
Ikigai en el amor: cómo descubrir el propósito de tu relación en pareja
El método japonés que ayuda a encontrar el sentido de la vida también puede aplicarse al amor. Te contamos cómo usar el ikigai para fortalecer el vínculo, renovar la conexión y crear un propósito compartido en pareja.
25 de octubre de 2025

Ikigai en el amor: cómo descubrir el propósito de tu relación en pareja - Créditos: Getty
Generalmente, pensamos el ikigai como una herramienta útil para planear nuestra vida profesional o, simplemente, para lograr lo que se desea. Sin embargo, su aplicación puede ir mucho más allá. Por ejemplo, si lo llevamos al ámbito de las relaciones, surge el “ikigai del amor”, que no es un concepto aparte del tradicional, sino una aplicación de sus principios a la esfera romántica.
Es el punto de encuentro donde se cruzan cuatro dimensiones fundamentales en una relación: pasión, misión, vocación, profesión. El ikigai del amor es un puente para lograr el equilibrio entre estas cuatro áreas y el sentido de propósito de la pareja.
Te invitamos a armar el tuyo para que logres crear un vínculo con intención.
¿Qué es el ikigai?
Para quienes no conocen este término, un breve repaso: ikigai es un concepto japonés que se traduce como “razón de ser” o “sentido de la vida” (iki significa “vida” y gai sería “motivo” o “sentido”) y busca responder una pregunta existencial: ¿cómo podemos ser felices? La respuesta es encontrando el equilibrio entre nuestro presente y nuestro futuro. Parece simple, pero lleva su trabajo.
Cuando conectamos lo que nos gusta hacer con lo que amamos hacer, aquello por lo que nos pueden pagar y algo con lo que contribuir, nace nuestro ikigai. Es una hoja de ruta guiada a través de una inteligencia emocional que es mucho más poderosa que cualquier otra inteligencia.
Cómo se conecta el ikigai con el amor
Aplicar el ikigai al amor es una propuesta hacia la reflexión y el crecimiento. Este método, tan útil para descubrir el propósito de la vida, también es ideal para profundizar tus relaciones. Es una puerta para que ambos puedan visualizar el objetivo del equipo que construyeron, que puede ser proyectar un hogar, una familia, planear un emprendimiento o encontrar una causa en la que quieran colaborar. El compartir estas metas genera una conexión más fuerte y significativa.
La propuesta es utilizar esta herramienta para hacer crecer la relación, ya que, respondiendo sus preguntas y analizando las respuestas, pueden descubrir su propósito de a dos, comprender en qué momento de vínculo están, hacia dónde van y qué pueden (o deben) modificar ahora para hacer florecer su futuro. Lo interesante de este tipo de dinámicas es que pueden abrirse conversaciones honestas y con profundidad.
Para eso, podés invitar a tu pareja a explorar este universo juntos, tomándolo como una actividad de fin de semana que les va a traer muchos beneficios a nivel emocional: genera complicidad, les regala tiempo valioso y los ayuda a ordenar los proyectos en común.
Dejamos algunas preguntas disparadoras, a modo de guía, para facilitarles el primer paso:
- ¿Qué nos sumaría poder llevar adelante esta propuesta juntos?
- ¿Qué nos aportaría?
- ¿Cuál es el valor?
Beneficios del ikigai en la pareja
Cualquier actividad que se propongan hacer de a dos va a enriquecer el vínculo, siempre. Pero hablando específicamente de este ejercicio, construir el ikigai juntos les dará tiempo de calidad para conocerse profundamente y ayudar a entender con mayor claridad las necesidades de la relación y crear un espacio de autenticidad donde cada uno pueda expresarse sin vergüenza ni miedo a ser juzgado.
El ikigai del amor los invita a renovar el día a día, descubrir cosas que los apasionan y fortalecer el lazo de una manera dinámica y fluida. Incluso puede ser de gran ayuda para volver a encender la pasión y encontrar nuevos proyectos que los entusiasmen.
La idea es identificar un propósito y un objetivo en común, para construir una visión compartida. Incluso, cada uno desde su esfera individual, puede posicionarse como un motor para el otro: porque la realización personal y la de la pareja son complementarias. Es clave saber que el crecimiento personal trae, como consecuencia, el crecimiento del otro y, por supuesto, del vínculo.
En esencia, el ikigai para parejas es un aliado para que cada persona desarrolle su razón de ser y, al mismo tiempo, nutra la realización conjunta.
Consejos para disfrutar más de la pareja
Compartir momentos de encuentro al inicio y al final del día: tomarse una copa de vino o ver una serie juntos son acciones pequeñas, pero muy valiosas a la vez.
Leer juntos: hay algo muy mágico en disfrutar del silencio del vínculo. Planeen momentos de lectura de a dos, cada uno con el libro que prefiera, y siéntense a disfrutar de ese rato.
Armar una agenda de salidas: lo ideal es que se turnen para organizarlas y le toque una vez a cada uno. Por ejemplo: cuando sea tu turno, elegí una salida y sorprendé al otro; a los 15 días inviertan los roles y la sorprendida serás vos. Plantear pequeños desafíos que sorprendan al otro mantiene la chispa.
Garantizar momentos de encuentro: que haya, al menos, un momento todos los días para la pareja. A veces, en la vorágine de lo urgente se nos va lo importante, por eso es muy valioso reservar un tiempo para disfrutar de monitores apagados y miradas encendidas. Si tienen hijos, busquen (por lo menos una vez cada dos semanas) un momento para ustedes sin los chicos, así se aseguran encuentros más íntimos.
Tener pequeños gestos: los mimos son claves para empezar la semana. Que la atención esté puesta en mimar al otro tiene un efecto muy beneficioso, ¡y es muy simple llevarlo a la práctica!: puede ser regalar un chocolate o mandar un mensaje a mitad del día para saber cómo está el otro. No hacen falta ni grandes preparativos ni una importante inversión económica, lo que mejora la conexión es la empatía.
Ejercicio I: check out semanal
Siéntense juntos, agenden unos minutos para estar solos, lejos de las pantallas y las distracciones (pueden abrirse un vino, si lo desean), pregúntense qué tres cosas significativas sucedieron esta semana y escríbanlas en una lista.
Una vez escritas, analicen por qué estas experiencias son significativas. Si hubo cosas complicadas, es un buen momento para tener esas conversaciones incómodas que, generalmente, esquivamos. Hablar de lo que nos molestó y resaltar lo bueno es un gran ejercicio para la pareja.
Ejercicio II: admirar al otro
Uno de los aspectos más importantes del ikigai son las fuerzas y valores de cada uno. En este ejercicio, los invitamos a que cada uno arme su listado de cualidades valiosas propias y del otro, así podrán descubrir qué efecto causan en el otro.
Lo que más me impresiona de mi pareja es...
___________________________________________________
Mis citas favoritas son...
___________________________________________________
Para mí, lo más valioso en la vida es...
___________________________________________________
Mis mejores cualidades y puntos fuertes son...
__________________________________________________
Suelen elogiarme por...
__________________________________________________
¿Qué necesita cada uno del otro?
__________________________________________________
Los halagos o elogios de personas cuya opinión valoramos pueden mostrarnos qué efecto causamos en los demás. Y al mismo tiempo, son un reflejo de nuestras inclinaciones y puntos fuertes.
Una vez que hayan terminado de escribir sus listas, se van a encontrar con una evaluación 360º del vínculo y del otro.
Propósito compartido, por Tere Inés Olmedo, licenciada en Psicología
La vida en pareja es una de las experiencias más enriquecedoras y, al mismo tiempo, más desafiantes que podemos transitar. Estar con un otro implica abrirse, compartir y aprender constantemente. No es un camino lineal, es una danza, combinando momentos de conexión con momentos de desencuentro, y es justamente en ese baile donde reside su valor transformador.
La convivencia diaria, las diferencias personales o las crisis vitales son desafíos inevitables por los que atraviesan las parejas a lo largo de la vida, estos desafíos son parte natural de cualquier relación que busca crecer.
Estar en una relación significa, entonces, aceptar que habrá roces y diferencias, pero también que existe la posibilidad de crecer de a dos, de construir una vida con propósito y de experimentar un amor que, lejos de ser perfecto, se vuelve real y transformador.
En la filosofía japonesa, cada persona tiene su propio ikigai, pero en pareja puede surgir un propósito compartido, una visión de vida que une caminos sin borrar las individualidades. Se trata de acompañarse para que cada uno pueda alcanzar su propio potencial mientras construyen algo más grande juntos. Ese equilibrio entre lo individual y lo compartido da profundidad a la relación y la convierte en una fuente de sentido en sí misma.
Una pareja puede funcionar como un espacio seguro para desplegar habilidades y talentos. El estímulo mutuo, la confianza y la mirada alentadora del otro nos invitan a crecer. Sabernos lugar seguro, recibir sostén emocional y seguridad afectiva nos potencia.
Por otra parte, compartir la vida de a dos no solo beneficia a quienes integran la pareja, también impacta en el entorno. Una relación basada en el respeto, la comunicación y la cooperación inspira a hijos, amigos y familiares, generando un círculo de bienestar más amplio.
La pareja puede ser una gran parte de tu ikigai. Para ello, pueden conversar sobre sus sueños y propósitos, reconocer y apoyar los avances del otro, crear rituales compartidos y practicar la gratitud. Agradecer lo cotidiano refuerza el sentido de estar acompañados; sin embargo, otra de las claves es respetar los espacios propios: una pareja sana no anula la individualidad, sino que la cuida y la valora.
La vida en pareja nos conecta con lo que amamos, potencia nuestras habilidades, multiplica nuestro impacto en el mundo y nos brinda sostén para transitar la vida. Vivir en pareja, desde esta mirada, es una invitación a sumar plenitud y propósito a nuestra existencia.
En definitiva, compartir la vida de a dos no significa perderse, sino ganar un compañero de ruta. Desde la mirada del ikigai, la relación se convierte en un espacio de inspiración, crecimiento y propósito compartido.
Experto consultado: Ale Schujman, psicólogo especialista en familia y en vínculos. Ig: @alejandroschujman.
Libro referencia: si te gustaron estos ejercicios y querés hacer más dinámicas similares, te recomendamos el libro Encuentra tu ikigai, de Bettina Lemke. Es una guía práctica con actividades y consejos para lograr una vida plena y feliz. Editorial Urano. https://cuspide.com/producto/encuentra-tu-ikigai/
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