ser asertivo

¿Qué es la asertividad?  Podríamos resumirlo, en palabras simples, como una forma de comunicación interpersonal, en la que defendemos nuestros derechos o necesidades, sin ser agresivos ni sumisos.

La asertividad es un espacio intermedio (no es un punto fijo, sino que tengo un espacio donde moverme) entre la sumisión y la agresión. En ese espacio donde puedo levantar mi voz, y decir lo que quiero, defender lo que me gusta o pedir lo que necesito.

Para poder hacerlo simple, la asertividad tiene una fórmula, que se puede resumir en cuatro pasos. Estos pasos se relacionan con expresar claramente:

Primer paso: ¿qué me molesta?

En primer lugar, tengo que expresar qué es lo que me molesta. Muchas veces, no enojamos con otras personas y creemos que tienen que saber por qué estamos enojados. Es como que esperamos que el otro nos lea la mente. La verdad es que el otro es eso, justamente, “otro”, y no siempre tiene en claro qué es lo que me pasa. Por eso es bueno expresar qué es lo que me molesta como primer paso para tener una pareja sana.

Segundo paso: ¿cómo me siento?

En segundo lugar, muchas veces pueden ver que algo me molesta, pero la otra persona no comprende los sentimientos por los que paso. Es bueno expresar mis emociones, qué siento con eso que me está molestando.

¿Cuál es tu emoción? Miedo, tristeza, rabia. ¡Expresala! La emoción sincera que no expresás a tiempo, la vas a pronunciar más tarde, de una manera que no es beneficiosa, o la vas a decir con tu cuerpo. Lo que no se dice, se actúa.

Tercer paso: ¿qué es lo que quiero?

El tercer paso es poder expresar lo que querés. Muchas veces, la gente que nos rodea sabe lo que nos molesta, pero no sabe qué es lo que nos gusta, qué es lo que queremos.

Nuevamente, las personas no pueden adivinar nuestros gustos. No podemos hacer a otro responsable de lo que no nos gusta si nunca lo expusimos. Así que, digámoselo.

Cuarto paso: un voto de confianza

Por último, es bueno darle al otro un voto de confianza. Expresar que creemos y confiamos en que él comprendió lo que le dijimos y que vamos a poder llevarnos bien y trabajar juntos.

 

Esto no es una fórmula mágica, necesita de práctica, de prueba y error. Probablemente en un comienzo no salga muy bien, pero al ir intentándolo, se puede ir mejorando.

Callarse y quedarse con resentimientos nunca soluciona nada; cualquier intento de comunicación, por básico que sea, te va a acercar más tus metas.

Por otro lado, esto puede parecer muy simple, tan fácil que parezca una tontería ponerlo en práctica.
Aprendimos que en las vidas las cosas son complicadas y la realidad es que muchas veces las respuestas son más simples de lo que creemos, solo que no apostamos a lo simple. Propongo intentarlo.

Por Dr. Flavio Calvo (MN: 66869). Gentileza para OHLALÁ! Calvo es Dr. en psicología, docente, tallerista y autor 
@calvoflavio.  

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