Mes del Orgullo LGBTIQ+: ¿hay un clóset en tu oficina?

 

Por ejemplo, repetir: “para mi todos son personas” es no reconocer que es altamente probable que una persona que fue expulsada de su casa, o de su escuela, o que no haya tenido la posibilidad de insertarse educativamente, no pueda ser parte de mi organización, si es que la institución no realiza el esfuerzo consciente de abrir sus oportunidades a otros colectivos.

La tasa de desempleo de las personas trans y travestis, según el Primer Relevamiento Nacional de Condiciones de Vida de la Diversidad Sexual y Genérica en la Argentina 2023, es de 12,3% para mujeres trans y de 14,3% para masculinidades trans. Esta tasa duplica la cifra que relevó el Censo Nacional para la población general (6,2%) en el año 2022. 

En este caso es clave trabajar con organizaciones que nos puedan acompañar en el proceso de identificar perfiles para nuestra institución, así como también nos pueden brindar herramientas para desafiar la cultura organizacional. 

 

Y este punto es fundamental: la cultura organizacional debe ser abierta, empática, y debe poder reconocer todas las barreras simbólicas que se juegan diariamente en nuestros espacios de trabajo. Según el estudio realizado por la World Values Survey entre 2017 y 2022, en una escala del 1 al 10, América Latina no alcanza los 6 puntos de aceptación de la homosexualidad. Desde una perspectiva de Derechos Humanos, no podemos ser menos que un 10.

Para quienes no somos parte del colectivo, entender y comprender las múltiples discriminaciones que viven quienes son parte del colectivo LGBT nos demanda un compromiso constante. No es solo escuchar una vez a alguien contarnos su experiencia, o tratar de pararnos en sus zapatos, porque en nuestra vida nunca tuvimos que dar explicaciones sobre nuestro SER, por nuestra identidad u orientación sexo-afectiva, a nadie.

 

Con el nuevo Programa de Grow- género y trabajo, “¿Quién puso este armario en la oficina?”, sobre diversidad sexual y de género buscamos problematizar sobre los prejuicios y sesgos y reflexionar sobre los valores de las organizaciones, reconociendo que en general, todos somos responsables de que ese armario exista. Ese armario representa todas las situaciones en las que quienes pertenecen al colectivo LGBT reciben el mensaje claro de “no valoramos (y no respetamos) quién sos”.

La única manera posible de desarmar el clóset es siendo conscientes de que existe, dejando de pensar que cada uno de nosotros, de manera individual, es mejor persona que quién está al lado nuestro, porque no es solamente el acto de expresar una desvalorización o un chiste o humillar lo que se pone en juego, sino también nuestro silencio.

Que días como este, en que el Orgullo se hace tema público, sean una puerta para que trabajemos sobre nuestras perspectivas para contribuir a que más personas puedan vivir vidas plenas y dignas. Porque el cambio nos necesita a todos.