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Alexitimia: cómo es el déficit que impide a las personas a decir "Te quiero"

Responde a un déficit comunicativo emocional, asociado con el pensamiento operacional, la alta impulsividad y distintas sensaciones corporales. Te contamos las posibles causas y cómo abordarlo.


Alexitimia: qué es y cómo reconocerlo.

Alexitimia: qué es y cómo reconocerlo. - Créditos: Getty



“Alexitimia: trastorno psicológico caracterizado por la incapacidad de identificar y expresar verbalmente las emociones”. Así inicia el libro Alexitimia: La imposibilidad de decir "te quiero", del escritor español Fernando de la Calle Medrano, que, habla de este trastorno psicológico cada vez más común. Como la salud mental es un tema que nos interesa, lo traemos para conversar. 

El autor escribe: "Una vez conocí a un alexitímico. Se llamaba Félix...". Como le ocurre a Félix, protagonista del libro del autor español, el trastorno de la alexitimia es cada vez más frecuente. Se estima que 1 de cada 10 personas lo experimentan.

Un típico ejemplo para comprender lo que le sucede a alguien con alexitimia podría resumirse en la tan conocida sensación de sentir “mariposas en la panza” por emoción, nervios o ansiedad, y que la persona con alexitimia también las sienta, pero no pueda relacionar a qué se debe o con qué situación o persona está relacionado eso que está sintiendo. Es decir, las emociones se perciben, pero no encuentran rumbo claro como para poder verbalizarlas.  

Alexitimia: ¿de dónde viene el término?

Este tipo de problema es más común de lo que pensamos y hace referencia a la incapacidad que cualquier persona puede experimentar para identificar y describir los sentimientos propios y/o ajenos. Se trata de un término griego surgido por la unión de dos palabras que, al juntarse, significan “falta de palabras para la expresión emocional”: a (la partícula negativa no), lexis (palabra o acción de hablar), thymos (emoción).

En 1973, la noción de alexitimia fue introducida en el ámbito de la salud mental por el psiquiatra Peter Sifneos, para describir ciertas características clínicas observadas entre pacientes con trastornos psicosomáticos.

Aunque la afección todavía no está reconocida oficialmente por la quinta edición del Manual de Diagnóstico y Estadística de Trastornos Mentales (DSM-5), se estima que 1 de cada 10 personas la tiene. Los profesionales de la salud publicaron diversos estudios donde dicen que suele aparecer como un diagnóstico secundario en otras afecciones y discapacidades preexistentes de salud mental, depresión y autismo.

 

3 características principales

  1. 1

    Una marcada disfunción en la conciencia emocional

  2. 2

    Falta de apego social y problemas en la relación interpersonal

  3. 3

    Baja o nula comprensión de los sentimientos, síntomas y motivaciones

¿Cuáles son las posibles causas?

Las investigaciones publicadas no logran dar cuenta del principal motor de este trastorno, pero existe una serie de pautas que podrían arrojar luz.

Por un lado, se deja abierta la puerta a la posibilidad de que exista alguna cuestión genética que la provoca; por otro lado, se habla de las posibles consecuencias de un daño cerebral a la ínsula, que es la parte del cerebro encargada de las habilidades sociales, la empatía y las emociones.

Distintas investigaciones explican que las personas que tienen alexitimia registran una actividad cerebral que no se adapta a la intensidad emotiva de la situación como es lo esperable, en cambio, manifiestan una actividad o demasiado débil o demasiado intensa, lo que perturba la apreciación justa de la experiencia emocional.

Qué hacer si reconozco que la tengo

Ante la duda (sea chiquita o grande, no importa siempre hay que escucharla) se recomienda una consulta con un especialista en salud mental. En las últimas cuatro décadas desde que se estudia esta afección se sabe que las terapias probadas con mejores resultados fueron la terapia cognitivo-conductual, la terapia de grupo y la psicoterapia (también conocida como “terapia de conversación”).

En paralelo, es recomendable poner en práctica la toma de consciencia acerca de tus propias respuestas fisiológicas (aunque no encuentres relación con aquello que las despiertan). De acuerdo a investigaciones recientes, se sugiere comenzar por prestar atención al ritmo cardíaco: cuando aumenta de golpe o no lo esperabas, hay que intentar determinar qué puede haberlo generado. Una idea: dejar documentado todo en un cuaderno durante un par de semanas.

Una síntesis que puede ayudarte

  • Hay una marcada incapacidad para identificar los afectos y diferenciarlos de las sensaciones corporales

  • Son súper evidentes los problemas para expresar, comunicar, o describir sentimientos.

     

  • Hay marcada dificultad para imaginar, fantasear o construir conceptos abstractos. Los relatos son ricos en detalles, descripciones minuciosas, aunque desprovistas de emociones.

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